Como un cigarrillo que se consume al ritmo de profundas bocanadas. Como un castillo de naipes que se desmorona pieza a pieza. Esa es la intrahistoria del Real Betis esta temporada. Las múltiples carencias que asolan a las filas heliopolitanas, ahora aleccionadas por Juan Carlos Garrido, dejan un panorama irreconocible y extraño al de hace simplemente unos meses. Con muchas facetas por mejorar y pulir y a la espera de refuerzos milagrosos, que dejan entrever la deficiente planificación a la que fue expuesto el equipo que preside Miguel Guillén, los verdiblancos vuelven a aparcar por unas horas la cancerígena circunstancia liguera, a la espera de evadirse con un pase de ronda copera, que calme y aminore la espiral de negatividad que arrincona y aprisiona al Real Betis Balompié.

Por su parte, el Lleida, tras plantar cara en la ida, a pesar de jugar con diez hombres casi todo el encuentro, no descarta hurgar en la herida bética y agudizar la crisis deportiva de los andaluces y por ello saldrá al terreno de juego “cargado de ilusión y con la idea de ganar”, como así reconocía su propio técnico, Toni Seligrat.

En busca de la alegría

El conjunto verdiblanco afronta la última semana deportiva del año centrado en dilapidar las voces críticas que lo señalan con dedos de vergüenza. El primer escollo que deberá saltar será la vuelta copera: después del marcador favorable de la ida, donde vencieron sin convencer, 1-2, con goles de Verdú y Jorge Molina, el nuevo entrenador de la entidad, Juan Carlos Garrido, con apenas dos semanas de trabajo a sus espaldas, continúa quitándose horas de sueño en busca de soluciones que remolquen a su equipo del fondo y abismo de la clasificación de la Liga BBVA.

Hasta la fecha, poco se ha podido apreciar de la mano del preparador valenciano. Tres partidos, en tres competiciones diferentes y con una imagen que recuerda a la vivida con Mel. El ex del Brujas y Villarreal es consciente de los numerosos parches que tendrá que coser en todas las parcelas del campo: La alternancia del marco, la deficitaria labor defensiva, el descoordinado centro del campo y sala de máquinas y sobre todo la ausencia de goles, motivo y razón de este deporte.

Lo que más preocupa a Garrido es paliar la cantidad de goles que recibe. El cuadro de las trece barras se desangra atrás, con una inconsistencia y vulnerabilidad digna de mención. Son el equipo más goleado de Primera División, tan solo por delante del Rayo Vallecano, por lo que hallar un bloque destacado en frenar las llegadas rivales es prioridad.

La diferencia de categorías y roles acompañadas del marcador de la ida presupone ser suficiente madera para un Real Betis que es el peor colista de la Liga desde el Xerez, allá por la temporada 2009/2010.

Sara, Chuli y Steinhöfer vuelven; Juan Carlos, Matilla, Jordi y Chica se caen

Para la cita, Juan Carlos Garrido ha citado a dieciséis futbolistas. Destacan las ausencias por decisión técnica de Cedrick, Chica, Figueras y Matilla. Especialmente reseñable los casos de los dos últimos. Tanto Jordi como el toledano coincidieron con el actual entrenador y no acabaron gozando de los minutos deseados, por lo que tuvieron que buscar acomodo en otros clubes. Los que tampoco estarán a su disposición serán las ya conocidas bajas de Xavi Torres, Nosa, Braian Rodríguez y Damien Perquis, además de Juan Carlos, por precaución, al arrastrar molestias en su rodilla izquierda.

En cambio, regresan a una citación, el guardameta Guillermo Sara, restablecido de su proceso vírico, Markus Steinhöfer y el onubense Chuli.

La lista la conforman: Sara, Andersen, Steinhöfer, Amaya, Paulao, Dídac, Nacho, Lolo Reyes, Nono, Salva Sevilla, Verdú, Juanfran, Vadillo, Chuli, Jorge Molina y Rubén Castro.

Con el vital partido de Almería en el trasfondo, el míster valenciano ya le ha comunicado a la directiva cuáles son sus peticiones con respecto al mercado invernal como a la propia plantilla, a la que ha dado un toque de atención y amenaza con excluir a aquellos jugadores carentes de motivación y entrega.

Con esta pirámide en el horizonte, el encuentro de esta noche se prevé frío, como la temperatura, después de conocer que el ex máximo mandatario de la entidad de La Palmera, Manuel Ruiz de Lopera, ha incitado a varios sectores del graderío a que agravaran la situación con pitos y cánticos en contra de la actual directiva.

Seligrat llena la mochila de ilusión

Los ilerdenses desembarcan a la orilla del Guadalquivir con un mensaje de autoestima personal infundado por su técnico. Sabedores de la complicación que ataña la eliminación de los verdiblancos, los pupilos azules, que hoy cambiarán su indumentaria para pasear la senyera con orgullo por el Villamarín, se refugian en el refranero que alude a hacer leña del árbol caído.

El Lleida llega a Sevilla tras ganar en Liga este fin de semana a costa del Olot a domicilio, por 0-2. Marcador que tratarán de repetir esta tarde, a partir de las 19:30. Posicionados en quinta plaza y con una plantilla sedimentada para lograr el ascenso, que casi lograron la temporada pasada, si el Real Jaén no se hubiese cruzado en el camino y la lotería de los penaltis, la consigna de los catalanes es heterogénea y con múltiples aperturas en función de cómo se desarrolle el encuentro.

El también entrenador valenciano no podrá contar con el sancionado Pau Torres, cancerbero expulsado en los primeros minutos de juego en el duelo de ida, por lo que volverá a dejar su sitio Fran Perales, exportero del filial sevillista y natural de Talavera de la Reina.

Con un juego caracterizado por los balones en largo y las segundas jugadas, el estilo directo es la principal arma del Lleida Esportiu. Otro pro de los de Seligrat es el perfecto orden defensivo, tan añorado en el Real Betis. Arriba, Pere Milla, Jaime Mata y Miramón son los encargados de cargar el cañón de munición goleadora.

Undiano Mallenco es el elegido de impartir justicia a este envite en el que se espera una de las peores entradas de la historia del feudo bético y eso que los socios no tienen que pasar por caja. El torneo del KO es caprichoso y hoy solo puede quedar uno.

Posibles onces

Imágenes: LleidaEsportiu | EFE