Se obró la remontada

El Real Betis culminó un mes de marzo ideal. El empate en Anduva frente al Mirandés volvió a dejar patente las dudas que aquejaba el club verdiblanco, que supo reponerse a la perfección y asestar un duro golpetazo en la mesa endosándole duras goleadas a Valladolid y el líder Las Palmas respectivamente, asaltando una primera plaza que no volvería a soltar más.

En el encuentro insular, el cuadro hispalense no se plantó en Gran Canaria con la intención de dar el empate por bueno, ni muchos menos, ya que Pepe Mel alineó a una formación titular destinada a lograr la consecución final del liderato de la Liga Adelante, basando su juego en continuar la solidez defensiva de jornadas anteriores. Las intenciones verdiblancas quedaron al descubierto al ver a los dos máximas referencias ofensivas. Pepe Mel no escatimó y alineó conjuntamente a Jorge Molina y Rubén Castro, con la clara intención de conseguir una victoria que aupara al liderato a sus hombres.

Tras el descanso, los visitantes se impusieron y el cuadro verdiblanco anotó el primer gol de la mañana, pero la jugada estuvo invalidada por fuera de juego. No obstante, ésto sería la antesala de lo que estaba por venir, puesto que tres zarpazos acabaron por sentenciar al conjunto que, durante 17 jornadas de manera consecutiva, consiguió asumir el liderato de la Liga Adelante, algo que dejó de pertenecer a Las Palmas durante la ya disputada 29ª jornada. 

Tras la victoria que brindó el liderato a los verdiblancos, apareció el último gran lunar de la temporada, cayendo derrotados y humillados en casa ante un Leganés muy superior. Mas tarde vencerían en Huelva.

Jaque en abril

Osasuna, Barcelona B, Zaragoza y Alavés fueron los verdugos de un Real Betis que sentenció la partida en un mes de abril pleno de victorias, donde los verdiblancos demostraron la superioridad patente frente al resto de equipos de la categoría, encajando tan solo dos goles en todo el mes.

El conjunto verdiblanco dio pasos agigantados para conseguir el ansiado objetivo y atrás dejó los sinsabores de principios de curso cuando el equipo otorgaba dosis de cal y arena semana tras semana. La seña de identidad de los de Mel se asentó por completo, demostrando que no existía rival alguno que pudiera hacer frente a los verdiblancos.

La renta sobre el tercer clasificado quedaba ya en un solvente colchón de ocho puntos. Mientras Sporting de Gijón y Girona proseguían su lucha por el segundo puesto, la entidad hispalense rozaba con las yemas de los dedos el ascenso a la élite nacional.

Retorno a la élite

Un empate frente al Llagostera y las victorias ante Mallorca y Lugo servirían de antesala para vivir la primera oportunidad real para consumar el ansiado ascenso, en un escenario que ningún bético olvidará jamás, Santander.

Antes de empezar la jornada, una derrota del Girona y una victoria bética harían del Real Betis nuevo equipo de la primera división. Finalmente, el conjunto catalán solventó la papeleta ante el Alavés y aplazaría la fiesta bética una jornada más.

En el reino hispalense esperaban ilusionados celebrar el ascenso, de producirse alguna de las combinaciones posibles para consumar la hazaña. Respecto a las posibilidades, los verdiblancos tenían antes de comenzar un 88% de opciones para consumar el ascenso.  El equipo, aunó las fuerzas necesarias y se comprometió con la afición para devolver al equipo a su sitio y para que los hinchas verdiblancos vivieran una tarde más para el recuerdo. La previsible inferioridad alfarera estableció un marco perfecto para la victoria local. 

La insaciable afición no falló a su cita y ha respondió a la perfección a las expectativas, provocando colgar el cartel de 'No hay billetes' en las taquillas del Villamarín, registrando una entrada cercana a los 50.000 espectadores.

Los hispalenses finalmente respondieron a las expectativas, anulando la incertidumbre generada a comienzos de la presente campaña. Los números, invitaban al Real Betis a imponerse como favoritos, a pesar de la rivalidad con la que se presuponía al choque y así fue. Rubén Castro por partida doble y Jorge Molina consumaron el ansiado ascenso y el retorno de la entidad verdiblanca a la élite nacional.