El fútbol, como prácticamente todo, es uno de los elementos que no vive ajeno a las 'modas'. Y ya no solo de márketing y o similares, sino también de sentimientos y de gustos por algún equipo. Para que quede más claro, se pueden poner varios ejemplos: el Valencia de Benítez que consiguió doblete, el Sevilla de las UEFAS, el Atlético del Cholo... No obstante, uno de los equipos que en las últimas décadas ha ido ganando popularidad es el Villarreal, próximo rival del Celta (domingo, 19:00). Los de Castellón son hoy el 'equipo de moda' del fútbol español, sexto en Liga, flamante semifinalista de la Copa del Rey y clasificado para los octavos de final de la Europa League. Famoso por su vistoso fútbol, el submarino amarillo recibirá al Celta en El Madrigal después de empatar en el Santiago Bernabeu (1-1) con un once plagado de suplentes, lo que dice mucho del buen trabajo de su técnico, Marcelino García Toral y de la profundidad de plantilla con la que trabaja.
Así pues, la popularidad del conjunto castellonense se remonta a los primeros años del 2000, cuando el por entonces entrenador Manuel Pellegrini consiguió un subcampeonato de Liga que clasificó a su equipo a la Liga de Campeones, para alcanzar, la temporada siguiente, las semifinales de la competición. En su alineación, destacaban nombres tan ilustres como el de Juán Román Riquelme o Diego Forlán. Tras un paso fugaz por la categoría de plata en la temporada 2012/2013, el Villarreal se ha asentado de nuevo en Primera, y lucha por entrar de nuevo en Europa.
Comúnmente conocido es que el Villarreal es un club que cuida la cantera —la trayectoria del Villarreal B en la Segunda División en los últimos años es un claro ejemplo de ello—, pero también es cierto que tradicionalmente se ha 'vendido' al Villarreal como un club humilde capaz de plantar cara a los grandes, aunque no siempre se menciona el importante capital financiero con el que cuenta, gracias a las inversiones de su presidente, Francisco Roig, copropietario de la cadena Mercadona que dirige su hermano.
De hecho, si se analizan los fichajes del equipo de La Plana, sorprenden las cifras de algunos fichajes de un equipo 'humilde', como los seis millones de euros que por ejemplo pagó este verano por un desconocido Luciano Vietto, cuyo rendimiento ha justificado posteriormente su precio. En la misma línea cabe destacar el que fue fichaje estrella de la temporada pasada, Giovanni dos Santos, que llegó al Villarreal previo pago de ocho millones de euros, recién conseguido el ascenso a Primera.
Por lo tanto, cabría preguntarse si es realmente el Villarreal un equipo humilde, o mejor dicho, cabría preguntarse si son todos los equipos humildes capaces de gastarse 6 u 8 millones de euros en un solo jugador, y más siendo un recién ascendido. Sin desmerecer el buen hacer del Villlarral, cuyo fútbol y estilo justifican el pago de una entrada, se debería mencionar más la importante cantidad de dinero con la que los amarillos cuentan, y que sin duda les hace contar con una plantilla que podría levantar las envidias de casi cualquier técnico de primera, hecho que sin duda, hace que sea más sencillo conseguir buenos resultados.