Neymar, el último brasileño predestinado a encandilar al Camp Nou

Romario, Ronaldo, Rivaldo o Ronaldinho, fueron monarcas en el Camp Nou, ahora le toca el reinado a Neymar, con las reiteradas bajas de Leo Messi, el verdadero emperador azulgrana, 'Ney', se ve más obligado a actuar como líder.

Neymar, el último brasileño predestinado a encandilar al Camp Nou
Romario, Ronaldo, Rivaldo, Ronaldinho y Neymar, los cinco grandes brasileños que han vestido la camiseta azulgrana en las últimas dos décasas (Foto: FC Barcelona).
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Por Jorge Sastriques

En los últimos tiempos han pasado grandes futbolistas brasileños por las filas del FC Barcelona, casos como los de Romario, Ronaldo, Rivaldo o Ronaldinho son claros ejemplos. Sin embargo, también se han realizado otros costosos fichajes que también crearon un gran entusiasmo, como los de Eto’o, Dani Alves, Ibrahimovic o Cesc Fábregas, entre otros. El último gran jugador en aterrizar en el Camp Nou, también con espíritu brasileño para dar continuidad a la antigua legión de cariocas, ha sido Neymar. El sudamericano ya se ha hecho con un puesto importante en el conjunto catalán y ha llegado al corazón a gran parte de la afición culé, todo cuando apenas lleva tres meses en Barcelona.

Los brasileños mandan en Can Barça

Era el 17 de julio de 1993 cuando el FC Barcelona estrenaba su idilio con los futbolistas brasileños, el primer gran fichaje carioca de la década de los 90 fue Romario da Souza Faria. Romario era un delantero que estaba apartado de la selección brasileira pese a sus grandes registros goleadores en el PSV Eindoven. El brasileño siempre fue un futbolista muy particular, pero capaz de hacer jugadas más propias de dibujos animados que de un hombre de carne y hueso. Un futbolista que descansaba de día tras el entrenamiento y salía a divertirse por las noches. El flamante fichaje azulgrana de la época cumplió su promesa, avanzó el día de su presentación que iba a marcar 30 goles, y vaya si lo hizo, tantos de todas las maneras imaginables. Pero la diana más recordada por los culés es la que le materializó al Real Madrid en enero de 1994, el primer gol de la tan recordada manita con la cola de vaca a Alkorta. Romario ayudó al Barça a proclamarse campeón de Liga, lo hizo al vencer al Sevilla en el Camp Nou -con gol suyo incluido- y no hacerlo el Deportivo ante el Valencia en Riazor. Romario fue un boom en el Barcelona, pese a que su aventura en Can Barça solo duró temporada y media, su carácter y sus salidas nocturnas así como los viajes a Brasil, le llevaron a volver a su país. Por cierto, con su selección pasó de estar apartado a ser la estrella de la tetracampeona en Estados Unidos.

Tras la marcha de un genio carioca llegó otro algo más de un año después de la salida de Romario. Era Ronaldo, un futbolista muy joven que apuntaba a crack mundial y que poseía unos registros goleadores estratosféricos. Aterrizó en Barcelona en 1996 y, pese a defender solo en un temporada la zamarra azulgrana, se ganó el corazón de la afición barcelonista, anotó 34 goles en 37 encuentros de Liga. El tanto más recordado fue, sin lugar a dudas, el que consiguió en el Multiusos de San Lázaro ante el Compostela marchándose de cuantos contrarios le salieron a su paso. Otro momento recordado fue el de la final de la Recopa de 1997 ante el PSG, Ronaldo hizo el gol en el mismo momento que una bengala caía al terreno de juego. En verano, el astro brasileiro se proclamaba campeón de Sudamérica con su selección, tras el torneo el futbolista y el club catalán no llegaron a un acuerdo para su renovación y finalmente se marchó al Inter de Milán.

Pero a rey muerto, rey puesto. Se marchó Ronaldo y llegó Rivaldo, además, sobre la bocina. La magia del crack brasileño encandiló al Camp Nou, fue clave en el doblete del año 1998 y de la Liga en la temporada siguiente. Puede que no significara un título, pero el momento de mayor éxtasis de Rivo en el Barcelona fue la chilena en el último minuto de la Liga ante el Valencia, el golazo valía la clasificación para la Champions. Pero el futbolista sudamericano era mucho más que un goleador, era pura fantasía, y de él vivió un Barcelona que se encaminaba hacia el abismo, pero siempre aparecía él para salvar la situación. El equipo catalán estuvo dos años alejado de la lucha por el título, pero la temporada siguiente a la de su salida, el equipo azulgrana tan solo se pudo clasificar para la UEFA e in extremis.

