Atlético de Madrid y Betis se citaban en la Tacita de Plata para disputar la Gran Final de la LXI edición del Trofeo Ramón de Carranza. Una bonita cita a la que acudir para pelear por levantar el Trofeo de los Trofeos y sellar así su escudo en la larga y bella historia del Torneo veraniego por excelencia.

Con Koke y Óliver Torres sobre el terreno de juego, el Atleti se aseguraba el control de la pelota, manejando a su gusto el destino del esférico. Por su parte, el Betis se plantaba firme y compacto sobre el césped de Carranza, esperando el error de la zaga madrileña para adelantarse en el marcador.

El "quiero y no puedo" del Atleti casi se rompía al traspasar los veinte minutos del reloj. Una falta en la frontal del área ponía en peligro la igualada. Tras la pelota Griezmann y Koke, dos especialistas en estas jugadas, aunque finalmente el disparo a la escuadra del centrocampista madrileño acabó en las manos de Adán, que arrancó el aplauso de la grada al atajar el tiro sin problemas.

En el treintaisiete, una dura entrada de Savic sobre Francis ocasionaba el primer momento tenso del encuentro, que se saldaría con amarilla para Savic y Xavi Torres, que entró en la tángana. El centro, de Vargas, finalizaría con falta de Renella sobre Oblak. Parecía que esta ocasión incendiaría el encuentro, pero el Atleti continuaba creciéndose según pasaban los minutos.

Imagen: La Voz Digital

La ocasión más clara de la primera parte vino de la cabeza de Xavi Torres, que cabeceó una falta, al borde del descanso, que obligaba a Oblak sacar el puño. Espectacular intervención por bajo del portero colchonero para evitar el tanto bético. Con el empate a nada, los dos equipos enfilaban el túnel de vestuarios.

Ya en la reanudación, el paso del cronómetro pesaba sobre las piernas de los jugadores del Real Betis Balompié, que aguantaban como buenamente podían las embestidas de los hombres que conforman el ataque colchonero. En el cincuenta y seis, Griezmann avisaría a Adán con un trallazo al poste y, cuatro minutos después, Savic cabeceaba fuera un centro de Koke. El gol rojiblanco llamaba a la puerta.

La calidad acabó venciendo

Tanto va el cántaro a la fuente que un remate de cabeza de Giménez en el punto de penalti, a quince minutos del pitido final, pondría el primer gol en el marcador. Al Betis el encuentro terminaba de ponerse cuesta arriba. Aunque lo intentó, la calidad terminó por imponerse, dejando los impotentes intentos del cuadro de Pepe Mel en eso, en intentos.

Aparecía la cabeza de Jackson Martínez, a cuatro minutos del final, para aumentar las distancias y sentenciar la final. Correa, casi sin querer y con el tiempo reglamentario ya cumplido, colocaba el tercer, último y definitivo tres a cero en esta Gran Final del Trofeo de los Trofeos. El Atlético de Madrid, un año después, volvió a levantar el Trofeo Ramón de Carranza, y con este ya van diez.