El Arcángel deparaba con un calor típico a las fechas en las que se viven en Córdoba el primer partido liguero en el que los aficionados blanquiverdes querían comprobar si la maquinaría cordobesista estaba bien engrasada a estas alturas.

La competición ha comenzado en un fin de semana de muchos desplazamientos, pese a ellos los cordobeses que comienzan sus vacaciones o las terminan, han demostrado, un año más, estar con su equipo. A pesar de no abarrotar el estadio, su aliento no decayó en ningún momento. La ilusión, ni tocarla, como decía el spot del año pasado.

Racha negativa

El Córdoba CF llevaba 38 años sin ganar en el partido inaugural y Pablo Villa, en su debut, quería dejar el sello marca de la casa. Carácter, intensidad y buen hacer. Y todo ello con una plantilla hecha con las necesidades del mercado y con las reglas marcadas por la Liga: una restructuración basada en el estudio detallado de la situación económica que atraviesa. Bien que lo consiguió, aun cuando todo parecía presagiar que el resultado final sería de empate.

Hasta doce caras nuevas presentó el equipo andaluz. Una revolución auténtica que busca como objetivo prioritario el ascenso. Son las directrices dadas por Carlos González. El máximo dirigente cordobesista comienza su tercera temporada con una misión. Si los cordobeses lograron jugar el play off en su primer año con Paco Jémez, en la última campaña, la que todos esperaban que fuera la de la confirmación, el cuadro blanquiverde titubeó y tras el cese de Rafa Berges, Esnáider no supo darle el cambio de rumbo necesario para llegar a disputar la fase de promoción a Primera División.

Sin embargo, no todas las nuevas adquisiciones podían salir de la partida. Samuel de los Reyes, por sanción, de igual forma que el canterano Sebas; por problemas burocráticos como es el caso de Eduard Campabadal, al que no ha llegado su transfer después de un mes de cerrarse su fichaje, o por lesión, como ocurre con el central Armando, a priori titular.

Intensidad

La primera mitad no generó ningún tipo de dudas sobre el nuevo Córdoba CF. Los blanquiverdes dominaron claramente con un Caballero esplendoroso. El madrileño hizo las delicias para la hinchada que se deleitó con su participación. No solo desde la mediapunta dirigió la ofensiva andaluza, sino que contribuyó activamente en tareas defensivas cuando los bercianos se arrimaron a las inmediaciones de Saizar, quien, por cierto, le ganó el pulso a Juan Carlos.

No sería justo alabar la figura de Caballero, pues si el Córdoba salió arroyando también fue en parte por la contribución de Abel Gómez y López Silva. Sin olvidar a Xisco. El balear no solo apareció donde más se le espera, sino que además, mientras el físico se lo permitió, bajó a la zona medular para colaborar en la zona de creación.

Así sucedió, cual monólogo. El meta Santamaría, objetivo del cuadro cordobesista esta misma temporada, cumplió y dio seguridad atrás. Durante el transcurso de la primera mitad, el equipo de Villa funcionó. Fran Cruz a la salida de un córner, Xisco de igual manera o Caballero desde la frontal probaron fortuna, pero la diosa se alió con los bercianos y dejaron sin goles el espectáculo que los desplazados a El Arcángel podían disfrutar.

No obstante, con el descanso las fuerzas se igualaron. No por fútbol, sino por oxigenación. Yuri era la única amenaza que representaba el conjunto visitante. Estéril en tareas ofensivas, inoperante defensivamente. Pese a ello, los cordobeses no supieron hacerse con la manija del encuentro. No tuvieron la habilidad suficiente como para anotar un gol. Algo esencial de querer ascender a final de temporada; pero si de algo se caracteriza Pablo Villa como entrenador es de arriesgar. Algunos consideran que tiene algo de "loco", al más puro estilo del argentino Marcelo Bielsa. Da igual que sea la primera jornada, la décima o la última, lo importante es vencer. Por ello, en el minuto 80 cuando las cosas no marchaban y se requería de un revulsivo, entró Ayina por Janse. El holandés no entró en juego prácticamente y su participación concluyó para dar entrada al francés.

Éxtasis

Y como todo cuento, este tuvo un final feliz. Hubo que esperar, incluso algo más de lo señalado para que la locura se apoderara de los presentes. Jugada larga y que conducía Caballero que abrió para López Silva, el onubense hizo un escorzo, se fue hacia el centro y con su visión se la dejó a Strahman, quien se lanzó para alcanzar la pelota y con un sutil, pero eficaz toque hizo que la pelota entrase llorando dentro de la portería.

El árbitro no dio para más y tras el gol, decretó el fin del choque. Los tres puntos se quedaron en Córdoba que pone así fin a una racha histórica sin vencer en el primer partido liguero, mientras que los bercianos deberán esperar a la segunda jornada para sumar tres puntos.