Inicio de campeonato en la ribera del Manzanares, en un ambiente casi festivo, con la presencia de nuevas caras del equipo madrileño.

Con alrededor de dos tercios del graderío lleno, arrancaba la ahora denominada Liga Santander ante un recién ascendido, el Deportivo Alavés.

La primera mitad transcurrió con el asedio de la portería defendida por Pacheco por parte de los pupilos de Diego Pablo Simeone, con frecuentes internadas por la banda de Filipe Luis para asistir a Carrasco, Saúl y el debutante Kevin Gameiro.

Alrededor del minuto diez de la primera mitad, se produjo la lesión de Feddal, que tuvo que retirarse del campo ayudado por las asistencias de su equipo, para dar entrada a Laguardia.

A pesar de la insistencia del equipo colchonero, el Alavés supo resistir y rechazar todas las ocasiones que se iban sucediendo por los ataques atléticos.

Un férreo trabajo defensivo que dio como resultado que se alcanzase el descanso con empate a cero en el marcador del Calderón.

En la segunda mitad del encuentro, Simeone dio entrada a Fernando Torres en lugar de Tiago, lo cual supuso un incremento en el número y peligrosidad de las ocasiones de gol ante la porteria vitoriana.

Pero tanto el portero Pacheco como los defensas, así como incluso los palos de la porteria, parecían empeñados en negar el premio a la insistencia del Atleti.

Se reforzó aún más la ofensiva rojiblanca con la sustitución de Carrasco por Correa, que daba nuevas fuerzas a la línea ofensiva local.

Pero el Deportivo Alavés continuaba resitiendo, pareciendo dar por bueno el empate a cero.

Como en ésta ocasión, la más clara del partido hasta el momento, que detuvo bajo palos Pacheco a disparo de Gameiro.

Más aún faltaba un toque de emoción, pues, cumplido ya el tiempo reglamentario, Laguardia derribó a Torres, agarrandolo cuando se internaba en el area blanquiazul, señalando penalty el colegiado Iglesias Villanueva, a instancias de su asistente.

Tras las airadas protestas de los jugadores de Mauricio Pellegrino, que se saldaron con tarjetas amarillas para Laguardia y Camarasa, Kevin Gameiro recogió el esférico para hacerse cargo del lanzamiento de la pena máxima.

Que transformó en el 1 a 0, al engañar al portero del equipo vasco e introducir el balón al fondo de las redes.

Pero poco duró la alegría, cuando ya se veían en posesión de la victoria y los tres puntos, llegó el empate a uno, tras un disparo lejano de Manu García que no pudo detener Oblak, entrando pegado al palo izquierdo de su porteria. Tras lo cual el arbitro dió por terminado el encuentro, con el citado resultado de empate a uno.

Posteriormente en rueda de prensa, ambos técnicos definieron como justo el empate pero ninguno de los dos quedó satisfecho con el resultado.

Moya abandonando el Estadio Vicente Calderón al término del partido
Moya abandonando el Estadio Vicente Calderón al término del partido