'Westermannbauer'

El Real Betis ha vencido en Vallecas por 0-2. Lo ha hecho con oficio, con pegada y mucho esfuerzo. Con eso, desde luego, va servido en Primera División. Westermann se disfrazó de Beckenbauer para anotar el primero y Rubén Castro, el de siempre, sentenció el partido. Triunfo con sabor alemán, a una torre imposible de derribar

'Westermannbauer'
Javi Guerra no tuvo su día | FOTO: VAVEL
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Por José Manuel Gelo

Hace más de 30 años se retiró una leyenda del fútbol europeo: Franz Beckenbauer. No es por hacer comparaciones odiosas ni lógicas, pues entre 'El Káiser' y Westermann hay años luz de diferencia. La principal es que uno es una leyenda y otro solo un jugador de fútbol. Eso sí, quién no diría que la enorme jugada del zaguero del Real Betis no ha recordado al clásico futbolista alemán. Si al soberbio partido del '17', añades otras cuantas virtudes lo normal es que ganes.

La seguridad de Adán, la fiabilidad de la defensa, la aportación del centro del campo y la pegada de Rubén Castro. Motivos para no pasarlo mal, las cosas como son, el equipo verdiblanco está dando. El Rayo Vallecano le puso más corazón que cabeza y en el fútbol prima más casi siempre la cabeza que el corazón. Segundo triunfo consecutivo del cuadro de Pepe Mel, otra vez fuera de casa. Esta vez, por encima del resto, con un protagonista muy destacado: 'Westermannbauer'.

'El Káiser' 2.0

El encuentro comenzó sin apenas nada, sin ocasiones reseñables. Tampoco había un dominador claro. Muchas imprecisiones entre Rayo Vallecano y Real Betis, equipos acostumbrados a tener la pelota. Se puede decir que el guión no era el previsto. Los dos esperaban, los dos se respetaban. La cosa cambió cerca del ecuador del primer acto. Westermann quitó la pelota a Embarba. No conforme con eso, con 32 años y unos cuantos centímetros en su cuerpo, avanzó con el esférico. Abrió banda a Rubén Castro, siguió corriendo y corriendo recibió la pelota del canario para definir solo ante Toño. Parecía de todo menos un central de esa envergadura. Absolutamente increíble. Para verlo una y otra vez repetido.

El conjunto de Paco Jémez, tan loco como siempre, adelantó líneas. Buscó el empate antes del descanso, sobre todo por la banda de Bebé. Eran más llegadas que ocasiones de gol. La más clara, quizá, la tuvo el portugués en la última acción peligrosa de la primera mitad. El Rayo Vallecano perdía 0-1 y casi no se había dado cuenta. La gran labor del equipo andaluz, que no hizo mucho en ataque, fue suficiente. Especialmente, una presión alta que evitaba sacar la pelota desde el suelo al conjunto rayista. Lo que le gusta.

El de siempre

El Rayo Vallecano siempre es fiel a su estilo. En esta vida hay que ser valientes. Por lo tanto, Paco Jémez dio entrada en el descanso a Lass por Embarba. Velocidad en estado puro. Había salido fino el 'Rayito', pero el Real Betis tiene algo que diez conjuntos de Primera División no poseen: pegada. Gana porque falla poco arriba. Y eso, en el fútbol, es básico. Está en todos los guiones.

Rondando la hora de encuentro, apareció Rubén Castro. El que siempre hace algo cuando parece que no está haciendo nada. Tiene gol y eso vale dinero. Zé Castro se confío ante Álvaro Cejudo en la salida del balón. El extremo recuperó la pelota y se la sirvió en bandeja al canario que, de primeras, batía a Toño. 0-2. Sin comerlo ni beberlo. El cuadro sevillano tenía medio partido en el bolsillo.

Buscando soluciones en forma de milagro, Paco Jémez hizo un doble cambio. Ingresaron Manucho y Luis Fariña por Nacho y Jozabed. ¡A las armas! No aparecieron en demasía durante la media hora aproximada que estuvieron, pues el Real Betis siguió mostrándose firme y contundente atrás. Lass lo intentó desde su costado, Bebé con algunos lanzamientos lejanos y Javi Guerra por fe. No había forma de batir a Adán, rozando el sobresaliente en Vallecas.

En líneas generales, justo o injusto, el Real Betis hizo cosas que el Rayo Vallecano no logró conseguir. Puso orden, puso gol y puso cabeza. Bien es cierto que por ocasiones, por llegadas, los vallecanos merecieron más. Aquí lo que vale es ver cuántas veces Toño o Adán recogen la pelota de su marco. El primero lo hizo en dos ocasiones y el segundo no se estrenó. Parón liguero y hora de meditar qué se ha hecho bien o mal. Los rayistas se quedan a tres del descenso. Los béticos, a uno de Europa. Los dos, desde luego, lo firmarían ahora mismo. Eso no lo puede negar nadie.