Choque de trenes el vivido esta mañana en el Estadio Benito Villamarín con Real Betis y UD Las Palmas como contendientes y claros aspirantes a grandes cotas esta temporada. El clima intermitente que presentó la ciudad hispalense contagió de irregularidad el juego de ambas escuadras.
Julio Velázquez probaba con un inédito 4-2-3-1, dejando a Lolo Reyes y Matilla en la medular, Kadir de enchanche; Cejudo y Pacheco a los costados y Rubén Castro como punta de lanza. La defensa, sin variación con respecto a la semana pasada en Valladolid volvió a acaparar las miradas de los presentes.
Por su parte, el cuadro canario presentaba tres modificaciones en el once inicial en relación a lo mostrado la anterior jornada. El excancerbero bético Casto debutó de amarillo. Christian Fernández y Vicente Gómez completaron las modificaciones en detrimento de Momo y David Simón.
Bajo este panorama y con las gradas nutridas de jóvenes aficionados verdiblancos dio comienzo el envite. Las Palmas, mucho mejor posicionada en la hierba, empezó desde temprano a ganar metros ante la pasividad de la entidad heliopolitana.
Durante el primer cuarto de hora, las jugadas a balón parado cobraron protagonismo y tanto Nauzet por un bando, como un tímido Javier Matilla por otro, se encargaron de servir balones al servicio de las torres.
A los 13 minutos, un disparo de Jorge Casado es escupido por un zaguero amarillo en la línea de gol. El rechace, que aterrizó en dominios de Kadir y Matilla no fue aprovechado por ninguno de los jugadores ya que se estorbaron en el interior del área. Iba a ser la única oportunidad meritoria para un Real Betis que no termina de encontrar su estilo de juego idóneo.
Con el paso de los minutos, los insulares fueron tomándole la medida al encuentro y las llegadas comenzaban a sucederse. Las cartulinas amarillas, también. El pichichi de la categoría, Araujo, daba muestras de su potencial con veloces movimientos en ataque. Perquis y Figueras, muy pendientes del exatacante xeneize lo sufrieron en primera persona. Ambos fueron amonestados, al igual que Kadir, al filo de la media hora por el imberbe y discutido trencilla vallisoletano Óliver de la Fuente.
A los 32 minutos y después de un goteo incesante de llegadas grancanarias, una rocambolesca jugada en el interior del área bética casi se salda con tanto de la Unión Deportiva Las Palmas. Entre Figueras, Araujo, Aythami y Adán anduvo el peligro en la mencionada acción que incluso se topó con el palo.
Un Betis muerto asistía atónito a un guion desdibujado y carente de ritmo por parte de sus hombres. Tan solo Álvaro Cejudo, lo intentó con ganas pero sin corazón por el costado. Rubén Castro, ni siquiera pudo tocar el cuero. Los balonazos en largo en busca de las alas béticas no funcionaron y las transición de juego fue nula en todo momento.
El segundo acto prosiguió por los mismos derroteros acontecidos en los primeros 45 minutos. al margen de los primeros diez minutos donde el Betis intentó catapultar sus opciones. Sin embargo, el efecto efervescente volvió a diluir a los futbolistas dirigidos por Julio Velázquez.
Con la expulsión de Perquis, Las Palmas se volcó
Rennella saltó al terreno de juego en detrimento de Cejudo, acusado de un enorme desgaste, sin embargo, el juego mostrado por el Real Betis no mejoró. Y menos aún, cuando a falta de 22 minutos para la conclusión, el internacional polaco vería la segunda amarilla, dejando de esta manera a su equipo con diez hombres.
El preparador criado en Valladolid no tardó en reaccionar y recompuso la zaga dando entrada a Bruno por Dani Pacheco. Era el momento de Las Palmas.
Nauzet Alemán tuvo en sus botas el tanto en la ocasión más clara del partido. Un mano a mano ante Adán que milagrosamente salva el guardameta de Mejorada del Campo con una manopla de hierro que abortó la oportunidad canaria.
En la recta final, nuevas oportunidades en territorio bético hacían presagiar un tanto que finalmente no llegaría. Un gol correctamente anulado a Araujo por fuera de juego y varias internadas fugaces de Guzmán, que entró en los coletazos del envite pusieron el miedo en el cuerpo a una hinchada heliopolitana enfadada con su equipo y especialmente con su entrenador.
Al término del partido, segundo empate consecutivo para canarios y andaluces que no cambia un ápice sus aspiraciones este curso. Julio Velázquez, ya conoce la exigencia que le espera cada vez que tome contacto en el asiento del banquillo palmerino.
14 puntos yacen en el casillero bético. La imagen y las sensaciones que despiertan este Betis no invitan a la esperanza. Sin disparos a puerta y sin trenzar más de tres pases seguidos.
La próxima semana visitará Butarque para medirse a un Leganés que reposa en la zona media de la tabla. Perquis, sancionado, será baja para la cita.
