“Me voy con una sensación agridulce”. A lo largo de su comparecencia de prensa en el acto de su despedida del fútbol profesional, Borja Oubiña pronunció esa frase en varias ocasiones. El vigués reconoció que se va dolido, no por su carrera, ni por lo que ha ganado o ha perdido, sino por una ambición personal, la que le hacía verse, al principio de su viaje, como un futbolista de una dimensión (todavía) mayor de la que ha tenido: “Me voy dolido porque no he sido el jugador que imaginé que podría ser. Una vez me vi en el fútbol profesional, yo me imagino otra carrera. No me refiero a trayectoria sino al nivel como futbolista que alcanzas, ahí me he quedado corto. Al final te vas con una sensación agridulce. Te vas con la sensación agria de no haber podido ser lo que querrías y dulce por haber respetado este deporte y haber intentado ser mejor cada día”, asumió.

"El Celta es un estilo de vida"

Aunque ya lo había adelantado Berizzo, Oubiña confirmó que su despedida no será sobre el césped de Balaídos en el choque contra el Espanyol: “He pensado en despedirme en el campo, pero la naturaleza me lo impide. Para mí habría sido importante, pero en su día cometí el error de jugar sin sentirme competitivo y es un error que no quiero volver a cometer. El fútbol es demasiado serio para estar en el campo por estar”, anunció.

El canterano desveló que tomó la decisión “allá por febrero”, cuando trabajaba en el campo con los fisios y se dio cuenta que estaba dando “cabezazos contra un muro que no iba a ser capaz de derribar”. Tras comunicárselo al club, recibió una oferta para continuar trabajando dentro, cosa que sí hará, aunque no quiso concretar desde qué puesto: “Quiero agradecer al club que haya pensado que puedo ser una persona útil. Siempre les he transmitido mi idea de permanecer siempre y cuando yo pueda aportar algo. Lo normal es que siga. Ya veremos en unos días por dónde van los tiros”.

"En febrero me di cuenta que estaba dando cabezazos contra un muro que no iba a poder derribar"

Oubiña aseguró que prevé "un gran futuro para el Celta", al que ve con "una salud inmejorable". El capitán dijo que era "imposible" quedarse con un momento en especial, aludiendo a "la gran cantidad de experiencias" que vivió con "diferentes compañeros". Sí que mencionó la posibilidad de haber jugado la Champions League, así como un partido contra el Xerez en Segunda División, que el equipo celeste perdía y fue capaz de remontar con un hombre menos en el campo: Me quedo con haber podido jugar competición europea con el club, sobre todo la Liga de Campeones. Nunca lo olvidaré. Luego hay momentos puntuales. Recuerdo el partido de Xerez aquí, con nueve chicos de la casa, dándole vuelta a un resultado adverso y poniéndonos camino de Primera División”

Para acabar y tras agradecer de nuevo a la afición, Borja declaró que el Celta es “un estilo de vida” para él y confesó que nunca habría llegado a ser quién es sin su paso por la entidad celeste: “El deporte tiene un trasfondo más allá de la parte competitiva, unos valores detrás que son fundamentales y yo me he empapado del celtismo, de lo que es Casa Celta. Nunca hubiese llegado a convertirse en el futbolista que fui ni en la persona que quiero llegar a ser sin el Celta”, concluyó.