Después de una temporada 2012/2013 en la que el mayor peligro para los defensas azulgranas fueron las lesiones y la falta de continuidad, comienza un nuevo curso con la mente puesta en reafirmar su condición de salvaguardia firme y sólida, esa que deslumbró al mundo y de la que solo unos pocos elegidos pueden formar parte. A día de hoy, el club continúa trabajando en una nueva incorporación para esta demarcación, algo que se antojaba necesario luego de pasar por momentos críticos el pasado año y contar para este con bajas sensibles en esta línea como la de Eric Abidal (Mónaco), y las de los canteranos Marc Muniesa (Stoke) y Andreu Fontás (Celta). Nombres como los de Thiago Silva, Marquinhos, Daviz Luiz o Agger han protagonizado o protagonizan uno de los culebrones del verano, que aún tiene pinta de ir para largo.

De cara a este año, los jugadores que por el momento forman la línea defensiva son Alves, Adriano, Jordi Alba, Montoya, Bartra, Piqué, Mascherano y Puyol. Cinco de estos ocho son canteranos, algo que hoy en día no es noticia, si bien es cierto que algunos de ellos pecan de inexpertos al máximo nivel competitivo, de ahí que se baraje la posibilidad de incorporar un nuevo hombre fuerte para reforzar la trinchera culé. A la mayoría les vendría muy bien más regularidad con las lesiones de la que han tenido en el pasado más reciente. La temporada pasada tuvo luces y sombras para todos ellos.

Dani Alves recuperó regularidad y su presencia en el ataque volvió a ser decisiva; Adriano jugó con frecuencia ante las ausencias usuales del equipo culé; Jordi Alba llegó del Valencia tras una Eurocopa espectacular y rindió a gran nivel; Montoya y Bartra no tuvieron excesiva participación por ser los novatos, pero hicieron su trabajo cuando se requirió de sus servicios; a Piqué se le vio perdido en buena parte de la temporada ante la evidente falta de una pareja de centrales clara; Mascherano cumplió y bien cuando hubo de emplearse en tareas defensivas, aún cuando no es esa la labor que un principio vino a cubrir y Puyol vivió un auténtico calvario de lesiones, que le apartaron del equipo en tramos decisivos de la temporada.

En total, 31 defensas distintas a lo largo del curso tuvieron que alinear Tito Vilanova y Jordi Roura. Una irregularidad asombrosa que provocó el temblor y desplome momentáneo del equipo por falta de solidez en su base.

Los defensas uno a uno

Dani Alves

Los años pasan y Dani Alves (Juazeiro, 1983) permanece. Su banda, que defiende con Montoya como escudero, parece estar bien cubierta. Muchos ponen en duda que siga siendo capaz de correr y desgastarse como antes a sus 30 primaveras. Suya es la última palabra para demostrar que no dejamos de jugar cuando nos hacemos viejos, si no que nos hacemos viejos cuando dejamos de jugar.

Levantó suspicacias a finales de mayo, cuando ante el interés del PSG entre otros por ficharle, reconoció “no cerrar la puerta” al equipo parisino o a otro club. Aquel cuento se acabó y ‘Correcaminos’ Alves sigue afrontando temporada tras temporada con la certeza de tener que cumplir tanto a nivel defensivo como ofensivo. Su presencia en ataque se ha convertido en un requisito fundamental y seña de identidad de este Barça, que le ha visto subir la banda y colgar la bola en infinidad de ocasiones, para su deleite. Este curso no será distinto, pues se le volverá a exigir que sea una tarántula en defensa y un puñal en ataque. Después de que el año pasado fuera de menos a más, para este se espera que mantenga el buen nivel a lo largo de todo el año.

Adriano Correia

Pocas quejas tiene el Barça con respecto al rendimiento del brasileño. Quizás su tendencia a las lesiones musculares sea un borrón en su hoja de ruta, pero es innegable que Adriano (Curitiba, 1984) está ahí cuando se le necesita. Ha hecho las veces de comodín en la defensa, siendo utilizado incluso como central cuando su posición natural es la de lateral izquierdo. Desde ahí, ha sido capaz de contribuir al equipo con 6 goles (el defensa más goleador del equipo), alguno especialmente bello como los anotados frente a Valencia o Atlético de Madrid, con pierna diestra o zurda. Balones altísimos al palo largo, lejos de la estirada inútil del portero, de cuya repetición nunca nos cansaríamos.

Para esta temporada seguirá como sustituto de Jordi Alba, y prácticamente como primer jugador de recambio si uno de los habituales se cae de la lista. Renovado recientemente hasta 2017, le quedan años y físico para demostrar su polivalencia y utilidad si sus músculos, acusados de ser algo quebradizos, le respetan.

Jordi Alba

Aterrizó la temporada pasada procedente del Valencia, con la marca del canterano azulgrana a fuego en su piel y tras una Eurocopa en la que dio que hablar, cuando se proclamó campeón de la misma y encadenó exhibiciones de físico y técnica partido tras partido del campeonato. Precisamente por esto se temía que llegara falto de descanso. Jordi Alba (L’Hospitalet, 1989) demostró en poco tiempo que eso no va con él. Su presencia en el equipo fue muy regular y decisiva, especialmente en la primera parte del año, cuando Alves no tenía mucha incidencia en el juego ofensivo del equipo y él se presentó voluntario a cubrir esa necesidad.

