Volvía la Liga al Estadio Benito Villamarín, con el césped en buen estado, por fin, y con 30.650 aficionados preparados para que a sus futbolistas no les faltara el calor de los suyos, como siempre. El contrastes de sensaciones se hacía presente en el Heliópolis, donde los de casa tenían como principal objetivo lavar la mala imagen ofrecida en el último partido disputado y demostrar que están preparados para afrontar con garantías el duro calendario que tienen por delante. En cambio, los visitantes llegaban a Sevilla con la intención de conseguir su tercera victoria consecutiva en la Liga BBVA, tras vencer a Celta y Español. 

El Elche - Betis de hace dos temporadas en Segunda División fue el último partido que disputó Miki Roqué antes de anunciar el fatídico cáncer que luego se llevaría al cuarto anillo del Villamarín al `26´verdiblanco. A él intentaron brindarle sus compañeros una victoria que no llegó. Los de Escribá aguantaron muy bien la ventaja que obtuvieron en 5 minutos fatídicos para el Betis en la primera mitad. Los locales lo intentaron sin parar desde el gol de Jorge Molina, pero no pudieron ni contra la muralla creada por los ilicitanos ni con la falta de puntería.

 

Molina da vida al Betis

 

Pepe Mel apostó en la columna vertebral de su equipo por Lolo Reyes, Matilla y Salva Sevilla para intentar sobreponerse al poblado centro del campo ilicitano. Pero el eje verdiblanco tardó en carburar, y es que parece que hasta no salió del banquillo el técnico madrileño a darle ánimos a los suyos, éstos no comenzaron a llevar el control del partido. Salva Sevilla y Matilla empezaron a probar a Manu Herrera, pero bien éste o bien los balones rechazados por los jugadores franjiverdes, hacían que el marcador no se moviera. 

 

La contundencia defensiva de un Elche, que estaba encerrado en su campo y preparado para salir a la contra con Manu del Moral, dio sus frutos a los 29 minutos de juego, donde el delantero cedido por el Sevilla remató solo y a placer dentro del área bética un centro de Cisma. Lejos de reaccionar, a los pocos minutos un despiste defensivo de Paulao, y del resto de la zaga bética, hizo que Coro recibiera con ventaja en la frontal para que solo tuviera que ponérsela a Fidel y que éste enviara el esférico al fondo de la portería de Guille Sara.

 

Los augurios del partido contra el Getafe comenzaron a sobrevolar por el terreno de juego del Villamarín, pero el aliento de una afición incansable y una jugada de estrategia perfectamente ejecutada por Salva Sevilla y Jorge Molina, permitió al Betis recortar distancias antes del primer envite. 

 

Esto les dio a los jugadores verdiblancos algo de energía y a punto estuvieron de empatar el choque, pero una gran parada de Herrera rechazó el tiro a bocajarro de Juan Carlos. El extremo madrileño, que volvía a jugar tras varias semanas lesionado, recorrió mil veces la banda, se vació, y fue uno de los mejores del partido.

 

La reacción no se culmina

 

El gol del `tanque de Alcoy´dio algo de vida a un Betis que no se podía permitir una nueva derrota. Por ello, en el descanso Mel decidió reestructurar a su equipo. Retiró del terreno de juego a Chica y dio entrada a Chuli, ubicando a Juanfran en el lateral derecho. A esto hubo que sumar que en el minuto 47 Cisma vio su segunda cartulina amarilla y dejó a los suyos con 10 y con mucho tiempo por delante. 

 

El encuentro comenzó a hacérsele muy largo a un Elche, que tras la expulsión, se metió aún más dentro de su área y las pocas veces que tenía el balón, no sabía qué hacer con él. Los verdiblancos, tuvieron el control absoluto y total de la pelota, maduraban las jugadas y no dejaron de luchar para intentar conseguir remontar el choque. A ello ayudó la entrada de Verdú, pero sobre todo, la del eléctrico y rapidísimo Cedrick, que volvió loca a toda la defensa del conjunto dirigido por Fran Escribá

 

Las ocasiones llegaban, pero no el gol, y los ánimos iban cada vez a menos. Tanto es así, que en el minuto 85, Guille Sara tuvo que sacar un pie espectacular en un uno contra uno con Mantecón, que hubiera dictado sentencia. 

 

Los verdiblancos lo intentaron una y otra vez, pero un muy buen Manu Herrera y la falta de acierto, impidieron que se consolidara la reacción. Los de Mel no consiguieron darle la vuelta a un partido que no se merecieron perder y que deja a los béticos muy tocados y a unos aficionados que aún no sabe a qué juega su equipo y que temen los peor en los complicados partidos que tienen por delante.

 

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