Era un choque sin demasiada tensión competitiva, pero acabó dando otra impresión. Con Atlético y Celta de por medio nunca se da nada por perdido, y así también lo pensaron sus técnicos que colocaron a sus mejores hombres sobre el césped para tratar de conseguir una victoria. Por parte local, un equipo que perfectamente podría repetirse sobre el verde de San Siro en la próxima final de Champions. Por parte del Celta, sólo la ya conocida baja de Cabral, suplida una vez más con éxito por Hugo Mallo, y la inclusión del sueco Guidetti en la punta de ataque en detrimento de un renqueante Aspas.
Dominio colchonero, réplica celeste
El choque comenzaba con mayor dominio local y una presión alta. Poco a poco el Atlético, gracias a su mediocampo, se fue haciendo dueño del partido. Comenzaron el choque algo tímidos los celestes y eso hizo que el Atlético diese un paso adelante buscando adelantarse en el marcador. Los desmarques de Griezman y las jugadas entre líneas de Torres llevaban el peligro a la defensa celtiña, y primero Saúl con un tiro desde fuera del área y después Godín que remató de cabeza al larguero pudieron abrir la cuenta anotadora colchonera. Tardó en desperezarse el conjunto dirigido por Berizzo pero lo consiguió con el paso adelante de Chelo Díaz y el Tucu. Se entonaba el Celta, y llegaba el peligro en internadas de Nolito y un remate de cabeza, curiosamente, de Orellana que pudieron costar caro al Atlético. Siempre que había un acercamiento celeste se topaban con el acierto de Oblak, una vez más inconmensurable. De ahí al descanso el encuentro fue un día y vuelta en el que el Celta parecía encontrarse cómodo. Se llegó al fin del tiempo reglamentario con la sensación de que el empate era justo por deméritos de ambos de cara a gol.
Salida en tromba y partido sentenciado
Tras el descanso, se sucedieron rápidamente los acontecimientos. Quizás la tensión competitiva que escaseara en el primer tramo se puso de manifiesto en la segunda parte. El Celta suele salir dormido en las segundas partes, y el Atlético salió a morder. En apenas dos jugadas pasados los 50 minutos de juego dejó a su rival noqueado y el partido visto para sentencia. El primer tanto llegó por medio de Torres, en la continuación de un córner. El delantero cierra la temporada con 10 tantos, y aunque casi todos ellos se acumulasen en las últimas jornadas, siembra la duda con su buen tramo final de Liga siendo ahora un candidato más a jugar la Eurocopa del próximo verano. Y como delantero de área, estaba atento a la continuación de un córner que fusiló al primer palo de la meta defendida por Sergio Álvarez. A partir de ahí se vio más capaz el Atlético y estiró líneas. Se vio más a Saúl y Koke que comandaban los ataques rápidos del conjunto de la rivera del Manzanares, conscientes de la inoperancia de su rival. Y dicho y hecho. Sólo tres minutos más tarde caía el segundo de la tarde. De nuevo, jugada de Torres que remata al larguero y Griezman atento remacha a placer.
Después de los goles, el carrusel de cambios. Berizzo, que había bromeado durante la semana con la tardanza de sus cambios, introdujo rápidamente al hoy suplente Aspas para buscar el encuentro. Más tarde quiso premiar a Bongonda a la vez que, el hoy técnico atlético, Mono Burgos volvió a hacer a Tiago gozar de minutos al primer nivel tras su lesión. De ahí en adelante, salvo el arreón final del Celta poco tuvo el encuentro. El Athletic ganaba en San Mamés al Sevilla y les superaba en la clasificación pero el Celta no tenía el día. Nada salía y al final se enturbió el encuentro fruto de la facilidad de caída de los atléticos y la desesperación celtiña.
Al final, el Atlético gana el último partido ante su público y ya piensa en la finalísima de Champions ante el eterno rival en Milán. Por otra, para el Celta se cierra una temporada de auténtico lujo. El equipo suma un total de 60 puntos, y aunque con un derrota, cierra la temporada con la certeza de que estará en Europa aunque deberá esperar a la final de Copa para saber si jugará previa o accederá directamente a la fase de grupos. Una victoria del Fútbol Club Barcelona frente al Sevilla haría merecedores a los de Berizzo de la plaza en la fase de grupos de la Europa League. Quién se lo iba a decir a muchos celtistas a principio de temporada. Todo un éxito para el conjunto de Vigo que ve como 10 años después volverán las noches europeas a Balaídos.