La continua disputa por el trono de Galicia

La histórica rivalidad entre celestes y blanquiazules tiene su origen ya desde la fusión del Vigo Sporting y el Real Fortuna, dando lugar a la fundación del Real Club Celta. Los padres del conjunto vigués buscaron crear un equipo que representase no solo a la ciudad de las Rías Baixas, sino a toda Galicia. Además, se decidió por votación popular que los colores de la vestimenta céltica fuesen los que ondean en la bandera gallega: azul celeste para la camiseta y las medias y blanco para el pantalón. Esto no fue recibido de buen agrado en A Coruña, ya que los herculinos consideraban que su equipo representaba también a Galicia. Ya por aquel entonces se produjeron las primeras discrepancias entre el Norte y el Sur.

A pesar de que no ha llegado hasta nuestros tiempos documento alguno que lo verifique, circula por tierras gallegas otra versión de los hechos. Mediante esta otra interpretación se considera la posibilidad de que el Celta se hubiese ganado el derecho de vestir los colores de la enseña autónoma tras proclamarse vencedor en un encuentro jugado ante el Deportivo de la Coruña. Según dicha hipótesis, el conjunto olívico también habría ganado el honor de lucir en su escudo la Cruz de Santiago.

Vaivén de resultados

La alta rivalidad comenzó antes de disputarse el primer derbi

No hubo tiempo siquiera para disputar el primer derbi cuando se produjo el primer incidente entre ambos clubes. Poco después de la fundación del Real Club Celta los futbolistas celestes Ramón González, Otero, Chiarroni e Isidro abandonaron la entidad olívica sobornados por el Deportivo para que se convirtiesen en jugadores blanquiazules. Este hecho no gustó nada en Vigo, por lo que fue denunciado ante la Federación Gallega, que optó por prohibir al conjunto herculino participar en el Campeonato de Galicia en aquella temporada 1923/24. Este sería el detonante principal de la futura rivalidad entre las aficiones de ambos conjuntos -y de los propios jugadores-. Sería en la campaña siguiente cuando llegaría el primer enfrentamiento oficial. A Coruña recibió de uñas al combinado celeste debido al asunto acontecido un año atrás. Los blanquiazules se alzaron con el triunfo, derrotando a los vigueses con un contundente tres a cero.

Los primeros derbis disputados en la liga española -tanto en Primera como en Segunda- supusieron un vaivén de resultados. La década de 1930 comenzaría con un Deportivo ciertamente superior al Celta, siendo artífices los herculinos de sendas goleadas (5-0 y 7-2) en A Coruña. No obstante y ya avanzado el decenio, los vigueses devolverían a su eterno rival la victoria por cinco goles a cero, y otra similar la temporada siguiente (5-1), ambas en Balaídos. El siglo XX se caracterizó por grandes periodos de irregularidad por parte de ambos equipos. No existió un dominador claro. Grandes gestas durante aquellos años serán siempre recordadas por sus respectivas aficiones. Cabe destacar en el lado celeste el triunfo a principios de los cincuenta por seis goles a uno, mientras que los blanquiazules tomarían la revancha años más tarde, imponiéndose a su rival con una manita. En la campaña 1980/81 Galicia viviría los que probablemente fueron los derbis más amargos, ya que se disputaron en Segunda División B -el Celta venció en Balaídos y logró un empate en Riazor-, debido al descenso a la categoría de bronce de ambos conjuntos. El fútbol gallego parecía sufrir un grave proceso de decadencia.

El EuroCelta y el SúperDépor

Tras el breve paso de celestes y herculinos por la tercera competición española de mayor importancia, ambos conjuntos regresaron a la categoría de plata. Durante este periodo el equipo celtiña registraría seis triunfos frente a los dos logrados por el Deportivo, mientras que otros dos terminaron en empate. En los noventa comenzaría la época de esplendor del clásico gallego. Cuando 'O Noso Derbi' se convirtió en un auténtico espectáculo a nivel nacional. Llegaba la etapa en la que no se enfrentaban el equipo de fútbol de Vigo y el de A Coruña. Sobre el césped -bien de Balaídos o de Riazor- estaban presentes el EuroCelta y el SúperDépor. Las que probablemente fueron las mejores plantillas en la historia de ambos conjuntos se veían las caras dos veces al año en uno de los duelos fetiche de la Primera División. El decenio se cerraría con un bagaje favorable a los coruñeses: seis triunfos, nueve empates y tres derrotas.

Futbolistas de la talla de Mazinho, Mostovoi, Juan Sánchez, Patxi Salinas, Karpin o Gudelj defendieron la elástica celeste en un periodo de gran apogeo del Celta, que se convirtió en un habitual participante de la Copa de la UEFA. Por su parte aquel Deportivo -que logró en esa época grandes e históricas gestas- contaba en sus filas con profesionales de renombre internacional, tales como Bebeto, Fran, Rivaldo, Djalminha, Donato, Mauro Silva y compañía. La tensión se mascaba en el ambiente. En juego había algo más que tres puntos. Gran muestra de ello es el enfrentamiento entre el céltico Mostovoi y el herculino Djalminha.