Para esta temporada que comienza solo se le puede pedir mantener el nivel que viene exhibiendo en los últimos años, en los que ha pasado de ser un completo desconocido a ser el lateral izquierdo titular del FC Barcelona y de la selección española. Si sabe imprimir una marcha más en el juego de ataque azulgrana, subiendo el balón pegado a la cal y combinando con los hombres más adelantados, el equipo lo notará y sabrá reconocérselo. Si de algo puede se puede temer es de que tras otro verano sin descanso notable por la Copa Confederaciones, su rendimiento sea menor. No obstante, por el momento no ha dado razones de que eso sea un problema para ‘Jordi Bala’.

Marc Bartra

A sus 22 años, el canterano culé subido del filial la pasada campaña está llamado a ser el próximo jefe de la zaga azulgrana. En la pasada temporada no gozó de todos los minutos que él hubiera deseado, y su suplencia por detrás de centrales “improvisados” como Adriano o Mascherano provocó la confusión de buena parte de la de afición. Más teniendo en cuenta que sus intervenciones fueron, por lo general, brillantes, como la de la eliminatoria de Champions League ante el Bayern de Múnich.

Este verano se ha licenciado en Israel con la Selección sub-21 de España, con la que se proclamó campeón de la Eurocopa siendo una pieza fundamental del equipo de Julen Lopetegui. Con estas credenciales, se espera de Bartra (Sant Jaume del Domenys, 1991) que este año cobre protagonismo tal vez no como primer central, pero sí como recambio oficial de ausentes ocasionales. Un buen central con juventud e ilusión que espera su oportunidad.

Gerard Piqué

Él simboliza mejor que nadie la necesidad de la defensa azulgrana de reafirmarse de cara a su público. La pasada temporada rindió a buen nivel en lo que a números se refiere, pese a alguna ausencia ocasional por lesión, pero se vio afectado negativamente en cuanto a sensaciones en el terreno de juego. La ausencia de un central decisivo que hiciera pareja con él en el centro de la zaga, provocó que por momentos se le viera indeciso y perdido. Mientras que otros años había sido Puyol el encargado de sentar cátedra, la ausencia de éste hizo que toda la responsabilidad recayera en él. Por esto, Piqué (Barcelona, 1987) es uno de los más interesados en que el ‘culebrón del central’ de este verano se resuelva.

De cara a esta temporada se espera de él que haga honor a su mejor alias, ‘Piquenbauer’, en su condición de central total con gran movilidad en defensa y una más que correcta salida de balón desde atrás, para que los cerebros azulgranas del medio del campo para arriba hagan el resto. Reiterando lo dicho, un central de garantías a su lado sería al parecer la mejor solución para complementar su juego, y darle la oportunidad de desarrollar con éste la complicidad necesaria para jugar codo con codo y con confianza.

Javier Mascherano

Tercera temporada en el club para ‘Masche’. Llegado del Liverpool para conformar el que se denominó a priori “mejor centro del campo del mundo”, la delicada situación de la zaga azulgrana obligó a sus entrenadores a recolocarlo como defensa central, posición que ha ocupado con frecuencia en los últimos dos años, y lo ha hecho muy bien. El pasado curso, por desgracia, cayó lesionado en un momento clave (se perdió los meses de abril y mayo), y el equipo lo acusó tremendamente.

Es innegable que el equipo necesita al ‘Jefecito’ (San Lorenzo, 1984) al máximo nivel en estos momentos. En el club se sabe de sobra que su entrega es total en cada partido, pero una lesión similar a la última mermaría su contribución y por la tanto, el rendimiento del equipo.

Carles Puyol

De principio a fin, el año pasado fue un auténtico calvario para Puyol (La Pobla de Segur, 1978), que saltó de una lesión a otra sin participar activamente y ser decisivo en las batallas de sus compañeros. Su ausencia fue determinante para el equipo, que se sintió huérfano sin la presencia de su capitán. Faltó en parte de septiembre, octubre entero, parte de noviembre, finales de marzo, abril y mayo. Eso son, como es entendible, demasiados partidos sin jugar, y más para un hombre de su condición y voluntad para con los colores a los que defiende. El propio jugador llegó a plantearse la retirada definitiva tras una artroscopia que se complicó, aunque finalmente renovó su contrato hasta el año 2016, confiando en sus posibilidades.

De este modo, el capitán afronta la nueva temporada con ganas de revancha. Aún está recuperándose de una lesión en su rodilla derecha –la última que sufrió el año pasado- de la que evoluciona favorablemente, y se espera que esté disponible para el comienzo de la liga. No hace tanto la idea de jugar en el Camp Nou atemorizaba a los delanteros rivales porque sabían a lo que se enfrentaban: la garra, fuerza y entrega de un jugador que nunca da su brazo a torcer. Ahora es el momento de que ‘El Tarzán de La Pobla’ vuelva a rugir desde la retaguardia culé. Y es que mucho se ha hablado en los últimos meses de un recambio de urgencia para su posición, pero si hay un jugador al que no se le puede dar jamás por muerto, ese es Puyol.

Martín Montoya

Lateral derecho, con calidad, juventud, y un reciente victoria en la Eurocopa sub-21 con la selección española. Las credenciales de Montoya (Viladecans, 1991) son difícilmente mejorables para cualquier otro defensa de su edad y condición. El año pasado fue el lateral menos utilizado de la plantilla, y pese a ello se convirtió en un hombre recurrente en los carruseles de cambios culés. Más que correcto en labores defensivas, su utilización se vuelve ventajosa cuando se prodiga en ataque, recorriendo la cal con el balón en los pies para colgar centros al área. Para colmo, su presencia en el club desde los ocho años certifica el ADN Barça marca su conducta.

Para la próxima temporada se espera de él más participación en los duelos del primer equipo, algo que dependerá mucho de las decisiones del Tata Martino, en el que puede ser su año de confimación como segundo lateral derecho por detrás del insustituible Alves.