Valencia y Celta están viviendo temporadas complejas. La calidad titubeante pero armónica de ambos conjuntos les han llevado a vivir tiempos convulsos en su seno, que remataron en los últimos tiempos con la inestabilidad en el banquillo y los temblorosos resultados. A pesar de todo, el conjunto valencianista no ha desechado todavía ninguna opción este año, manteniéndose vivos en las tres competiciones. Su clasificación en Liga es decepcionante pero no definitiva, y la remontada es posible si los cimientos no vuelven a tambalearse.

Peor situación es la vivida en Vigo. Ya eliminados de la Copa del Rey, la única y absoluta meta restante en esta campaña es la consecución de una buena posición en la tabla clasificatoria, alejada de los puestos de descenso. Para desgracia del club celeste, es en ellos donde, por primera vez en toda la temporada, han caído tras la derrota sufrida ante el Real Madrid el pasado lunes, que condenó al equipo vigués a ocupar el decimoctavo puesto a pesar del gran juego desplegado y la gran imagen proporcionada a sus aficionados.

Retomar las riendas de sus trayectorias está en manos de ambos conjuntos, que se ven las caras este sábado en Balaídos como colofón a una primera vuelta errática, irregular, con malos y buenos momentos pero sobre todo que ha demostrado que ambos pueden competir sin dificultades. Mantener la calma, hallar la tan preciada estabilidad y no dejarse llevar ante las adversidades, claves para lograr unos objetivos que a priori no deberían estar lejos del alcance de ambos.

El ciclo, en su punto ínfimo

El Celta de Vigo de Luis Enrique ha alcanzado en este ecuador de la temporada su punto más bajo en la tabla clasificatoria. Un decimoctavo puesto que refleja con claridad la irregularidad de un equipo incapaz de sentar una base sólida a partir de la cual construir. El Celta ha sido un club tambaleante, sin fijación en metas, sin ideas claras. El gran fútbol desplegado por momentos ha sido sino un alegato a lo que podría ser. Se ha convertido en un equipo en potencia, mientras las jornadas pasan y los puntos no comienzan a sumarse a su casillero.

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Los vigueses no han logrado asentar a un once claro a lo largo del año. La inseguridad defensiva, los problemas en la transición y la ya tradicional sequía goleadora han sido las principales adversarias de un equipo que no ha conseguido en ningún momento cumplir las expectativas que él mismo se ha puesto. Un equipo que sigue, con media temporada ya en el recuerdo, soñando a través de un universo idílico construido a su alrededor. Y la realidad sigue castigando. Vaya si lo hace.

Charles, principal referencia goleadora celeste, ha marcado una trayectoria descendiente desde el comienzo del curso deportivo, mientras que otros jugadores clave como Rafinha, Álex López o Nolito han brillado por su irregularidad, por sus grandes partidos y sus desapariciones temporales. La floja línea defensiva en la que Fontàs no logra imponer su ley a pesar de los galones, ha fortificado la necesidad de un Celta que necesita una reacción urgente. Una reacción que le permita colocarse en la posición que por juego le pertenece.

Caída y auge de un club luchador

El Valencia Club de Fútbol se ha definido, históricamente junto al Atlético de Madrid, como el tercer equipo de España. Nada más lejos de la realidad, los chés son el último equipo que logró imponerse en la Primera División española fuera de la dupla Real Madrid-Barcelona. Un club al que, por historia, se le exige estar entre los grandes. La irregularidad de las últimas temporadas y las malas decisiones han turbado la historia reciente de los valencianistas, quienes, sin embargo, no pretenden rendirse ante las adversidades.

Diego Alves parece haberse afianzado en la meta del Valencia Club de Fútbol ante la irregularidad de Vicente Guaita. En la pareja de centrales, con Víctor Ruiz en la recámara, se han asentado Mathieu y Ricardo Costa, con alternativas en los flancos. Joao Pereira y Guardado parten como protagonistas en una obra que cuenta en el reparto con Juan Bernat y Barragán como sustitutos.

