Este domingo será un día especial para todo el cadismo. Por fin, tras seis largos años en el abismo de la Segunda División B, Carranza podrá disfrutar del fútbol de plata. El regreso a Segunda se ha hecho de rogar, pero al fin pudo celebrarse en la Tacita de Plata y ahora toca disfrutar de una temporada que promete alegrías e ilusión para la fiel hinchada amarilla.

No obstante, en el seno del Cádiz Club del Futbol hay una persona que, a buen seguro, aguarda con más ganas aún si cabe el encuentro frente al Real Mallorca. No es otro que Dani Güiza, que guarda un enorme recuerdo del club bermellón ya que fue allí donde logró triunfar como jugador, además de ser el equipo que le dio la oportunidad de debutar en Primera. De ese momento ya han pasado más de 16 años, en un 2 de abril del año 2000 que el delantero, que llegaba a la isla tras despuntar en las secciones inferiores del Xerez y en el Dos Hermanas en Segunda B, nunca olvidará. Por aquel entonces, Güiza solo contaba 19 primaveras, pero ya apuntaba maneras como goleador y "killer" del área. Sin embargo, no terminó de hacerse un nombre ni en el primer equipo ni en el filial, y después de menos de dos años y apenas tres goles en su haber (uno con el primer equipo), el gaditano debía abandonar Palma para tratar de recuperar su mejor futbol. No obstante, una parte de él sabía que algún día volvería, y que lo haría a lo grande.

A partir de 2003, con su fichaje por el Ciudad de Murcia, llegan los mejores años de su carrera deportiva

Aún con ello, sus inicios de vuelta a la Península no fueron los mejores posibles. En verano de 2002, Lucas Alcaraz, que ya lo conocía de su etapa en el Dos Hermanas, le recibía con los brazos abiertos para su Recreativo de Huelva, pero tras media temporada y solo haber disputado cuatro encuentros con los onubenses en Primera con su contador de goles a cero, termina la temporada en la categoría de bronce. Al menos, en el filial del FC Barcelona iba a volver a "mojar", logrando perforar la meta rival en cinco ocasiones tras quince encuentros disputados. Sin embargo, su mejor futbol aún no se dejaba ver de nuevo por los terrenos de juego. Tenía 23 años y parecía estar cerca de tocar fondo, pero en el verano de 2003, le cambió la vida. Fichó por el Ciudad de Murcia, recién ascendido a Segunda División, donde iba a lograr, con mucha diferencia, sus mejores números hasta el momento: fue pieza clave del equipo desde su llegada y para todos los entrenadores que pasaron, disputando la friolera de 81 partidos en dos temporadas y anotando un total de 38 tantos. Cifras más que suficientes para regresar a la máxima categoría y hacerlo por la "puerta grande".

Así pues, logra su ascenso de categoría particular y se enrola en el Getafe CF, con el que disputará otras dos temporadas. Anota veinte goles en competición liguera, pero una de sus mayores contribuciones llegó en la Copa del Rey 2006/07 (su segunda temporada como azulón). Llegaba el conjunto madrileño a semifinales, donde le esperaba el temible FC Barcelona de los Ronaldinho, Eto'o, Messi y compañía. Los de Rijkaard tomaban ventaja en el Camp Nou (5-2) en un día que pasará a los anales del balompié por el memorable gol de Leo Messi, pero la vuelta en el Coliseum Alfonso Pérez iba a ser casi más épica aún. Goleaba el Getafe por cuatro goles a cero a los blaugranas, dos de ellos logrados por Dani Güiza, que llevaba la locura a las gradas y la deseperación a los rostros de los derrotados futbolistas y aficionados culés. la derrota en la "finalísima" ante el Sevilla FC (1-0, con gol de Kanoute), puede incluso tildarse de mera "anécdota" después de lo vivido en la ronda anterior.

Dani Güiza, el penúltimo pichichi antes de que Messi, CR7 y Suárez se hiciesen con el "mercado" de los goles

En cualquier caso, Güiza ya estaba por completo asentado en la máxima categoría del futbol español y ya estaba de sobra preparado para saldar su "cuenta pendiente". Así, en el mercado estival de la campaña 2007/08 regresa al Real Mallorca, donde se corona a base de goles, 27 en concreto, que llevan a ser convocado por Luis Aragonés para la Eurocopa de 2008. Se convierte en el máximo goleador de Primera División, siendo el penúltimo pichichi de los "mortales" (el último fue Forlán la temporada siguiente), esto es, antes de que Messi, Cristiano y, en última instancia, Luis Suárez, elevaran sus contadores a cifras estratosféricas. En definitiva, gran temporada del ariete jerezano, y cuyo perfecto colofón llegaba en Austria y Suiza. A pesar de no ser titular (con una competencia como David Villa y Fernando Torres, llegar al once era casi imposible) realiza dos dianas, una en la fase de grupos frente a Grecia, y la otra en semifinales a Rusia (3-0), en uno de los mejores partidos que se le recuerda a esta Selección, que ya es decir. Siguió siendo citado por Vicente del Bosque, que se lo llevó a la Copa Confederaciones de 2009, y le faltó poco para ir también al Mundial de Sudáfrica, pero en el último momento el salmantino se decidió por Fernando Llorente en su lugar.

Su aportación en La Roja fue tan valiosa que el Sabio de Hortaleza se lo lleva con él a su aventura turca. Duró tres años su estancia en el Fenerbahçe, y comenzó bien, aunque sin llegar a sus registros en la capital balear (hizo 11 goles en liga en su primer año y otros 11 en el segundo), pero dejó de contar en la 2010/11, donde solo participó en un par de encuentros más. Volvió a España, iniciando su segunda etapa en el Getafe, pero no era el mismo. Así, tras un año insípido con solo tres dianas, retoma su travesía por el extranjero. Primero probó Malasia, fichando por el Johor Darul, para luego "hacer las Américas". El lugar elegido fue el Cerro Porteño paraguayo, lugar del que el atacante guarda también buenos recuerdos, tras dos temporadas y 15 goles en su cuenta. Y fue en el pasado mercado veraniego regresó a España de la mano del Cádiz CF. Ya ha transcurrido un año desde eso y Güiza ha sabido dejar atrás toda la polémica y el ruido generados a raíz de su llegada, y en Cádiz ya nadie duda de su entrega y dedicación por este club. Su veteranía fue clave en el regreso cadista a Segunda, al que contribuyó, por supuesto, como él mejor sabe hacerlo: 13 goles fue su cifra, el último de ellos, además, para certificar el ascenso en Alicante. Y todo ello a pesar de haber afirmado años atrás que nunca vestiría la camiseta amarilla y asegurar también en más de una ocasión que le gustaría ver al Cádiz "cuanto más abajo mejor".

En definitiva, este domingo en Carranza el "arquero" se reencontrará con su pasado, en este caso con un pasado dulce, midiéndose al club que le hizo saborear las mayores mieles del futbol. Y no deberá esperar mucho para tener su otro reencuentro especial, ya que el Getafe CF será el siguiente visitante del coliseo gaditano, en la jornada 4. Caprichos del destino.