Cuando los sueños se hacen realidad

Dicen que los sueños no son más que ilusiones vanas, utópicos deseos. Hay quien defiende también la idea de que los soñadores no llegan lejos en la vida porque tan solo son meros ineptos mientras que los realistas, los que tienen los pies en el suelo y no dejan volar libremente su imaginación, son los verdaderos triunfadores. La clave del asunto está en no posicionarse en ninguno de los lados, y ser sensatos pero no dejando nunca abandonada la ilusión.

Cuando los sueños se hacen realidad
Larrivey celebra el gol que le dio al Celta la victoria (Foto: EFE).
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Por Yuri Carrazoni

Los componentes del plantel céltico se presentaron en Barcelona conocedores de sus limitaciones y sabiendo que no partían precisamente con la condición de favoritos. El Celta era consciente de que el conjunto azulgrana no podía permitirse un nuevo tropiezo tras caer en el Santiago Bernabéu. Una plácida noche con ambiente de fútbol se veía reflejada en la Ciudad Condal, donde uno de los mejores equipos del mundo aguardaba con ansia a que diera comienzo el encuentro para demostrar a su afición que sus aspiraciones seguían siendo altas. Aparentemente once hombres vestidos de celeste que serían arrojados a una jaula de leones hambrientos. No obstante, los vigueses tenían otros planes.

Respetando al rival

El Barcelona inició el partido cumpliendo con su etiqueta de favorito. Los primeros minutos fueron un recital de pases de los culés, que lograron arrinconar a los célticos cerca de su propia área. Tirando de aguja e hilo, los costureros blaugrana comenzaron a hilar jugadas que terminaron gran parte de ellas con peligrosos disparos a la portería de Sergio. La férrea zaga celeste y el estado de gracia del meta de Catoira impidieron en más de una ocasión que la balanza se decantase en favor de los locales. Entre tanto llegaría alguna que otra ofensiva gallega conducidas principalmente por un Nolito que deseó desde el primer instante demostrar que es un jugador válido para enfundarse la elástica nacional. A los diez minutos Neymar dispondría de una de las oportunidades más claras del choque, un disparo potente que se estrelló en el larguero pero que muy cerca estuvo de suponer el primer tanto de la noche. El Celta pareció salir al terreno de juego con cierto respeto a su rival, sin presionar demasiado en la salida de balón ni buscando superarle en la posesión. Poco después, un golpe con el codo de Pablo Hernández a Busquets le supondría al 'Tucu' una cartulina amarilla que le pesaría y mucho hasta su sustitución en el segundo tiempo.

Joaquín Larrivey, muy activo en labores defensivas, intenta robarle el balón a Messi (Foto: Reuters).

Sergio evitó en más de una ocasión que el Barça llegara al descanso con ventaja

Una falta en la frontal del área culé se presentaba como una buena ocasión para que Nolito buscara el gol, pero su disparo se marchó desviado. El gaditano buscó durante todo el encuentro destacar, lucir sus cualidades ofensivas -incluso las defensivas, ya que más de una vez socorrió a Jonny cuando atacaba el Barça-. El afán del andaluz por recibir la llamada del seleccionador nacional se vio reflejado en el césped del Camp Nou. Otro que quiso en todo momento ser protagonista es el argentino Leo Messi, que pidió durante todo el partido el balón a sus compañeros para intentar una de esas genialidades que solo él sabe hacer, aunque sin éxito alguno. La 'pulga' dispondría de una oportunidad única para abrir la lata cumplida la primera media hora. El '10' recibió un balón dentro del área que le permitió batir a Sergio, con tan mala fortuna que Jonny logró despejar el cuero cuando se acercaba peligrosa e inevitablemente a la línea de gol. Luis Suárez y Neymar probarían también al cancerbero, que terminaría la primera mitad siendo el futbolista más destacable. Numerosos disparos a puerta de los culés que no serían méritos suficientes para estrenar el marcador. No obstante, algo preocupaba a Luis Enrique y la propia afición blaugrana: la fragilidad defensiva. Los zagueros del Barcelona se mostraron muy inseguros y desacertados cada vez que el Celta llegaba al área contraria.

