Celestes 2013: Iago Aspas

El año del delantero de Moaña ha sido como el del Celta, repleto de altibajos. Por un lado las luces de su confirmación con jugador de gran nivel y su fichaje por el Liverpool. Por otro, las sombras, las dudas sobre el control de su genio y sobre si posee capacidad para dar continuidad a los coletazos de enorme talento que ha dejado por momentos.

Celestes 2013: Iago Aspas
Foto: Jorge Landín | Marca.
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Por Borja Refojos

¿Ángel o demonio? Es la pregunta más recurrente al hablar de Iago Aspas. Un futbolista distinto. Especial. Tocado por la varita mágica del talento y por el fuego infernal de un carácter incontrolable, capaz de jugarle malas pasadas. La temporada pasada fue la del debut en Primera del morracense, que venía de ser la estrella del Celta en su ascenso, cinco años después. 23 goles y una facilidad enorme para marcar las diferencias fueron sus credenciales en Segunda. Sin embargo, gran parte del fútbol español no le conocía, y el Agitador tuvo una carta de presentación inmejorable en la Liga BBVA. Goles, asistencias y desequilibrio fueron las cartas de presentación de un chico al que no le pesó el estreno en la máxima categoría.

Debutar en Primera no le pesó

Aspas llegó al primer partido del año contra el Valladolid con seis goles y siendo la clara referencia ofensiva del equipo. Aquel día de Reyes, el canterano volvió a brillar, con dos tantos ante los pucelanos. Su facilidad para ser factor diferencial (el único del equipo junto a Varas) le habían llevado a ser indispensable para el Celta.

Los cantos de sirena y el bajón

Aquellos dos goles contra el Valladolid fueron los últimos de Iago a las órdenes de Paco Herrera, su padre deportivo. El técnico catalán le dio una nueva posición, le dio confianza, le cuidó y le protegió desde que llegó al club. Y una de sus últimas frases como entrenador del Celta, también hizo referencia a Aspas: “Entre todos le hemos hecho mucho daño”, comentó Sir Paco en la sala de prensa de Getafe, tras su último partido como entrenador celeste.

Foto: Faro de Vigo.

Aquella frase fue el colofón a un mes en el que el delantero celeste bajó su nivel de forma alarmante. Su nombre sonó con fuerza para marcharse en aquel mercado invernal. Valencia, Sevilla, Swansea, Reading… Varios equipos se interesaron por el canterano del Celta. Todo ello, unido a la presión de ser el jugador franquicia de un equipo en problemas clasificatorios, llevó a Iago a un declive futbolístico alarmante. Espanyol, Málaga, Real Sociedad, Osasuna, Valencia y Getafe se enfrentaron al Celta sin encajar goles de Aspas. Aquel día, en el sur de Madrid, el diez fue sustituido por Santi Mina y se retiró de muy malos modos. Días después, Paco Herrera era destituido.

Luces y sombras

En el debut de Abel Resino, contra el Granada, Aspas volvió a aparecer. Iago hizo un bello gol, picando la pelota sobre la salida del portero, que abría el camino hacia la victoria. En Sevilla, la semana siguiente, a pesar de caer goleados, protagonizó una gran jugada individual que acabó en asistencia para que Augusto marcase. Una jornada después, contra el Real Madrid en Balaídos, el Agitador volvía a marcar, a pesar de la derrota local. Parecía que el mejor Aspas estaba cerca, y falta le hacía a su equipo, penúltimo en la clasificación en aquel momento.

Foto: Celtavigo.net.

Las perspectivas eran buenas con el derbi en el horizonte. Un partido en el que Iago debía demostrar que era futbolista. Sin embargo su lado oscuro apareció. Celtista desde la cuna, el aficionado del Celta estuvo por encima del profesional del Celta toda esa semana. Con declaraciones poco afortunadas, en las que indicaba que iban a dejar al Dépor “con pie y medio en Segunda”, azuzando los ánimos para un ya de por sí caldeado partido. En el derbi, el forofo pudo al profesional Pero lo peor estaba por llegar. Alrededor del minuto 28, con 1-0 en el marcador, los celestes estaban creciendo en el encuentro y en ese momento sucedió. Aspas y Marchena cayeron dentro del área y el delantero morracense propinó un cabezazo al defensa sevillano que se zanjó con expulsión. Los de Resino cayeron 3-1. Sin posibilidades, jugando tantos minutos con uno menos. Iago fue avisado por los veteranos y por el entrenador de que sería provocado por las malas artes de Marchena; que se mantuviera al margen. Sin embargo, el lado forofo del de Moaña apareció y dejó a su equipo a los pies de los caballos. Cuatro partidos de sanción. Demasiado tiempo sin su mejor futbolista para un equipo que se jugaba la vida.