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El centro del campo es propiedad de Javi Fuego, organizador del juego valencianista y pilar sobre el que éste se construye. A su lado, las rotaciones son clave. Parejo, Banega (baja ante el Celta), Míchel o Canales se rotan en una posición de distribuidor extremadamente competida. Las bandas las cubren jugadores de garantía como Feghouli y Piatti, cuya irrupción es la mejor noticia desde la llegada de Pizzi al banquillo ché. Fede Cartabia, el joven jugador de Santa Fe, se postula como la más inmediata opción para suplir bajas en esta posición.

Arriba, Jonas es protagonista en el enganche. Su movilidad, su calidad técnica y su gol están siendo el motor del equipo esta temporada. Por delante de él, Helder Postiga sigue sin lograr afianzarse con Paco Alcácer esperando su oportunidad. Una oportunidad que ya le ha llegado, con mayor o menor grado de aprovechamiento por su parte, pero que seguro volverá a sus botas en el transcurso de la temporada.

Antecedentes

113. Ese número representa la totalidad de ocasiones en las que Real Club Celta de Vigo y Valencia Fútbol Club se han visto las caras en partido oficial. De ellas, el conjunto ché ha logrado llevarse nada menos que 57, cifra que supera muy ligeramente al 50% de victorias totales. Este dato clarifica a grandes rasgos el historial entre ambos equipos. El Valencia ha sido, tradicionalmente, un rival difícil de esquivar para el equipo celeste, que no ha conseguido lavar esta lacra en su estadística.

Mientras que en Mestalla la diferencia entre ambos equipos es abismal (5 victorias celestes por 42 valencianistas), en Balaídos los términos se ajustan. De los 55 partidos disputados en el estadio vigués a lo largo de la historia del fútbol español, el Celta ha conseguido hacerse con los tres puntos en 22 ocasiones, firmando un empate en 18 y cediendo en 15. Esta ligera ventaja de los locales se ha visto reducida en los últimos tiempos, pues en las últimas diez visitas valencianistas a Balaídos el conjunto anfitrión sólo ha conseguido llevarse la victoria en tres de ellas, encajando, además, cuatro empates y tres derrotas. Tres derrotas que se aglutinan en las últimas cuatro temporadas en que los vigueses han desplegado su fútbol en la máxima categoría.

El precedente más reciente en Balaídos data de la pasada campaña, cuando el Valencia se impuso por la mínima con un solitario gol de Nelson Valdez en el tiempo de descuento. Hasta 2006 debemos remontarnos para vislumbrar en el horizonte la última victoria viguesa en su estadio, cuando el Celta se impuso por un ajustado 3-2 con goles de Baiano, Iriney y Canobbio, haciendo inútiles los tantos de David Navarro y Fernando Morientes.

Convocatoria

Ambos equipos llegan a este encuentro con casi la plenitud de sus plantillas disponibles. En el Celta, Rafinha y Fontàs podrán ser de la partida tras sus problemas físico. Además, el alta médica de Samuel tras casi seis meses de baja supone una gran noticia en el seno e la entidad viguesa.

Por parte valencianista, no estarán Éver Banega, por lesión, y Bezo y Pabón, quienes se quedan fuera por decisión técnica.

Celta

Porteros: Sergio y Yoel.

Defensas: Hugo Mallo, Fontàs, Aurtenetxe, Jonny, Cabral y David Costas.

Centrocampistas: Borja Oubiña, Álex López, Rafinha, Krohn-Dehli y Augusto Fernández.

Delanteros: Mario Bermejo, Nolito, Charles, Orellana y Santi Mina.

Valencia

Porteros: Guaita y Diego Alves.

Defensas: Joao Pereira, Barragán, Víctor Ruiz, Mathieu, Ricardo Costa, Bernat y Guardado.

Centrocampistas: Javi Fuego, Oriol Romeu, Parejo, Feghouli, Piatti, Míchel y Fede Cartabia.

Delanteros: Jonas, Paco Alcácer y Helder Postiga.

Posibles onces