Los grandes partidos son para grandes futbolistas. Una máxima futbolística que Hugo Mallo se aplicó al dedillo el pasado sábado. El lateral celeste no estaba teniendo el mejor inicio de temporada. Desplazado al banquillo por Jonny en los primeros encuentros, y sumido en una corriente de opinión que comentaba que el marinense ya no era el mismo. Diez jornadas y una soberbia actuación en el Camp Nou después, han dejado claro que el Látigo de Marín es imprescindible en el Celta.
La histórica victoria celeste en el feudo barcelonista ha dejado en los titulares la portentosa actuación de Sergio Álvarez, la exquisita definición de Larrivey y el descubrimiento de Nolito para el grueso del público nacional. Además de todo ello, el Celta completó un gran partido en defensa, con un Sergi Gómez muy acertado y un Hugo Mallo sencillamente imperial.
La portentosa actuación del Látigo empezó a gestarse desde la firmeza. Ni un respiro a Neymar. Ni una concesión. El fenómeno brasileño era la presa del de Marín: se agarró a el y no le dejó escapar. Varias faltas para marcar el territorio, agarrones para defender su zona, palabras al oído que presagiaban la batalla. Ney solo apareció en el partido cuando se fue de la banda izquierda. Ese día era territorio vedado por Hugo Mallo.
De menos a más
Seguridad en el primer tiempo y fe tras el gol. La influencia de Mallo se fue haciendo gigante hasta anular por completo a Neymar. El brasileño estaba desesperado, ya no sabía por donde hacer daño al primer futbolista capaz de frenarle en seco en esta temporada. La desesperación le llevó a encararse con el marinense, que no cayó en una sola de sus provocaciones. Maduro, concentrado, perfecto. Aunque el rival no permitió ver al Hugo Mallo más profundo en ataque, sí estuvo impecable con el balón, asociándose bien cuando se podía, pausando, eligiendo bien. Físicamente acabó muy entero, sin una sola concesión.
Su partido en el Camp Nou no ha hecho más que confirmar quién es Hugo Mallo en el Celta. Su progresión meteórica, que le hizo sonar para la selección y para equipos grandes, se cortó con una rotura de ligamentos. A su regreso, se convirtió en indiscutible para Luis Enrique, pero una nueva lesión (en el hombro esta vez) le impidió acabar la Liga y sus consecuencias se prolongaron hasta la pretemporada del presente curso.
Todos esos problemas le dejaron fuera de los onces de Berizzo en las jornadas iniciales. Pero el tiempo lo encauza todo, y la calidad prevalece. Hugo Mallo es, de largo, el mejor lateral del Celta. Secar a fenómenos como Cristiano Ronaldo o Neymar, ya forma parte de su currículum. Ahora solo resta que siga creciendo y se confirme como ese futbolista de máximo nivel que se atisbaba antes de la lesión en el Bernabéu. El Látigo está de vuelta.