Peleas, malas sensaciones y derrota

Derrota del Celta por 1-0 ante el FC Ingolstadt en un mal partido de los hombres de Berizzo. Los alemanes se adelantaron a los quince minutos con un buen gol de Grass y los celestes no supieron reaccionar. El partido concluyó en el minuto 84 después de una tángana.

Peleas, malas sensaciones y derrota
Foto: Celta de Vigo
yoeldominguez
Por Yoel Domínguez

El Celta ha sumado su segunda derrota en la pretemporada después de caer por un tanto a cero ante el FC Ingolstadt 04 en un gris partido en el que se vio prácticamente de todo menos fútbol. Patadas, continuos encontronazos y multitud de faltas en un encuentro que tuvo poco de amistoso, y que finalizó de forma vergonzosa en el minuto 84, después de una tángana originada por un pelotazo de Jonny, que vio roja directa.

Como viejos enemigos que se citan con el objetivo de saldar cuentas, Celta y Ingolstadt 04 ofrecieron un espectáculo más digno de un ring que de un campo de fútbol. El partido tenso desde el principio, comenzó con los alemanes portando la iniciativa y haciendo valer su mejor condición física, mientras el Celta trataba de pausar el juego mediante la posesión. A los quince minutos de juego, y fruto de un despiste de la zaga celeste, llegó el único gol del encuentro: un auténtico golazo de Gross, que enganchó un balón botando en la frontal y la puso en la escuadra izquierda de la portería de Sergio.

Con el 1-0, las tornas no variaron: el Celta no estaba a gusto y no encontraba profundidad, mientras que los alemanes administraban su renta y buscaban la portería de Sergio, aunque sin demasiada insistencia. El partido era bronco y carecía de completamente de ritmo. Sin ideas en el centro del campo, la única sensación de peligro de los de hombres de Berizzo llegaba a través de contraataques, con balones largos para que Orellana, Aspas y Bongonda corriesen al espacio, aunque con poca fortuna. El Ingolstadt 04 dominaba y buscaba el segundo ante un Celta irreconocible que al descanso había completado los peores 45 minutos de la era Berizzo.

Con la reanudación, el Toto dio entrada a Hugo Mallo en lugar de Carles Planas, pasando Jonny al lateral izquierdo. El Celta no daba señales de vida, y la peor noticia del partido llegó con la lesión de Hugo Mallo, que cayó después de un fuerte golpe y tuvo que ser sustituído.  Berizzo buscaba ideas, y dio entrada a Wass y a Pablo Hernández — al margen de Cabral, que sustituyó al lesionado Mallo —, aunque los cambios no dieron el efecto esperado. El devenir del partido era similar al de la primera parte, los alemanes llevaban la manija y el Celta estaba inoperativo. Sergio salvó el segundo rechazando con el pie un disparo a bocajarro, y de fútbol, poco más.

Un campo de batalla

Corría el minuto 70 y del fútbol se pasó a una batalla campal. Una patada a destiempo de Aspas levantó la ira de los alemanes, produciéndose una pequeña tangana en la que el Tucu se erigió como protagonista. Los minutos pasaban, y las continuas faltas — cada vez más duras — calentaron un partido sin historia. La caja de los truenos se abrió en el minuto 84, cuando Jonny recibió una fea entrada y decidió tomarse la justicia por su mano lanzando un pelotazo al rival. Berizzo trató de contener al jugador alemán, pero ya era demasiado tarde. Las tensiones acumuladas a lo largo del partido desembocaron en una fea tángana que obligó al árbitro a señalar el final del partido a 6 minutos del final.

Un triste final a una gira que se salda con una victoria, un empate y dos derrotas, y que deja sensaciones positivas a pesar del amargo desenlace del encuentro de hoy.