Morir contigo antes que vivir con otro

El Atlético de Madrid sufrió el sábado una de las mayores decepciones de sus 113 años de historia y, sin embargo, el orgullo sigue desbordándose del corazón de todos los colchoneros. El Atleti ha vuelto a dar una lección fuera del campo y a demostrar que sentir el rojiblanco es mucho más que levantar una Copa a final de temporada.

Morir contigo antes que vivir con otro
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Por Rocio Sánchez

"Otra vez, otra maldita vez...", pensarían los jugadores de la plantilla rojiblanca cuando finalizó la tanda de penaltis. Parecía increíble, incomprensible, que el equipo que más ha tenido que nadar para llegar a la orilla se ahogara justo antes de tocar la arena. La desdicha volvió a cebarse con el Atlético de Madrid en la tercera final de la Champions League que disputa el equipo en su historia y, de nuevo, acarició su primera Copa de Europa con la yema de los dedos.

Todo parecía estar alineado para que, esta vez sí, fuera Gabi el que alzara la orejona al cielo de Milán, para que Torres besara su primer título como rojiblanco, para que Koke viera cumplido su sueño, para que el Cholo sonriera viendo a los suyos recoger los frutos de tanto trabajo, pero nada de esto fue así. El Atleti volvió a sentir en primera persona la injusticia del fútbol y todo el esfuerzo por llegar a San Siro, por vengar la final de Lisboa, por hacer justicia a Luis, quedó atrás, pero no fue en vano.

Poco se puede decir a unos jugadores que, desconsolados, tenían que conformarse con ver a los miles de aficionados desplazados a Milán agradeciéndoles su compromiso en forma de aplausos y cánticos incombustibles. Lo cierto es que no se les puede pedir más. No se puede hacer más cuando la fortuna acaba dictando sentencia. Los sueños de jugadores que llevan años defendiendo el escudo del Atlético de Madrid se truncaron irrevocablemente y será difícil hacerles creer que se puede, sobre todo, a aquellos que ya ponen fecha a su retirada como futbolistas profesionales.

Nadie sabe cuánto tiempo les queda a Torres, a Juanfran, a Gabi, a Tiago o al propio profeta del Atlético, el Cholo, para seguir vistiendo la elástica rojiblanca, pero la realidad es que las posibilidades de volver a una final de Champions en estas condiciones, tanto físicas como mentales, se han reducido y, con ello, los sueños de aquellos que llevan años y años enseñando lo que significa este club.

Ahora les toca a ellos, a los jóvenes, coger el testigo de sus mentores, pero eso sí, deben hacerlo con Simeone capitaneando un barco que siempre ha salido a flote a pesar de las tempestades. La nueva generación ansía con rabia saldar la cuenta pendiente del Atlético y serán Koke, Saúl, Thomas, Lucas y Griezmann los encargados de hacer justicia a aquellas leyendas que, en Hamburgo, empezaron a levantar a su equipo, devolviendo al Atlético a la cumbre del fútbol europeo.

Si hay un club capaz de levantarse de un golpe tal, ese es el Atlético de Madrid y, tengan por seguro, que jamás van a dejar de trabajar y de luchar por lo que se proponen. Nunca dejaron de creer en sí mismos, en cada uno de ellos, y esta vez no dejarán de hacerlo, su afición no se lo permitiría. Este Atleti es el Ave Fénix, capaz de vencer, de hacer frente a todo y a todos, y de conseguir remontar el vuelo por enésima vez para volver a volar más alto que nunca.