Ahogados en el área

Celta y Sevilla firman tablas en un partido que se le puso muy de cara a los vigueses con la expulsión de Fazio en la segunda parte. Beauvue marcó su primer gol con la camiseta celeste cuando más asedian la portería los locales y empataba en tanto conseguido por Carriço al límite de la primera parte.

Ahogados en el área
Foto: LFP
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Por Saúl Cruz

Y el Celta de Vigo no supo nadar en el temporal. Le puso ganas, estuvo cerca de salvarse, pero no encontró un bote salvavidas que lo lleve directo a Europa. Sin entrar en términos meteorológicos, los celestes dejaron pasar delante de sus ojos una oportunidad única para no descolgarse de los puestos europeos y, lo más importante, impedir sumar a un rival directo por la lucha. Con todo salió el equipo de Berizzo, sin pensar en un encuentro de Copa el jueves contra el mismo rival. Más rotaciones realizaba un Unai Emery que por sanción sufría con el partido desde la grada. La entrada en el equipo titular de Fernando Llorente en detrimento de Kevin Gameiro aliviaba a una defensa celtiña que había sufrido,hace tres días, su velocidad y su acierto de cara a puerta, pero el antiguo león no estuvo mordiente y acabó siendo sustituido por el francés.

En una apacible tarde de domingo en Vigo, con la sobremesa terminada y con tímida lluvia, que no ahogaba pero costó más de un resbalón incómodo en el nuevo césped de Balaídos, los primeros minutos de partido fueron pasando sin pena ni gloria. Nadie atacaba y nadie dominaba, como si estuviesen a la espera de que un ente foráneo de los 22 futbolistas entrase en juego para darle más chispa al partido. Y apareció. Velasco Carballo sacó las amarillas a pasear para cortar el posible juego duro, y esas tarjetas se volvieron en su contra. Una más que discutible tarjeta amarilla a Fazio en el minuto 3, y otra, esta más justificada, en el 25, dejaba al Sevilla con diez y un impulso al Celta de Vigo para poder tomarse su particular revancha copera.

Pero, a pesar de jugar con un hombre más, los vigueses no pudieron desplegar su juego en la primera parte. Más temeroso que acertado, los ataques celestes se perdían en la zona noble del campo, mientras el Sevilla se replegaba con la posibilidad de acertar de cara al gol en una jugada aislada. Y, tomando el dicho del fútbol que dice que a balón parado no hay inferioridad en el campo, Carriço remataba un balón suelto en el área pequeña en un saque de esquina y ponía el 0-1. Un gol aparentemente psicológico,  justo al borde del descanso, que enviaba al descanso tocado, pero no hundido.

Mejoría celeste

Salía el Celta del vestuario con otra cara y otra manera de ver el partido. Rápidamente se hizo con el balón y se fue en busca del gol del empate, mientras el Sevilla continuaba con su engranaje defensivo que le estaba aportando buenas vibraciones. Bongonda sometió una y otra vez por banda izquierda a Mariano y los centros celestes, tanto de izquierda como por derecha, iba encontrando rematadores pero sin culminar en gol. Beauvue pudo abrir su cuenta goleadora con un remate a bocajarro en el área pequeña pero inexplicablemente se fue por encima del travesaño. Daniel Wass, completamente escorado a la derecha, fue introduciendo balones al área pero ni Aspas ni Guidetti conseguían superar a Sergio Rico. El Celta estaba encontrando por las bandas el punto débil de los sevillanos pero faltaba lo más difícil: hacer gol.

pero, con paciencia, el gol del empate llegó en el minuto 64. El novato Marcelo Díaz, dueño y señor del balón desde que ingresó en el campo, abría cara a Wass, y con un centro de primeras, colgaba el balón al área para que Beauvue entrase con potencia y batiese al joven cancerbero sevillista. Un gol merecido pero el trabajo todavía estaba por la mitad y muchos minutos por delante para poder rematar la faena. Siguió insistiendo por las bandas el Celta, un pase de Guidetti encontraba las botas de Aspas, pero también la espalda de un defensor del Sevilla y el balón se fue a la derecha de la portería.

Con el tiempo cumplido, John Guidetti tuvo en sus botas la victoria tras pase de Bongonda, pero el sueco no contactó bien con la pelota y Rico blocó el balón con contundencia. A pesar del esfuerzo, no pudo ser, y el Celta acabó ahogándose en el área del Sevilla. La próxima jornada viajará a Barcelona para enfrentarse al líder de la liga, en un momento complicado para los de Vigo y con bajas sensibles, a la espera de la recuperación de Nolito. El Sevilla, por su parte, duerme de nuevo en Europa a la espera de volver a visitar la ciudad el próximo jueves para cerrar su clasificación a la final de la Copa del Rey.