En una semana, que vino marcada por los rumores acerca de la probable destitución de Pablo Villa como entrenador del Córdoba CF, el domingo en la grada de La Romareda en Zaragoza, la afición cordobesa estuvo de nuevo presente. Varias fueron las peñas cordobesistas que se trasladaron a la capital aragonesa aprovechando los días festivos del puente de la Inmaculada: la Peña CCF de Posadas, Peña Cordobesista de El Carpio, la Peña Sangre Blanquiverde de Cataluña, Cordobamanía y algunos miembros de Incondicionales CCF , además de aficionados particulares que también asistieron. Todos ellos ubicados en zona de la Tribuna.
Antes de la disputa del partido hubo varios actos que las distintas Peñas realizaron, como la comida de Hermanamiento entre Sangre Blanquiverde de Cataluña, Cordobamania y las Peñas Zaragocistas "Presentes por el Escudo" y Peña Maluenda, en muy buen ambiente donde estas peñas se intercambiaron bufandas y lotería, degustando además productos de comida aragonesa. Se escucharon comentarios de aficionados cordobesistas que hubieran preferido que el orden de los partidos entre el Córdoba CF y el Real Zaragoza hubiese sido al contrario, debido al frío que hacía en la capital maña, ya que el partido de la 2ª vuelta tendra lugar en Córdoba en el mes de mayo.
También la Agrupación de Peñas del Córdoba CF, celebró un almuerzo con las peñas miembros de la agrupación desplazadas a ver el partido.
Ya durante el encuentro la afición visitante fue ubicada en la zona de Tribuna, cercana al Fondo Sur. La noche había caído y el frío era intenso, pero eso no desanimó para nada a la hinchada cordobesa, que con la salida de los jugadores al campo cantó el himno a capela, un himno que resonó con fuerza en un estadio con tanta solera como es La Romareda. Desde el primer minuto se animo al equipo y a su entrenador, con el ya clásico cantico de "Illa, Illa , Illa, Villa Maravilla", el cual fue repetido varias veces.
El gran juego del equipo cordobés y la entrega de los jugadores hacía que la afición cordobesista no parara de animar, lamentándose de las ocasiones (de Úli y Pedro, entre otras) que el equipo no lograba materializar en gol. Por el contrario, los seguidores del Real Zaragoza se impacientaban y pitaban a su equipo por el pobre juego que estaba desarrollando.
Pero el golazo de Recio, en el minuto 35, hizo rugir a los maños y desanimar a los cordobesistas, escuchándose comentarios como "necesitamos cinco para hacer gol y ellos en la primera que tienen lo meten" o "siempre la misma historia, siempre".
Tras el descanso y unos primeros minutos en los que parecía que el frío iba a aletargar a la afición, el cordobesismo volvío a animar y a quejarse por la decisión arbitral de anular un gol a Pedro. El Córdoba se volvía a hacer con el control del partido y su hinchada a hacerse oír, y el premio y la alegría llegaron a la zona visitante con el gol de Úli tras la falta sacada por Pacheco.
El Córdoba de nuevo desarrollaba un gran juego y el apoyo de su hinchada era total, por el contrario la afición zaragocista se encrispaba cada vez más con su equipo al verlo totalmente superado, pero de nuevo una expulsión, llevó al enfado a los aficionados cordobeses que veían como su equipo se quedaba en inferioridad y temiendo lo peor. Los temores de la grada se hicieron realidad: el autogol de Armando en los minutos de descuento llevó a la afición cordobesa a sumirse en la incredulidad, la rabia y la impotencia.
Con el pitido final y pese a la derrota los cordobesistas volvieron a animar a su equipo (el cual como ya es costumbre se despidió de la afición desplazada), agradeciéndole todo el derroche, actitud, sacrificio y buen juego que habían mostrado, así como reafirmar su total apoyo al que hoy en día es la referencia para esta hinchada, su entrenador Pablo Villa.