Reencuentro

Tras reencontrarse con Luis Enrique, el Celta se reencontrará con Abel Resino, que, a su vez, se reencontró con el Granada.

Reencuentro
Abel en el banquillo del Bernabéu, desde dónde vio los nueve goles que le endosaron a su equipo. (Foto: Jaime Del Campo | VAVEL).
borjarefojos
Por Borja Refojos

El fútbol genera situaciones que dejan poso. Acontecimientos que se arrastran durante años y calan. Uno de ellos fue el playoff de ascenso a Primera División de la temporada 2010/11, que enfrentó a Celta y Granada y que acabó con el ascenso de los andaluces, que superaron a los celestes en la tanda de penaltis. Una eliminatoria agónica e intensa, que ha dejado como consecuencia una rivalidad entre ambos equipos que, aunque con menos fuerza, todavía perdura.

Pero además, el choque de Los Cármenes será el del reencuentro. Abel Resino, el técnico del 4%, el entrenador del Celta en la épica permanencia de hace dos temporadas, se cruza en el camino de los célticos. El equipo vigués se ha visto las caras con sus dos últimos entrenadores en tan solo tres días.

¿"Gracias a" o "a pesar de"?

Febrero de 2013. En medio de un clima de convulsión extradeportiva que degeneró en una caída en picado del equipo, la directiva del Celta decidió destituir a Paco Herrera y apostar por Abel como el timonel que encauzase el rumbo. Más convulsión. Como segundo de Resino llegaba Salva Ballesta, bien conocido por sus inclinaciones políticas que le llevaron a enfrentarse a muchas aficiones cuando era futbolista, incluida la viguesa. La parroquia celeste se negó en rotundo a su contratación y el club hizo caso, provocando una marea de demagogia desde los medios madrileños.

A pesar del mal pie con el que arrancó Abel como técnico celeste, una victoria en su primer partido, precisamente contra el Granada, equipo del que procedía, templó los ánimos. Fue un espejismo. A partir de ahí, el Celta encadenó seis partidos consecutivos sin ganar, incluyendo una humillante derrota en Riazor. Una suicida defensa adelantada, posicionada casi en el centro del campo y la falta de soluciones ofensivas fueron sus señas de identidad.

Sin aparente capacidad de reacción y en el último puesto de la clasificación, los jugadores tiraron de pundonor con Bermejo al frente y fueron capaces de ganar al Zaragoza y al Levante de manera consecutiva. Había vida. Sin embargo, un empate contra el Athletic y dos derrotas a manos de Atlético y Betis, dejaron al Celta al borde del precipicio, con un irrisorio 4% de posibilidades de salvación a falta de dos jornadas.

Lo que pasó a partir de ahí ya forma parte del imaginario colectivo del celtismo: los astros se alinearon, las musas aparecieron. El Celta ganó en Valladolid y en casa contra el Espanyol, los resultados en otros campos acompañaron y fue el Deportivo el que probó la Segunda División. La euforia desmedida por el milagro no influyó en la directiva, que decidió rescindir el contrato de Abel y fichar a Luis Enrique.

Después de dejar Vigo, el manchego estuvo sin equipo hasta hace un par de meses, cuando el Granada volvió a llamarle para suplir a Joaquín Caparrós. Como ya ocurriera en su etapa en el Celta, su desempeño no está siendo todo lo positivo que cabría esperar: en diez partidos ha sumado dos victorias, tres empates y cinco derrotas, la última de ellas en el Bernabéu el pasado domingo, con un escandaloso 9-1. El equipo nazarí es penúltimo con 23 puntos, a tres de la salvación que marca el Deportivo.

VAVEL Logo
Sobre el autor
Borja Refojos
Estuve en VAVEL desde octubre de 2012 a enero de 2016. En ese período coordiné la sección del Celta desde julio de 2013 hasta diciembre de 2015, así como la cobertura del Mundial 2014, además de escribir crónicas, reportajes y todo tipo de artículos informativos. Actualmente trabajo como redactor en la Axencia Deportiva Galega (ADG Media) y colaboro en tuRadio 88.4 Vigo. Email de contacto: [email protected]