A pesar de haberse disputado tan solo cuatro jornadas de Liga, la situación del Real Betis y concretamente la de su entrenador, Julio Velázquez, no es todo lo fluida de lo que le gustaría al exprepreparador del Real Murcia.

Seis puntos de doce posibles alumbran el casillero de los de La Palmera, que no caían a una posición tan retrasada de la tabla en Segunda división desde la temporada 2000/2001, año en el que acabaría consiguiendo el ascenso a la máxima categoría junto con el Sevilla y el Tenerife. Los goles de Gastón Casas y Amato sirvieron de trampolín para una escuadra que no tuvo un inicio prometedor.

La carencia de frescura en el juego respaldada en los resultados, unida al revuelo mediático que suscitaron aquella palabras de Antonio Adán sobre el ex ya entrenador de porteros de la entidad, Kike Burgos, ha sumido al conjunto verdiblanco en una tempranera crisis que deberá afrontar al son de los próximos compromisos.

En Girona comenzó el declive de Velázquez al frente del Villarreal

La parada más inminente en el calendario sitúa a Velázquez en Montilivi, territorio agridulce para su balance personal. En la capital catalana, el de Salamanca se ha sentado hasta en tres ocasiones el banquillo visitante. Una con el filial del Villarreal, otra con el primer equipo amarillo y la última con el Murcia. Todas ellas en Segunda división.

En la temporada 2011/2012, dirigiendo al Villarreal B, donde llegó supliendo a Molina en la jornada 19, se enfrentó por primera vez a los rojiblancos, pero no logró vencer, ya que el filial del submarino amarillo perdió por dos tantos a uno.

Una temporada más tarde, ya con las riendas del primer equipo castellonense, recién descendido a la categoría de plata, tampoco pudo conseguir los tres puntos. Volvía a caer. En esta ocasión, por un marcador de 2-0. Era la jornada 18.

Tres partidos después, el Villarreal no conseguía ganar, empatando en Jerez y Almería y cayendo en casa ante el Barcelona B. Eso supuso el punto final a su aventura al frente de la nave villarrealense. Marcelino García Toral tomaría el mando.

La última visita y de mejor recuerdo para el técnico se produjo el pasado 16 de marzo de este año, donde logró su única victoria hasta la fecha en Montilivi. Un solitario gol de Malonga dio los tres puntos al por entonces su equipo, el Real Murcia.

Las tierras de Girona traen, por tanto, un sabor más amargo que dulce en el regusto del míster heliopolitano, que tendrá ante sí un ‘match ball’ anticipado y parecido al que falló hace dos años en Villarreal.

Girona, territorio Betis

Al contrario del balance de Julio Velázquez ante las filas albirrojas, el Real Betis permanece invicto en Girona, donde ha disputado un total de tres partidos. Todos ellos los cuenta por victorias.

Hay que remontarse hasta la temporada 1935/1936 para encontrar la primera visita de los béticos a Montilivi. En la denominada Copa del Presidente de la República, el Betis consiguió la victoria por 1-2 en los Octavos de final de aquella competición. Casualmente, el Real Madrid, por aquel entonces sin corona en su escudo, se impuso en la final al Barcelona en Mestalla por dos tantos a uno, logrando el último gol Simón Lecue, un mito del beticismo que aquella campaña cambió Heliópolis por Chamartín.

Las dos últimas visitas, más actuales, corresponden a las temporadas 2009/2010 y 2010/2011. En ambas, el Real Betis ganó con comodidad al Girona. 0-2 y 0-1 fueron los marcadores, siendo Rubén Castro el último jugador verdiblanco en perforar la red del campo gerundense.