Cuando la ilusión a la par que la humildad forjan las bases de un equipo, los objetivos serán sinónimos de victoria y si algún conjunto puede reflejar ese buen hacer son los chicos de José Vidal.

El Real Betis FSN, pese a la negativa de la directiva heliopolitana a que pudiera militar en la segunda división del Fútbol Sala Nacional, ha cumplido de nuevo el objetivo en esta campaña y a falta de tres encuentros para el final liguero, han conseguido campeonar por segundo año consecutivo.

El triunfo se corroboró tras la victoria en el Pabellón Francisco de Dios Jiménez ante el Cádiz Virgili, que llegaba a la localidad nazarena con la vitola de ser el equipo menos goleado de la categoría. Pese a ello, los verdiblancos con la efectividad por bandera, plantearon un encuento atrevido y eléctrico, sapientes de la valiosa posibilidad de conseguir el campeonato ante su afición.

Nada más comenzar el encuentro, los verdiblancos se hicieron con el dominio del esférico, sintiéndose protagonista del choque y manejando a su antojo la posesión. Migue, Josselbaik y Alberto anotaron para los nazarenos haciendo presagiar una posible goleada local. La momentánea ventaja de los de José Vidal, descolocó y desquició a los cadistas, provocando la expulsión por doble amonestación de Alberto Cortés, que desenvocó en el gol con superioridad numérica de Miguel, instantes antes del pitido que deparó el final de la primera mitad.

Y el sueño se volvió a hacer realidad

La previa de la segunda parte preveía unos veinte minutos de tranquilidad para los verdiblancos, esperando el pitido final que les condecorase como campeones, pero la incertidumbre reinó en el Francisco de Dios Jiménez. Un primer tanto de Juan Antonio Moreno y un segundo de Felipe, a ocho minutos del final desató la desesperación en el pabellón, temiendo una posible remontada que finalmente no llegó a consumirse.

En los instantes finales, los locales consiguieron dormir el encuentro con un sistema efectivo de toque. Tras el pitido final, la locura se desató en el Francisco de Dios Jiménez, repleto de aficionados que vieron a su equipo campeonar por segundo año consecutivo y esperando ansiosos el sorteo que depare el play-offs de ascenso a la división de plata.

Los verdiblancos, sin nada por jugar, visitarán la próxima semana al Mengíbar, segundo clasificado. Por el contrario los cadistas recibirán al Racing Alameda, con el sueño perdido de optar por la Copa del Rey.