Tarde apática en Balaídos. Vigueses y pamplonicas decidieron adelantar el inicio de las vacaciones de Navidad y protagonizaron un pobre enfrentamiento que no aleja a ninguno de la zona baja al término de 2013. La incapacidad celeste de ganar en Balaídos sigue manteniéndose tan preocupante como cuando empezó el curso mientras siguen pasando los rivales directos. A los rojillos les fue suficiente con un arranque de partido espectacular en el que el excéltico Oriol Riera fue la pesadilla de la defensa local. Los vigueses se rehicieron tras la diana navarra, pero sólo pudieron anotar gracias a un golpe de suerte en una jugada a balón parado.

Show táctico de Oriol Riera

Luis Enrique aborrece los partidos entre semana. Le crispan tanto que, como protesta encubierta, sienta a sus titulares cuando hay pocos días entre encuentro y encuentro. Lo hizo en Getafe y lo volvió a hacer esta noche. El asturiano decidió prescindir de Cabral, Álex López y Nolito para esta cita en beneficio de David Costas, Krohn-Dehli y Orellana. Al invento le costó arrancar; las piezas no se acoplaron hasta que el marcador ya ponía un “1” en el espacio del visitante, y la fragilidad defensiva que acompaña al Celta estas últimas semanas se tradujo en un aluvión de ocasiones rojillas a las que la fortuna no dejó sumarse al marcador. En todas ellas, un viejo conocido: Oriol Riera.

Cuando tienes un delantero alto y fuerte, el equipo juega para él. En el fútbol, deporte impredecible por naturaleza, hay una serie de frases que, no obstante, siempre se cumplen. Ésa es una de ellas. El ex del Alcorcón fue suficiente para volver loca a la defensa celeste durante toda la primera parte. El frío comienzo del partido se convirtió en un monólogo rojillo. Los balones centrados desde las bandas buscando al ariete de Vic, unidos a una mala noche de Yoel y Fontàs, se sucedieron durante los primeros compases de partido. Estuvo presente el delantero en el gol de Armenteros, donde el argentino tiró un pared con el “18”, cuya devolución pilló completamente desprevenida a la zaga local. Mano a mano y gol. Se hace la noche en Vigo a los 16 minutos.

Lolo da el premio

La frialdad se contagia la grada. La afición empieza a estallar cuando un disparo de Roberto Torres se estrella en el poste recién hecho el saque de centro. Se empieza a mascar la tragedia. La presencia celeste en el campo se ve reflejada en la brega sin premio de Orellana y en los constantes chuts inocentes de Krohn-Dehli desde fuera del área; el danés no está para estos trotes. La ausencia de Charles, ese que tan pocos goles marca, lastró al ataque vigués. El físico de Lotiès y Flaño se impuso al frágil Santi Mina, que tuvo que ser asistido desde la medular por Augusto en una noche en la que el “Negro” hubo de desempeñar su rol en una posición más centrada. Puñal y Lolo le pusieron el cerrojo a Rafinha, cuya movilidad no daba soluciones, e hicieron olvidar la importante baja del “Gato” Silva.

La baja de Charles lastró ofensivamente al Celta

Pero poco a poco, el Celta le va cogiendo la cara al partido. Las piezas del puzzle inédito de Luis Enrique van encajando, pero el gol no llega, ni se generan remates desde el área. Y un golpe de suerte, en el día de la Lotería de Navidad, sirvió para equilibrar la contienda en el 33. Un “gilicórner” que saca en corto Orellana para Rafinha termina en un centro del jugador cedido por el Barcelona que pelean Augusto y Lolo en el pico del área pequeña. El onubense la peina para atrás y pilla a Andrés descolocado, y el balón se aloja, lento y manso, en el fondo de la malla rojilla. Vuelve la calma a Balaídos.

Durante estos minutos de dominio vigués en la posesión, empieza a cobrar protagonismo Aurtenetxe, cuyas infructíferas subidas por la banda mantienen el erre que erre de Luis Enrique con la búsqueda de un lateral con vocación ofensiva. Sólo tiene uno natural con esas características, se llama Bellvís y se irá en enero. Osasuna espera, el punto le vale, y el primer tiempo muere.

Sopor en la segunda parte

La nula tensión con la que empezaba el choque se repitió en el segundo tiempo, pero duró algunos minutos más, concretamente 45. Osasuna, que en ningún momento vivió apuros en el encuentro, da un paso atrás. Mientras el Celta sigue sin servir balones en ventaja a Mina. El joven delantero a punto está de cazar un centro medido de Orellana, pero su papel en el partido sigue siendo testimonial.

Ambos equipos se ponen de acuerdo y deciden aburrir al espectador. Agazapado Osasuna en busca de contras con las que sorprender a la descoordinada defensa gallega, el partido se empieza a llenar de interrupciones, faltas e incidencias que roban minutos a los locales. Luis Enrique da entrada a Nolito por un fatigado Orellana en el 62, y ocho minutos después ingresa Álex López por Krohn-Dehli. El danés sigue sin estar fino y su aportación al equipo pasa de preocupante. Los hombres de refresco contagian una nueva mentalidad al equipo, pero individualmente aportan más bien poco al juego celeste: hay que marcar, y para ello hay que rondar el área visitante como sea. Javi Gracia capta la indirecta de su colega y reemplaza a Roberto Torres por Oier, otro excéltico que volvió a la que fue su casa, para apuntalar la defensa visitante. Puntuar en una visita a un rival directo es un regalo navideño más que bienvenido.

Los cambios de Luis Enrique dieron fe al equipo, pero aportaron poco a nivel individual

Y el partido sigue igual. El Celta monopoliza el juego, pero sólo es capaz de generar algo parecido a peligro en jugadas a balón parado. Los lanzamientos laterales de Nolito no encuentran rematador. Andrés se luce en una de ellas, mandando a córner un nuevo testarazo de Mina. El reloj seguía a lo suyo, moviéndose, y en el 82 debuta Bermejo en Liga en lugar de Augusto. Más madera. El cántabro se coloca como referencia y desplaza al canterano a la banda diestra. Con anterioridad, el goleador Armenteros había dejado el campo, previa pérdida de tiempo, en favor de Manu Onwu, con la misión de dar mayores molestias a la salida de balón de la defensa local y oxigenar a un Oriol Riera al que empezaron a fallar las fuerzas algo pronto.

Recién iniciado el tiempo de descuento, se permitió Puñal el lujo de incomodar a Yoel con un chut directo en una falta que pintaba más a centro. Pensó demasiado el capitán navarro y el cancerbero estuvo rápido a la hora de detener el disparo. Finaliza el partido, todos contentos -menos Lotiès, que terminó picado con Bermejo-, y a seguir con las vacaciones.

Vacaciones de reflexión

Termina el año, pero no los problemas. Balaídos parece lejano a convertirse en un fortín, y esos puntos que pueden marcar el futuro de los celestes se siguen escapando por pura incapacidad. Luis Enrique tomará el turrón en el Celta, pero mucho tendrá que pensar sobre cómo revertir la situación antes de que los dramas y las urgencias hagan acto de presencia. El asturiano deberá apretarle las tuercas a Torrecilla, porque visto lo visto, es necesario reforzar al equipo ya, mientras aprende que la política de rotaciones, esa que siempre queda de cara a la galería, se debe gestionar de un modo más razonable. A tiempo está el club de rectificar, pero lo malo del calendario es que nunca se para.

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Foto de cuerpo: EFE