A la tercera fue la vencida para Íñigo López. Al central riojano le llegó su primera oportunidad como celeste tres semanas después de llegar al Celta y tras haber sido convocado tres veces. A su vuelta a Vigo, el zaguero manifestó su alegría y agradeció el apoyo que recibió del resto de la plantilla. “Los compañeros me ayudaron mucho”, afirmó.
 
El defensa celeste salió al inicio de la segunda parte en sustitución de Gustavo Cabral, que había visto una tarjeta amarilla en la primera parte. Para Íñigo López supuso volver a jugar después de bastante tiempo de inactividad, ya que en los últimos seis meses sólo jugó tres partidos con el PAOK. El riojano explicó que cuando supo que iba a tener sus primeros minutos como jugador del Celta sólo pensó en aprovecharlos al máximo: “Cuando el míster me dijo que iba a salir, me preparé mentalmente lo mejor posible, dispuesto a darlo todo e intentar aprovechar mi oportunidad. La verdad es que el de Villarreal fue un partido de lo más accidentado. Lo mejor es que ganamos".
 
Y es que aunque el Celta trajo los tres puntos para Vigo, Íñigo López no se mostró del todo satisfecho con el rendimiento del equipo y opina que todavía quedan aspectos por pulir: “Ganamos un partido que era muy importante para nosotros, pero hay cosas que debemos de mejorar en el futuro. Aunque eso es preferible hacerlo desde la victoria y corregir los errores con la comodidad, sin la presión de haber perdido el último encuentro”.
 
Sobre el incidente con el gas lacrimógeno, gran protagonista en la noche de su debut, el riojano reconoció que será algo que permanecerá en su memoria para siempre: “Recuerdo todos mis debuts en los otros equipos que estuve, pero este no lo podré olvidar nunca debido a la acción de ese desalmado. Espero que esto no vuelva a suceder en un estadio de fútbol", comentó. Por otra parte, también mostró su alegría por que todo quedase en un susto. “Dentro de lo malo, por fortuna no hubo que lamentar daños personales”, sentenció.
 
Fuente: Marca.com