Año nuevo y misma vida. Al menos en el Benito Villamarín. La SD Eibar de Mendilíbar se paseó por el Benito Villamarín en un partido donde los de Mel continuaron con los mimos errores predominantes desde inicio de temporada. El área técnica verdiblanca, solitaria y en silencio, con la sanción del entrenador madrileño permaneció impasible a las embestidas vascas.

Con muchos de los asistentes aún tomando asiento, el Eibar asestó el primer golpe en forma de gol. Una brillante pared de Keko con Ander Capa por la banda izquierda la culmina el lateral armero con un disparo que terminó alojándose en la portería con la colaboración de Pezzella. El esférico tocó en el de Bahía Blanca; lo justo para despistar a Adán y poner en ventaja a los guipuzcoanos.

A la lona se fue el Real Betis tras semejante hachazo. Tambaleante, no dio señales de vida en ningún momento y eso lo aprovechó la escuadra visitante por segunda vez. Antes, el primer tímido aviso heliopolitano llegó en la cabeza de N'Diaye. El centrocampista remataba muy forzado una falta botada por Juan Manuel Vargas.

Las carencias defensivas del Real Betis agudizaban. Pezzella y Figueras se estrenaban juntos en el eje de la zaga y no pudieron hacerlo peor. Keko Gotán demostraría que un futbolista de raza. Centro del ex del Albacete y Sergi Enrich, completamente solo en el área ejecuta una formidable volea ante la que nada puede hacer el meta bético. 

El Betis no levantaba cabeza. Los jugadores, con ojeras, aún tenían la cabeza en la fiesta. La ocasión más clara para los béticos llegaría al filo del descanso. Molinero se cocina una buena galopada por el costado derecho. Sirve la bola a Rubén Castro que perdona el tanto. El canario, muy errático durante los 90 minutos, no tuvo su día.

Sin reacción

La hegemonía del Eibar se prolongaría todavía más durante el segundo periodo. El Betis entregó la cuchara demasiado pronto y la parroquia local empezaba a cargar con sonido de viento. Figueras selección, llegó a corearse en un tramo del encuentro. 

Salió Molina por Vadillo, desaparecido como todo el equipo, en el primer acto. No alteró el juego de los heliopolitanos en absoluto. Germán Pezzella cabeceaba el segundo palo una bola que fue a parar a las manos de Asier Riesgo. 

Sin acelerar demasiado, el conjunto armero llegaba al área de Adán con una facilidad pasmosa. A los diez minutos tras la reanudación, Álvaro Cejudo lo intentaba en solitario. Su disparo, desde la frontal, no encontró premio.

El Eibar se paseó en Sevilla

El equipo de Mendilíbar avisaba en los contragolpes. Kadir salía a la palestra para no aportar prácticamente nada. Rubén Castro, muy desorientado fallaba todo lo que le llegaba. Y es que cuando no es el día, no es el día. Y para colmo, el tercero de los armeros aterrizaba en una triangulación de en sueño por la banda diestra. Keko se asocia con Capa, que llegaba desde atrás para poner una bola rasa a Adrián y batir por bajo al arquero madrieño.

Con el Betis agonizando, salió Borja Bastón para ponerle la rública el envite con un soberano golazo desde lejos. Zapatazo del ex del Zaragoza que se cuela por la escuadra.

Al final, pitos, cánticos de dimisión y el duelo copero ante el Sevilla FC en el horizonte. Mucho que trabajar en un equipo que no se presentó en el terreno de juego.