El Celta despidió la temporada con una derrota indolora en Mestalla en un partido en el que los dos equipos tenían la mente más centrada en el futuro que en el presente. En Vigo, Luis Enrique había anunciado el viernes un secreto a voces: su marcha del club. Mientras que el propio sábado el valencianismo conoció al nuevo dueño del equipo: el magnate singapurense Peter Lim. Ambos acontecimientos, a lo que se le añade que sobre el césped sólo estaba en juego el hecho de acabar en la octava posición, provocaron que tanto Valencia como Celta estuvieran más pendientes del futuro mercado de fichajes que del último encuentro de la temporada.
La falta de tensión por la falta de objetivos se notó en el campo. Ambos equipos, en un ambiente puramente prevacacional, ofrecieron un partido en el que desplegaron sus armas habituales y en el que lucharon por la victoria, pero en el que también se notó la falta de intensidad: no hubo grandes carreras ni derroches físicos como en otros encuentros. La temporada estaba sentenciada para ambos y nada de este encuentro iba a cambiarlo.
A la primera
Luis Enrique aprovechó la intrascendencia del encuentro para dar minutos a los hombres menos habituales en su última alineación como entrenador del Celta. Iñigo López, Oubiña, Álex López, Madinda y Santi Mina eran las cinco novedades en el once celeste respecto al equipo que había vencido de manera contundente al Real Madrid seis días atrás.
En los primeros minutos, ambos equipos mostraron carencias a la hora de mover el balón y lo hacían de manera atropellada, especialmente el Celta, que ha hecho del manejo del esférico una de sus identidades esta campaña. Sin embargo, la buena dinámica de las últimas jornadas fue suficiente para tapar las lagunas y encontrar el gol de forma muy temprana y poco habitual: a balón parado. Nolito aprovechó un saque de falta para triangular con Jonny y adentrarse hasta casi la línea de fondo y poner un centro a Iñigo López, que solo tuvo que empujar el balón al fondo de la red. El central anotaba en el minuto cuatro de encuentro y realizaba un guiño al club celeste ante un futuro incierto ya que al central se le acaba el contrato de cesión.
Remontada local
Lejos de abalanzarse sobre la portería celeste en busca del empate, el Valencia encajó el gol tempranero con frialdad y apostó por la mesura para remontar el resultado. El Celta se hizo dueño de la pelota, pero apenas era capaz de adentrarse en el campo che ante un Valencia bien posicionado. Pese a no tener la posesión, el conjunto che empezó a llegar con peligro y Sergio tuvo que esforzarse en el minuto veinte para parar primero un remate de Jonas que envió a córner. Tras el saque de esquina llegó la gran parada del encuentro al despejar un tiro lejano pero muy potente de Míchel.
Tras el gol, el Valencia se adueñó del partido Tras las dos buenas ocasiones del Valencia, la balanza empezó a ceder a favor de los locales, que empezaron a adueñarse del partido con un Celta que apenas pasaba del centro del campo. El equipo celeste tardó veinte minutos en hacer una ocasión de gol, con un tiro lejano pero potente de Álex López, y en la jugada siguiente llegaría el empate. Parejo centró desde la banda derecha al segundo palo, donde Piatti tocó el balón de cabeza y Feghouli, también de cabeza, mandó al fondo de la red. El tanto hacía honor por partida doble a lo visto sobre el campo: el Valencia no merecía ir perdiendo y anotó el hombre que más estaba llevando el peligro al área celeste.
Con el empate se llegó al descanso y tras la reanudación el guión fue el mismo que el de los minutos finales de la primera parte. El Valencia, dueño de la pelota, insistía en asomarse por las cercanías del área de un Celta que apenas llegaba al área contraria. Al final, la insistencia tuvo premio y, con algo de fortuna, los locales consiguieron su segundo tanto de la noche: Feghouli centró para Piatti, que cabeceó en dirección hacia la portería. Sin embargo, el balón impacta en la cabeza de Jonny y eso hace que el esférico cambie de trayectoria y que Sergio fuera incapaz de atajarlo.
Pensando en las vacaciones
Con el dos a uno el partido entró en una fase en la que bajó la intensidad de los hombres sobre el césped y en la que el Celta volvió a adueñarse de la pelota pero siendo incapaz de llegar con demasiado peligro al área valencianista, solo con tiros lejanos o muy flojos. Luis Enrique quitó a Álex López por Krohn-Dehli y dio minutos a hombres menos habituales como David Costas y Mario Bermejo, mientras que Pizzi prefirió apostar por jugadores de su confianza al introducir a Barragán o Paco Alcácer y se reservó el tercero para que Feghouli recibiese la ovación de Mestalla al filo del tiempo añadido.
Pese al dominio celeste, las últimas ocasiones importantes del encuentro fueron para el Valencia, que también demostró en este tramo de partido su fortaleza defensiva a la hora de recuperar balones en momentos determinantes. Piatti fue el hombre de referencia en ataque en los últimos minutos y a punto estuvo de tener el premio del gol ya en el tiempo añadido, cuando Jonny salvó el tercer gol valencianista al interponerse entre el remate del argentino y su portería.
La victoria no le sirve al Valencia para maquillar una temporada en la que estuvo cerca de introducirse en una final europea, pero que finalmente termina fuera de los puestos europeos. Por su parte, con esta derrota, el Celta pone fin a una temporada en la que esperaba sufrir más por conseguir la permanencia y cuyo futuro más inmediato pasa por buscar un nuevo entrenador que le permita, al menos, repetir lo cosechado en esta campaña.
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