El regreso a la élite del fútbol nacional trae al Deportivo de La Coruña el nada sencillo escenario en el que se ve envuelto todo equipo de la hipotética zona baja en la actual Liga: hacer una plantilla competitiva invirtiendo la menor cantidad de dinero posible. Uno de los grandes indicadores de esta realidad parece, a priori, la inmensa cantidad de nuevos nombres presentes en el club coruñés. Doce son las incorporaciones realizadas por el subcampeón de la Liga Adelante, un número imponente que, no obstante, no empaña la apuesta por el bloque que tardó un año en lograr el regreso a Primera. La planificación de la temporada del Deportivo quiso repetir la columna vertebral de los blanquiazules, especialmente del centro del campo para atrás, en un equipo que cada año refuerza cada vez más su tendencia al fútbol defensivo, los contraataques y los marcadores ajustados.
Una columna vertebral de tres piezas
Lux-Insua-Juan Domínguez. Problemas físicos y modificaciones tácticas ocasionales aparte -que los está habiendo-, el planteamiento con el que se encontró Víctor Fernández tras su fulminante fichaje por los coruñeses tiene en estos tres hombres su fundamento, sumada a la aportación de otros “veteranos” con presencia y protagonismo en varios onces, como Lopo, Luisinho o Álex Bergantiños.
Se apostó por el bloque defensivo del año pasado
La renovación del meta argentino fue uno de los grandes anhelos de la directiva durante todo el verano. El protagonismo del “Poroto” ha crecido a pasos agigantados dentro y fuera del césped, lo que captó la atención del Marsella de Marcelo Bielsa. Desoyendo los cantos de sirena del equipo que actualmente comanda la Ligue 1 francesa, Lux apostó por la continuidad en el que por fin es su gran oportunidad como titular en Primera, donde de momento no está cuajando un buen arranque liguero, con cierta sensación de inseguridad tras cometer errores que desencadenaron varios goles en contra.
Pablo Insua es la perla de una cantera poco prolífica en términos generales en los últimos años. Si las cosas marchan bien, el joven central de Arzúa es, quizás, uno de los defensores con mayor futuro en el fútbol español. Su comienzo de Liga no ha sido todo lo afortunado que quisieran en Riazor por culpa de los problemas físicos que arrastra en un tobillo. Jugador sobrio en la colocación y con un gran dominio del juego aéreo, tanto defensivo como ofensivo, al zaguero le ha surgido dura competencia por el puesto con las llegadas de Diakité y Sidnei, dos hombres llamados a poner mucho más músculo al centro de la defensa deportivista. Pese a ello, y si todo sigue en orden, Insua volverá a ser uno de los pilares de este equipo durante su aventura en la élite.
“Juando” lleva años consolidado como uno de los hombres fuertes del Deportivo. El centrocampista de Pontedeume continúa siendo un fijo en las alineaciones y, pese a no haber cumplido con la condición de sustituto natural de Juan Carlos Valerón que se le presuponía desde A Coruña, se ha convertido en el gran organizador de la medular deportivista. Probablemente sea de los hombres que más entonados ha empezado la Liga, y una prueba palpable de ello fue el “descanso” que le dio Víctor Fernández en el partido ante el Real Madrid, una goleada que entraba en todos los pronósticos: es una Liga en la que ni Celta ni Deportivo pueden competir.
Mendes señala el camino
El hilarante despido de Fernando Vázquez a principios de julio tras una poco afortunada rueda de prensa en la localidad natal de Insua obligó a reiniciar la negociación de incorporaciones. Bajo las indicaciones de Harry Potter, el Deportivo tenía avanzadas las negociaciones con futbolistas que eran del agrado del de Castrofeito, como fue el caso del mundialista camerunés Eyong Enoh, que se cancelaron tras la llegada de Víctor Fernández, un entrenador que, si bien ha conservado la línea resultadista de su antecesor, ha dejado de manera patente su preferencia por jugadores de mayor presencia física y minutos en Primera División.
