Noche negra en el Nuevo Arcángel para un Córdoba que tuvo que ver como una mala racha de acciones en los últimos minutos del partido le complicarían su existencia con dos expulsiones y dos goles en contra.

45 minutos de idas y venidas con final feliz

El partido comenzaría con el minuto de silencio en el estadio para recordar a los aficionados blanquiverdes fallecidos en esta temporada, pero este sería el único momento donde no se escucharía nada sobre el césped, ya que a partir de ahí comenzaría la locura en la ciudad califal.

Las gradas abarrotadas de aficionados de ambos equipos verían como el balón comenzaría a rodar y daría comienzo un partido sin dueño. Las ocasiones irían llegando más del lado de los blanquiverdes conforme avanzaba el encuentro, pero no llegaban a hacerse dueños del balón en los primeros minutos.

Estas ocasiones llegarían siempre de las botas del canterano del Real Madrid, Raúl de Tomás, que parecía estar mucho más activo tras la charla que recibió de Oltra en el último entrenamiento, pero esas ganas no se convertían en goles, ya que eran desaprovechadas todas.

Poco a poco iban llegando a su fin los primeros 45 minutos, pero antes de que se escuchara el pitido final, una jugada al contraataque blanquiverde iba a terminar en el penalti para los locales. Después de un buen pase de Abel Moreno, Andone iba a plantearse en el área para recoger el balón, pero Bustinza lo derribaría al intentar despejar, por lo que se escucharía al árbitro señalar la pena máxima.

En ese momento Raúl de Tomás agarraría el balón para no soltarlo y llevárselo al punto de penalti, convencido de que era su oportunidad de marcar y adelantar a su equipo. Y no se equivocaría, ya que con un tiro cómodo al centro de la portería, marcaría su segundo gol de la temporada.

Otra vez la falta de concentración pasa factura

Tras pasar por los vestuarios los jugadores, se reanudaría el partido de una forma distinta. El Córdoba parecía haberse dejado las ganas de jugar en el vestuario, ya que estaba muy pasivo esperando al rival y regalando balones. 

Esto lo aprovecharía el Leganés para empatar el encuentro con una gran volea de Szymanowski dentro del área, tras un rechace de cabeza de Deivid después de que hubiese pasado solo un minuto desde el inicio de la segunda mitad.

A partir de aquí, tocaba volver a remar para marcar otro gol y que el Leganés no se subiese a las barbas, por lo que llegarían algunos cambios más ofensivos para dar más rapidez en las bandas y el centro del campo. Pero no por ello, los blanquiverdes reaccionaron rápido, sino que estuvieron a punto de ver como volvían a marcar los visitantes si no fuese por una cabeza milagrosa de Abel Moreno, quien salvó un gol en la misma línea.

Pero Raúl de Tomás estaba con hambre esa noche y quería más. Tras irse de varios defensas en el área, sería derribado por Bustinza, quien vería la segunda amarilla y tendría que salir del terreno de juego.

Todo parecía ponerse de cara para los aficionados blanquiverdes, que verían como el propio delantero tiraría el segundo penalti también para ajustarlo al palo ante la gran estirada de Serantes y poner de nuevo el marcador a favor del conjunto califa.

Dos minutos para convertir el cielo en infierno

El partido estaba encarrilado y solo faltaba dejar pasar los minutos para llevarse los tres puntos y seguir luchando por alcanzar al Alavés, pero la mala suerte llegó al final en muy poco tiempo.

Después de un contraataque, Omar intentaría disparar pero su tiro acabaría en los pies de Gabriel quien vería como Razak lo derribaría en el área provocando el tercer penalti de la noche y primero para el Leganés.

La reacción de Oltra echándose las manos a la cabeza lo decía todo, y es que no era solo por el penalti, sino porque al Córdoba no le quedaban más cambios. Ante esto, Luso decidiría colocarse los guantes y jugar los últimos minutos.

Tras unos minutos de espera y angustia en las gradas, mientras Luso se preparaba, llegaría el penalti tan temido. Omar Ramos decidiría no jugarsela y ajustó su disparo al mismo palo, donde Luso no conseguiría llegar, a pesar de haber acertado la dirección del mismo.

Comenzaba entonces un nuevo partido, con diez jugadorez cada equipo, aunque sin portero el Córdoba, ya que el capitán blanquiverde debería quedarse bajo palos.

Un minuto después llegaría ya el desastre. Una falta sin consecuencias del Leganés en la banda iba a darle los tres puntos. Después de un disparo malo de Omar Ramos, Luso no sabría despejar el balón y entraría en la portería ante la estupefacción de todo el Estadio que no se creía lo que estaba viendo, para terminar minutos después con la expulsión absurda de Héctor Rodas.

De esta manera perdía el Córdoba los tres puntos y su posición en los puestos de ascenso directo, cayendo a la zona de playoffs 16 jornadas después y con la moral muy tocada tras una derrota tan dura.