Del cielo al infierno

El nuevo siglo comenzaría con los dos conjuntos gallegos atravesando un gran momento. El Deportivo inició el milenio proclamándose campeón de Liga, mientras que el conjunto olívico se alzarían con el título de campeones de la Copa Intertoto. Los celestes vencieron en el primer derbi del año 2000, imponiéndose a su rival en Balaídos por dos goles a uno. Podría considerarse que tanto unos como otros habían alcanzado el Olimpo -sobre todo teniendo en cuenta las aspiraciones y presupuestos de ambos conjuntos-. O Noso Derbi calaba en cada vez más aficionados al fútbol y llegaba a tener cierta repercusión internacional, gracias a los numerosos futbolistas de diferentes nacionalidades que vestían las elásticas de Celta y Dépor. Aquella fue, sin duda, la época dorada del popular enfrentamiento por el trono del fútbol gallego.

El Deportivo envió a Segunda a su máximo rival en el añ0 2004

En la campaña 2000/01 la balanza no se decantaría para ningún lado. Victoria por la mínima del Dépor en Riazor y posterior venganza del Celta de nuevo con un tanto de ventaja. Apenas habría empates en esta última etapa. De hecho, tan solo dos de 16 encuentros finalizarían en tablas. Uno de ellos llegaría en la temporada siguiente. Dos a dos en A Coruña, mientras que los herculinos se llevaron los tres puntos de Balaídos. El curso siguiente ninguno de los equipos logró imponerse a su rival ya que, a pesar de que el conjunto coruñés venció por tres goles a cero ante su afición, los vigueses respondieron en el partido de vuelta con idéntico resultado. Sería precisamente el año en que el Celta participó en la UEFA Champions League en el que llegarían dos de las derrotas que probablemente más dolieron a la afición olívica. Fue un tres de enero de 2004 el día en el cual el eterno rival vencía en Balaídos por cero goles a cinco. Sin duda alguna, un duro golpe del que recuperarse. No obstante, a pesar del abultado resultado, probablemente el partido de vuelta en Riazor terminase siendo más doloroso si cabe. El Celta llegaba a la penúltima jornada del campeonato liguero contra las cuerdas. Las posibilidades de lograr la permanencia pasaban por vencer en la ciudad herculina. Pero un Deportivo que se jugaba poco más que enviar a su rival a Segunda División fue superior al conjunto olívico, que no tenía punto de comparación con el que meses antes había disputado la Liga de Campeones. El resultado final, una contundente victoria del Dépor por tres goles a cero que dejaba al Celta a un paso de perder la categoría.

Tras el breve paso del Celta por la división de plata, regresaría el derbi gallego con victoria coruñesa en Balaídos, mientras que el cuadro olívico tomaría la revancha en el encuentro de vuelta. La temporada siguiente a poco supo el doble triunfo logrado ante el Dépor (cero a uno en Riazor -gol de Nenê- y mismo resultado en Vigo -gracias al tanto de Baiano-), ya que el combinado celeste terminaría regresando al pozo de Segunda. Tendrían que pasar cuatro años para volver a ver un partido que ciertamente no volvió a ser el que era. El encuentro se produjo en la categoría de plata, debido al descenso del Deportivo. Atrás quedaban los derbis entre el EuroCelta y el SúperDépor, para abrir paso a dos conjuntos con plantillas y nivel económico notoriamente inferiores a los de aquella época dorada. O Noso Derbi se disputó en el abismo de Segunda, había tocado fondo. El Deportivo vencería en A Coruña (2-1, con goles de Lassad y Jonathan Vila en propia puerta para los herculinos y de Orellana por parte del cuadro vigués) en un partido en el que los visitantes merecieron más. En Balaídos en juego estaba dar un paso al frente y asentarse en las posiciones de ascenso directo. Los coruñeses se llevaron los tres puntos nuevamente gracias a un gol en el último minuto de partido, lo que arruinó la remontada celeste. Finalmente, ambos equipos regresarían de la mano a la Liga BBVA. Gracias a ello, se recuperó el clásico gallego en la máxima categoría.

El Celta provocaría el descenso del conjunto herculino años más tarde

El primer choque finalizaría en Balaídos con empate (1-1), gracias a los tantos de Mario Bermejo y Juan Domínguez respectivamente. Peor para el Celta sería el encuentro en Riazor. Los vigueses buscaban alejarse de los puestos de descenso ante un Dépor al que todos daban por muerto y cuya única esperanza para intentar resucitar pasaba por vencer a los vigueses y mantener una racha de resultados positiva. Las dianas de Riki, Sílvio y Salomao permitieron al combinado herculino tomar oxígeno y seguir con opciones de alcanzar la permanencia ante un Celta que -a pesar del tanto de Park Chu-Young-, poco pudo hacer. Los célticos tuvieron que afrontar gran parte del encuentro con un hombre menos debido a la expulsión por roja directa a Iago Aspas. El moañés, cansado de sus constantes provocaciones, propinó un cabezazo al deportivista Carlos Marchena dejando así a su equipo con un hombre menos. El Celta lograría aquella campaña la permanencia sobre la bocina a costa de un Deportivo que nuevamente perdía la categoría.

Tras una única temporada en la Liga Adelante, el Deportivo de la Coruña regresa a Primera y, por tanto, lo hace un derbi gallego que parece recuperar la tradición y la categoría que corresponden propiamente a O Noso Derbi.

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