El runrún de Preferencia: en constante evolución

El Celta de Mouriño sigue dando pequeños pasitos en la dirección correcta. Sin prisa pero sin pausa. Tras la agonía y la consolidación, su tercer proyecto en la élite empezaba con inquilino nuevo en el banquillo, y la difícil misión de hacer olvidar a Luis Enrique. Eduardo Berizzo no solo ha terminado la temporada con buena nota, sino que ha sido capaz de mejorar los registros de su antecesor con un golpe en la mesa en la última jornada pocas veces visto por Vigo. Remontando un partido en inferioridad.

El runrún de Preferencia: en constante evolución
Con la remontada contra el Espanyol, el Celta dio un pasito más en su progresión de los últimos años (Foto: LFP)
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Por Miguel Gallego

Fin de fiesta en Balaídos. Visita de un Espanyol que aún albergaba alguna opción de finalizar séptimo, ante un Celta que quería bajar el telón con una victoria más, que no sería un triunfo cualquiera. La oportunidad de superar los guarismos del ejercicio anterior, y de confirmar la constante progresión del equipo en las últimas temporadas, era algo que no se debía pasar por alto.

Tarde de homenajes

La jornada lo exigía: se despedía Borja Oubiña, un hombre que respira celtismo por los cuatro costados, y que ha estado presente en la última década de la historia del Celta, aunque de manera intermitente por culpa de las malditas lesiones. Un capitán que será recordado durante muchos años, y que fue despedido con una cálida ovación por el celtismo.

La oportunidad de superar los guarismos del ejercicio anterior era algo que no se debía pasar por alto

También fue un día de reconocimiento para Michael Krohn-Dehli. El danés solo ha estado tres años en Vigo, y el último acompañado de fundadas sospechas de marcha, pero deja una profunda huella en el club. Sobre todo por su gran profesionalidad y dedicación, que lo deja en la cabeza de la Liga en lo tocante a minutos y kilómetros recorridos. Una pieza importante que será difícil de sustituir. Su homenaje, unánime, tuvo lugar cuando abandonó el campo tras un nuevo triunfo del que todavía era su equipo.

Once de gala

Ya no es ninguna sorpresa. Berizzo no es nada partidario de los inventos ni de las improvisaciones. Así que, a pesar de no tener objetivos inmediatos ni decisivos, apostó una vez más por su once de gala, el que probablemente lo ha llevado a sus mayores cotas esta temporada, y que el celtismo puede recitar ya de carrerilla. Un equipo netamente ofensivo, con su doble pivote de extremos reconvertidos y cuatro delanteros en busca del gol.

Pero quiso el destino (o Fontàs, con una horrible cesión), que la apuesta del técnico solo durase media hora, la que tardó Sergio en ser expulsado y quedarse a las puertas de una temporada completa en el campo. Rubén Blanco tenía por fin el premio de debutar en esta Liga, tras la negativa de Berizzo de darle ese gusto tras alcanzar la permanencia. Pero fue pagando el precio de encajar el 0-1 y verse abocado a la remontada en inferioridad numérica, algo por lo que el equipo no ha destacado precisamente en los últimos tiempos.

Reescribiendo la historia

Pero era día de fiesta en Balaídos, y el Celta no iba a dejar que una nimiedad semejante se interpusiera en su camino, a pesar de que tuvo que prescindir de su delantero centro, Larrivey, para recomponer su dibujo. Así que los de Berizzo se lanzaron en busca de la remontada, demostrando que, por una vez, no necesitaban de sus delanteros para levantar el partido.

Berizzo apostó por su once de gala, que el celtismo puede recitar ya de carrerilla

El gol del empate fue especial para Hugo Mallo por dos razones: porque era su primer tanto en la élite, y porque pudo dedicárselo a Borja Oubiña, tal y como le había prometido al capitán antes del partido entre las risas de este. Y todavía quedaba otra reivindicación, la de Cabral, que no quería terminar la campaña faltando a su cita anual con el gol. El central volvió a equilibrar el partido y, además, lo hizo en una acción a balón parado. El Celta no dejaba de sorprender en una jornada muy especial.

Otro día en la oficina del 10

Sin embargo, y para dar un respiro en medio de tanta sorpresa, apareció el de siempre para consumar la remontada. Fue justo después de los peores momentos de agobio del Espanyol, y tras un remate al larguero de Rubén que propició una contra eléctrica (otro recurso no muy explotado). Nolito recibió en el segundo palo para hacer lo que más le gusta. Recortar hacia dentro y colocarla en la escuadra. Uno de esos recursos que no por muy repetidos dejan de ser espectaculares ni fáciles de detener. Un gol reivindicativo, que quizá pesó (junto con los otros 12 y las 13 asistencias), en la última buena noticia de la temporada. La vuelta del gaditano a la selección española.

Eduardo Berizzo ha acabado la temporada con éxito de crítica y público

Además de las épicas circunstancias en que se produjo, y de sus heroicos protagonistas, la remontada ante el Espanyol confirmó a lo grande la progresión de un Celta que sigue quemando etapas: promoción de ascenso, ascenso, salvación, noveno, octavo... y también reforzó la posición de un Eduardo Berizzo que ha acabado la temporada con éxito de crítica y público: sus 51 puntos le han servido para mejorar también el bagaje de Luis Enrique en su única campaña en Vigo.

Con todos estos alicientes, el celtismo tiene motivos para sonreír, y eso es algo a lo que una afición se acostumbra enseguida. Ahora es cuando viene lo más difícil: el duro trabajo veraniego para evitar más salidas y asegurar la continuidad de un bloque en constante progresión. Los primeros pasos ya están dados, pero optar, como mínimo, a la séptima plaza para seguir mejorando es una misión que se antoja a la vez apasionante y complicada.