La ciudad de Vigo está de fiesta. A pesar de ser un domingo, cualquier excusa es buena para disfrutar de familiares y amigos en un ambiente festivo, más aun si tu equipo ha hecho historia tras clasificarse para competiciones europeas. La fiesta en la famosa Plaza América de la ciudad viguesa será testigo de la unión afición-plantilla y más de un trabajador vigués deberá descolgar el teléfono e inventar una buena excusa a su jefe para no acudir al trabajo mañana, pero la ocasión, en este caso, se lo merece. Ya sea por un dolor de cabeza o por enfermedad de un familiar, hoy Vigo solo piensa en pasárselo bien, pero más si cabe un protagonista. Simpático como ninguno, algo guasón en el vestuario pero sin él la fiesta no sería completa. Manuel Agudo "Nolito" hoy quiso ser protagonista, puso el fútbol, el gol, la bebida, los vasos, los hielos... el gaditano tiene ganas de marcha y eso se notó en el campo.

Pero Nolito tiene más amigos, tanto o más juerguistas que el de Cádiz. Iago Aspas y Orellana forman un tridente temible, capaz de descolocar a cualquier defensa que se ponga en el campo, a pesar de la gran ausencia de Albentosa en las filas del Málaga. El trío inició la fiesta, abrió la botella rápido, sin pensarlo. Nolito arrancaba desde el carril zurdo, pase al medio para Aspas, apertura a Orellana y vuelta a Nolito, que solo tuvo que empujarla. Sin mucha resistencia por la defensa malagueña, el Celta se ponía por delante a mediados de la primera parte. Bufandas al vuelo, la afición comenzaba a cantar, a celebrarlo. Nolito, que tenía muchas ganas de juerga, había dado comienzo al festejo.

Siguió el fútbol, con buenas combinaciones de los celestes pero sin aparente peligro. Con el Memo Ochoa en la portería y Kameni en el banquillo, el mejicano tuvo su trabajo, solventado perfectamente. Empezaba a apuntarse el Málaga a la fiesta como invitado no deseado pero al cual no puedes obviar que allí está. Recio dispuso de una falta directa que Rubén Blanco, hoy titular en detrimento de Sergio Álvarez, atajaba sin excesivos problemas. Lo mejor (o lo peor) para la fiesta todavía estaría por llegar. Del Cerro Grande mandaba jugadores a vestuarios con 1-0 en el marcador.

El Málaga también quiere su fiesta

Y dejó mejores sensaciones tras el descanso. Ganó el mediocampo con Camacho y Recio como peloteros y Cop, con su velocidad, puso en graves apuros a Carles Planas. Camacho pudo empatar el partido pero la buena salida de Rubén le cerró todas las puertas del gol. El tridente ofensivo celeste, algo más desaparecidos, dejaban pinceladas de fútbol, con combinaciones peligrosas o a balón parado. Orellana ejecuta una falta que roza el palo de la portería de Ochoa y Iago Aspas, con su velocidad y picaresca, se juega una vaselina marca de la casa ante el mejicano pero Ochoa realiza una estirada y consigue evitar que la fiesta vaya a más. Siguió el Málaga, pero ni tuvo demasiado acierto en sus jugadas ni Rubén Blanco le dio demasiadas opciones de poder empatar, y el partido (que no la juerga) murió con el uno a cero favorable a los celestes. Se acabó la temporada en Vigo de la mejor forma posible. Victoria, buen juego, recupera la quinta plaza y fiesta por todo lo alto. La última jornada será intensa en el Calderón pero el Celta no va a regalar nada. Y un Málaga que mereció arañar un punto, se vuelve al sur pensando en la próxima temporada sin nada que jugarse ni competir. Nolito, que con su guasa andaluza, tiene ganas de marcha hasta la última jornada de liga en un gran escenario como el Vicente Calderón.