Romper con lo establecido

Una cosa tenían clara los componentes de la expedición celtiña que fueron a Barcelona, y es que no se trataba de una visita cultural. Los realistas se toman el viaje a la ciudad de la costa catalana como una fantástica oportunidad para conocer las entrañas de un estadio magistral como es el Camp Nou. Una gran ocasión de pisar el cuidado y reluciente césped y de tener en frente a muchos de los mejores jugadores del mundo. Sin embargo, el Celta no es un club como otro cualquiera. Ni Berizzo ni sus pupilos tenían planeado ir de turismo a la Ciudad Condal. Los célticos no se conformarían con ser derrotados 'dignamente', sino que tenían aspiraciones más altas, aspiraciones de soñadores. Y tras un primer tiempo con cierto sufrimiento -rebajado por la gran actuación de la sólida defensa viguesa y la seguridad bajo palos de Sergio-, llegaría una notoria mejoría en las filas del combinado celeste.

Larrivey hizo posible el sueño céltico

La segunda mitad comenzaba nuevamente con diversas internadas al área rival de los futbolistas culés, pero topándose siempre con la zaga y el meta célticos. Parecía el típico guión que se sigue en este tipo de partidos, en los que el equipo 'grande' busca constantemente anotar y finalmente termina recibiendo el premio del gol. No obstante, once soñadores vestidos de blanco y azul celeste decidieron rechazar las normas y cambiar la dirección del encuentro. Presionando cada salida de balón, peleando por cada cuero como si fuera el último y persiguiendo sin cesar a los futbolistas de azulgrana demostraron los célticos que querían ir a por el partido. En el minuto 55, Sergio pondría el balón en juego en lo que parecía un inocente saque de puerta más. El cuero lo ganaría el 'Tucu' Hernández, cabeceando hacia Nolito. El gaditano avanzó hasta meterse en el área rival y, cuando parecía que le iban a robar el balón, dejó a un lado a Busquets y Alves. Y no se le ocurrió otra genialidad que entregar de tacón el balón a Larrivey, quien definió magistralmente desde cerca del punto de penalti y batió a Claudio Bravo. Gol, pero no del equipo 'grande', sino de los relativamente inferiores. El Celta puso el cero a uno en el marcador. Los minutos pasaban y la cabeza de los locales se llenaba de fantasmas y preocupación. La punta del ataque culé no desistiría en su intento y buscaría el empate, sin ningún éxito. El conjunto olívico también dispondría de nuevas ocasiones. Nolito disparó de primeras dentro del área y Charles buscó aprovechar el rechace de Bravo, con la mala fortuna de que el balón que cabeceó se marcharía por encima del larguero. El brasileño sería más adelante el artífice de una excelente jugada individual, desde el control del cuero hasta el disparo que desviaría Bravo.

La ilusión celeste pudo con la calidad culé (Foto: AFP/Getty Images).

Otro rasgo en el que el Celta demostró que es diferente a los demás equipos es en la reacción celtiña tras el gol. Posiblemente cualquier otro entrenador, tras adelantarse en el marcador ante el Barcelona, hubiese ordenado a sus futbolistas retrasar las líneas y esperar atrás. Cualquiera menos Eduardo 'Toto' Berizzo. El argentino arengó a sus futbolistas para que presionasen más que nunca a los culés hasta robarles el cuero y no soltarlo, procurando dominar en la posesión. El espíritu combativo de los celestes, alimentado únicamente de ilusiones irrevocables, impidió que el Barça pusiera las tablas en el cuero. Los postes y Sergio Álvarez dejaron claro que los culés estaban destinados a caer ante un grupo de humildes soñadores cuya fe inagotable les llevó a sumar los tres puntos por primera vez en su historia en el Camp Nou, un estadio que se le resistiría a cualquiera excepto al Real Club Celta.

VÍDEO. El gol de Joaquín Larrivey que dio al Celta los tres puntos.

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Sobre el autor
Yuri Carrazoni
Fui redactor de VAVEL entre febrero de 2014 y enero de 2016 colaborando en las secciones de Fútbol Internacional y Real Club Celta de Vigo. Estudio Periodismo en la Universidad de Santiago de Compostela. Contacto: [email protected]