Vuelta a las andadas

Orellana es uno de los mejores jugadores de la Liga, y una pieza fundamental en el Celta. No obstante, su último año en Vigo estuvo marcado —al margen de su extraordinario rendimiento— por una inexplicable tendencia a recibir cartulinas amarillas por protestar decisiones arbitrales. El chileno, que prometió mejorar, ha visto tres amarillas en las dos últimas jornadas de Liga, dos de ellas por protestar.

Vuelta a las andadas
Foto: Carla Cortés | VAVEL
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Por Yoel Domínguez

Fabián Orellana (Santiago de Chile, 1986) se encuentra en el mejor momento de su carrera futbolística. Calificado de díscolo y polémico, el mediapunta chileno llegó a Vigo procedente del Granada en la temporada 2011-2012, casi de rebote y en calidad de cedido por la mala relación que mantenía con el por entonces entrenador nazarí, Fabriciano González, más conocido como 'Fabri'. Se da la casualidad, a su vez, que en su día Orellana fue verdugo del Celta. De hecho, el chileno fue el principal artífice del intento fallido del Celta en retornar a la Primera División a través de los play-off de la Liga Adelante, eliminatoria en la que el Celta fue eliminado cruelmente en la tanda de penaltis tras igualar el Granada el 1-0 de Balaídos (obra de Michu) con un gol de Orellana.

Sea lo que fuere, el Poeta llegó a Vigo con el objetivo de devolver al Celta a la máxima categoría, y sus 13 goles y 13 asistencias en un total de 33 partidos disputados fueron aportación suficiente para que los olívicos consiguiesen el ansiado ascenso tras un lustro en el infierno. No obstante, al finalizar la temporada, el chileno regresó a la disciplina nazarí. Sin embargo, el deseo del chileno por volver a Vigo y la necesidad del Celta de incorporar buenos jugadores ofensivos hicieron factible el regreso de Orellana en el último día del mercado invernal, a cambio de algo menos de un millón y medio de euros. Pese a su regreso, el devenir de la temporada no fue el ideal para el Poeta, cuyo estado de forma estaba a años luz del exhibido en su primera campaña como celeste, aunque finalmente el Celta conseguiría la permanencia de forma agónica. 

En su primera temporada como celeste, Orellana contribuyó con 13 goles y 13 asistencias para devolver al Celta a Primera

Con la permanencia en el bolsillo, el club optó por prescindir de los servicios de Abel Resino, y contrató al asturiano Luís Enrique Martínez como primer entrenador, iniciándose una relación de amor-odio que apunto estuvo de acabar con el ciclo del chileno en Vigo. Descartado por el técnico en la pretemporada, el chileno comenzó la campaña oficial en la grada, y su primera convocatoria bajo las órdenes de Luis Enrique en la jornada 4, en la que dispuso algo menos de un cuarto de hora en la derrota del Celta ante el Athletic Club, en la inauguración del nuevo San Mamés. Combinando ausencias y suplencias, el momento del Poeta llegó en la jornada 17, cuando el entrenador asturiano le dio el testigo, convirtiéndose desde entonces en una pieza fundamental para un equipo que alcanzaría la permanencia sin problemas tras una excelente primera vuelta.

No obstante, con la llegada de Berizzo al banquillo celeste se ha visto al mejor Orellana. En plenitud futbolística —acaba de cumplir 30 años— el atacante chileno se ha destapado como un jugador total, capaz de hacer daño partiendo tanto desde la derecha como desde el centro, aunque sin duda Berizzo ha dado con la tecla dándole libertad para jugar por el centro, de segunda punta, actuando como enganche, todo un lujo para el Celta. Su técnica y su versatilidad lo hacen un jugador difícil de marcar y con una facilidad extraordinaria para repartir juego, desbordar y dar aire al equipo cuando más lo necesita. La primera temporada de Orellana con Berizzo en el banquillo celeste se resume en 39 partidos disputados entre Liga y Copa, en los que anotó siete goles y repartió seis asistencias. No obstante, una cifra llama la atención: las catorce cartulinas amarillas recibidas, trece de ellas en Liga, y la mayoría por protestar. Así, la cifra de 13 tarjetas amarillas tan solo fue superada por Víctor Sánchez (Espanyol, Alberto Lopo (Deportivo) y Lillo (Eibar).

Volver a los malos hábitos

Sin embargo, con la pretemporada de la 15/16, el Poeta mostró su deseo de superar su rendimiento, aunque “con muchas menos amarillas”. Como el que vuelve a engordar tras hacer una dieta, o vuelve a fumar después de meses de lucha, la realidad a día de hoy muestra que tras 24 partidos disputados en todas las competiciones, el chileno suma cinco cartulinas amarillas y una roja, precisamente la que vio en el último enfrentamiento ante la Unión Deportiva Las Palmas por doble amarilla. El balance, que no es alarmante, arroja una tendencia preocupante en las dos últimas jornadas ligueras, en las que Orellana ha visto tres cartulinas amarillas, dos por protestar —una de ellas en el enfrentamiento ante el Rayo estando en el banquillo— y otra por simular un penalti con un soberano piscinazo.

El rendimiento de Orellana está fuera de toda duda. De descartado por Luis Enrique a baluarte ofensivo y pieza fundamental del equipo. Junto con Nolito, el jugador con más talento del Celta y una pesadilla constante para los rivales. No obstante, su tendencia a la protesta vuelve a resurgir en el momento más importante de la temporada. Cabeza Fabián, y no vuelvas a las andadas.