La redención

Los cuatro partidos pasaron con un empate ante el Barcelona, derrotas contra Rayo y Mallorca y una victoria contra el Zaragoza que abría las puertas de la esperanza. El regreso de Aspas fue en Valencia contra el Levante y, sin tener una actuación brillante, su presencia se notó. Más bríos y más ideas ofensivas. Pero fue contra el Athletic, cuando halló el perdón. En un partido en el que el Celta perdía 0-1 y estaba siendo dominado, apareció Iago en los últimos minutos para lograr con un golazo un punto de oro. Factor diferencial.

Betis y Atlético de Madrid frenaron en seco las posibilidades de un Celta que llegó a las dos últimas jornadas pendiendo de un hilo. Fue entonces cuando Aspas volvió a aparecer para dar un último servicio al equipo de su vida. En Valladolid transformó el penalti que dio tranquilidad hasta el final. En la última jornada, contra el Espanyol, sacó el tarro de las esencias para destrozar la cintura de Colotto con una croqueta y servir en bandeja a Insa el gol de la salvación. Sus lágrimas al final dejaron claro su amor por el celeste.

Todo al rojo

Finalizada la temporada, con la permanencia en el bolsillo, se hizo oficial. El Liverpool se llevaba a Iago Aspas a cambio de 9’5 millones de euros. Una cifra enorme para un equipo pequeño, tal y como está el fútbol. El Agitador empezaba su aventura inglesa.

Foto: Getty Images.

Todo fue bien en la pretemporada. Goles, asistencias y buenas sensaciones para Iago. Apadrinado por José Enrique, el de Moaña se aclimataba poco a poco al juego inglés. La sanción de seis partidos de Luis Suárez parecía abrirle las puertas de la titularidad con los Reds.

Sin cuajo

La liga empezó y las cosas no fueron del todo bien para Iago. Voluntad y desparpajo eran sus armas, pero le faltaba suerte de cara a gol. Nunca acabó de encontrar su sitio, jugando en banda y en posiciones alejadas del área. Difícil cambio. De ser jugador franquicia a ser uno más. De aglutinar todo el juego a tener que buscarlo. El buen arranque goleador de Sturridge hizo todavía más gris el de Aspas, que todavía no ha marcado de rojo.

Pero los problemas no acabaron ahí para el morracense. Una inoportuna rotura muscular le impidió seguir progresando. Dos meses en el dique seco. Dos meses que coinciden de pleno con el regreso de Suárez y sus desproporcionadas cifras goleadoras. El uruguayo ha guiado al Liverpool hasta el liderato con sus increíbles cifras goleadoras que le han llevado a ser el mejor jugador del campeonato y que cierran la puerta de la titularidad a Aspas, al menos en su posición predilecta.

El futuro es una incógnita para Iago. Recién recuperado de su lesión no ha tenido minutos, a pesar de que Sturridge está lesionado. La reciente renovación de Luis Suárez también le complica hacer carrera en el club rojo. Varios equipos se han postulado como destino del gallego, para salir cedido en invierno. El Betis o el Swansea han sido dos de ellos. No obstante, Aspas ha dejado claro recientemente que quiere “triunfar en el Liverpool”. Habrá que ver si su talento le permite salir airoso de esta complicada situación.

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Sobre el autor
Borja Refojos
Estuve en VAVEL desde octubre de 2012 a enero de 2016. En ese período coordiné la sección del Celta desde julio de 2013 hasta diciembre de 2015, así como la cobertura del Mundial 2014, además de escribir crónicas, reportajes y todo tipo de artículos informativos. Actualmente trabajo como redactor en la Axencia Deportiva Galega (ADG Media) y colaboro en tuRadio 88.4 Vigo. Email de contacto: [email protected]