Cinco de los fichajes están representados por el portugués
No se entiende el Deportivo sin el papel de Jorge Mendes. A pesar de que el multimillonario agente portugués de futbolistas siempre ha estado ligado a Riazor -no en vano, la llegada de Nuno Espírito Santo, hoy entrenador del Valencia, a Coruña en 1997 fue su primer negocio como representante-, su presencia en la planificación deportiva e incluso institucional del club blanquiazul se ha vuelto muy relevante desde que el ambicioso proyecto de Augusto César Lendoiro comenzaba a hacer aguas por las deudas. De nuevo, una buena lista de jugadores vinculados a las distintas empresas de representación del luso llegaron a la ciudad este verano a coste cero: por orden de lista, Hélder Postiga, Sidnei, Salomão (que repite pese a estar lesionado de larga duración), Ivan Cabaleiro y Luis Fariña, a los que se suma Luisinho, que ya fue parte importante del Deportivo del ascenso. Todos ellos vienen con la etiqueta de hombres capaces de gozar de cierto protagonismo y regularidad a lo largo de la temporada, pero el papel de Mendes en proyectos modestos no siempre acaba con un final feliz, y no hace falta salir de Riazor para acordarse de la “Operación Plátano” de hace dos veranos, donde el rendimiento de hombres como Evaldo o Roderick levantaron las críticas de la afición deportivista.
Quizás el más esperado y mediático de todos los “nuevos” de Mendes sea Postiga. El veterano delantero portugués, abocado al más absoluto de los ostracismos en el Valencia tras una decepcionante campaña, llega a A Coruña para tratar de poner el gol que tanto se añora en Riazor. Toché fue durante todo el verano, y ya con la temporada en marcha, el único goleador natural -junto a los descartados Borja Bastón y Luis Fernández, que se marcharon a Zaragoza y Lugo, respectivamente- que tenía el Deportivo, incapaz de alcanzar un acuerdo económico para traerse a Kostas Mitroglou, que finalmente optó por regresar a su Olympiacos, donde ya ha marcado en Champions. Hélder Postiga, jugador de más remate que presencia y participación, deberá ser el que dé la puntilla a las contras deportivistas. El buen comienzo de Liga de Luis Fariña también lo deja entrever como un hombre capital en el esquema blanquiazul, al más puro estilo Juan Emmanuel Culio la pasada temporada: mediapunta con técnica y una fuerte personalidad.
La experiencia en Primera, clave a la hora de fichar
Fuera de las redes de Mendes, el Deportivo ha apostado por encima de todo por jugadores con experiencia en Primera División, especialmente tras la llegada de Víctor Fernández. Isaac Cuenca, uno de los que mayores expectativas levanta tras varios años en el F.C. Barcelona, deberá demostrar que su calvario de las lesiones es una etapa ya pasada, mientras que Haris Medunjanin, mundialista con Bosnia-Herzegovina, regresa a España tras una etapa en el Valladolid donde combinó brillantes actuaciones en el césped con escándalos vinculados al ocio nocturno. Roberto Canella, uno de los jugadores de mayor renombre de la Liga Adelante; José Rodríguez, canterano del Real Madrid a quien la burbuja mediática de la capital ha convertido en un jugador a seguir; y Modibo Diakité, central alto y muy duro con dilatada experiencia en el Calcio, completan la nómina de incorporaciones del Deportivo para este verano. Habrá que ver si la planificación cumple con lo esperado y no se vuelve a producir una dependencia del mercado invernal como la pasada temporada, cuando se realizaron los fichajes de jugadores claves para el ascenso como Ifrán, Toché, Lopo o Sissoko, alguno de ellos incorporado mediada ya la segunda vuelta.
Un largo camino para sobrevivir
La temporada 2014/15 se antoja para el Deportivo de La Coruña como un reto que tendrá como premio la supervivencia. Su mayor dificultad será la de potenciar su férreo juego defensivo basado en aguantar un resultado favorable tras un gol aislado: así funcionó en Ipurua, pero fracasó contra Granada y Rayo, que remontaron un marcador que beneficiaba a los coruñeses. Cuatro puntos ante tres rivales de su liga -obviamente, el Real Madrid no lo es- parece un botín escaso en cuanto a sensaciones, pero la temporada no ha hecho más que comenzar, y el siempre esperado derbi gallego quizás haga acto de presencia demasiado pronto, con un bloque todavía en construcción tras un sprint final del mercado de fichajes en el que llegaron muchos hombres el último día y todavía con el doloroso “2-8” del electrónico de Riazor reciente en la retina de los deportivistas. En el césped se saldrá de dudas.