El Elche saltó al partido con la intención de demostrar sus características más importantes: solidez defensiva y juego de creación. En los primeros minutos se pudo ver a un Elche muy serio que quería controlar el encuentro y salir a la contra con jugadores como Carles Gil, Aarón o Manu del Moral. El equipo de Paco Gémez mantenía las distancias y el respeto a un conjunto que venía de Segunda como líder indiscutible.

La ocasión más clara llegó de las botas del ilicitano Aarón, tras un magnífico centro de Manu del Moral desde la derecha, que salía rozando el palo de la portería de Cobeño. El equipo franjiverde salía con peligro en jugadas aisladas al contraataque y a balón parado. Mientras, el Rayo dominaba el partido con posesiones largas y con movimientos rápidos de Lass y José Carlos; el equipo madrileño se mostraba más cómodo a pesar de la igualdad en el marcador.

En el minuto 35 de la primera parte se tuvo que marchar lesionado José Carlos, el delantero más activo y que más peligro aportaba a la ofensiva madrileña, por Perea. El que parecía el peor momento para el equipo vallecano, se convirtió en un auténtico bálsamo con el gol de Bueno tras una gran combinación entre el ilicitano Saúl y Lass. 

El equipo de Fran Escribá no tuvo tiempo de reacción con el segundo gol del Rayo Vallecano. El delantero Perea logró coger la pelota a 20 metros de la portería y colarla por la escuadra de Manu Herrera. Con este resultado, el Elche terminó lo que restaba de tiempo y comenzó la segunda parte con la misma intensidad y la misma idea de mantener el mismo estilo de juego. El Rayo Vallecano salió con la tranquilidad que le permitía esa ventaja a la espera de cerrar el partido.

En primeros 20 minutos se pudo ver el peso del resultado en el equipo ilicitano donde no salió con la fuerza y la motivación necesaria de la primera parte para intentar meterse en el partido para lograr algún punto. Con la entrada de Fidel por Manu del Moral, la banda izquierda franjiverde se volvió más peligrosa pero sin la referencia de un 9 se volvía cada vez más difícil crear peligro en la portería rival.

Conforme pasaban los minutos el Rayo Vallecano se relajaba y se conformaba con crear peligro en jugadas rápidas y transiciones directas. En una de ellas, Alberto Bueno logró su doblete y cerrar el partido con un nuevo disparo desde fuera del área que entró imparable por la portería franjiverde haciendo el 3-0. Con este resultado terminó un encuentro que de poco sirve en la clasificación, pero sí para aprender de los errores cometidos.