Uno de los grandes fichajes del Barcelona en los últimos años fue Saviola, un jugador que aterrizó en el Barça en 2001, siendo el segundo futbolista más caro de la historia del club costando 36 millones de euros. En las tres temporadas que estuvo en Barcelona en su primera etapa no terminó de explotar pese a marcar goles. Tras ese periplo de tres años fue cedido al Sevilla y al Mónaco, hasta regresó al Camp Nou para jugar en la temporada 2006/07. Sin embargo, finalmente, marcharía al eterno rival, el Real Madrid, donde tampoco adquirió un papel excesivamente relevante.

Si Saviola fue un fiasco, Ronaldinho levantó a un Barcelona deprimido

Si hay un jugador que ha despertado a la afición culé con magia, ilusión y goles, surge el nombre de Ronaldinho. Un lustro sin ganar ningún título y la humillación de ni tan siquiera clasificarse para la Champions en 2003, desencantó a una afición que añoraba ver a su equipo a la altura de su historia. La llegada del Gaucho fue la apuesta de Joan Laporta para reactivar a una afición apagada por la trayectoria de su equipo. El carioca marcó una época en el club catalán desde el primer momento en el que se enfundó la elástica azulgrana. Con sus regates, sus elásticas, su controles de fantasía, sus magistrales lanzamientos de falta, sus goles y su repertorio de excelentes jugadas, llevó al Barça a lo más alto, cuando llegó solo había miseria, con él llegaron los títulos. Tras ganar dos Ligas y una Champions, el rendimiento del jugador sudamericano bajó, descuidó demasiado sus obligaciones deportivas, lo que le llevó a hacer una pésima temporada en su última campaña, ni tan siquiera fue titular.

La era de Laporta y el intercambio Eto'o - Ibra

El fichaje estrella del segundo proyecto de Laporta fue Samuel Eto’o, un futbolista determinante desde el primer momento. Cedido en el Mallorca por el Madrid durante varias temporadas, el camerunés quiso cambiar de aires y marcharse a un grande, el Barcelona estuvo atento para llevárselo. Era el futbolista ideal para jugar con Ronaldinho, ambos se compenetraron muy bien. Juntos llevaron al Barça de estar cinco años sin un título que llevarse a la boca a convertirlo en el mejor equipo del mundo. El brasileño era la magia, el africano el gol. Pero esta situación idílica duró dos años, las rencillas entre ambos contaminaron el vestuario y terminó con el Gaucho fuera del club en 2008 y con Eto’o al borde de seguir el mismo camino. Sin embargo el “León Indomable” continuó en el equipo catalán de la mano de Pep Guardiola, realizando una excelsa campaña en la temporada 2008/09, formando un tridente mágico con Henry y Messi. Estos tres jugadores, acompañados de Xavi, Iniesta, Valdés, Alves o Puyol, entre otros, hicieron tocar el cielo al Barcelona ganando un triplete histórico en un curso futbolístico memorable. Tras esa temporada, el camerunés se marchaba casi por la puerta de atrás, fue valorado en menos de 20 millones de euros en la operación de Ibrahimovic.

En la temporada 2006/07, tras no conseguir una Liga que se tenía en la mano, se pasó de lograr un doblete mágico, Liga y Champions, a quedarse a las puertas de la final de Copa y viendo como el Real Madrid remontaba y le quitaba el título liguero al Barça. Para revertir esa situación, se fichó a un jugador que fue objeto de deseo azulgrana durante mucho tiempo, era Thierry Henry. El galo había sido uno de los mejores delanteros de los últimos tiempos, pero la edad ya no perdonaba. El atacante no hizo una buena temporada y fue uno de los señalados en el curso futbolístico del naufragio definitivo del proyecto Rijkaard. Con un Barça que incluso había perdido el segundo puesto en la Liga, pero que quedó a las puertas de las finales en los torneos a eliminatorias, llegaba Pep Guardiola. Con el de Santpedor, Henry formó parte de una tripleta fabulosa junto a Messi y Eto’o, entre los tres anotaron más de cien tantos, factor clave en el año del triplete azulgrana.

En el año 2008, con un sentimiento de desánimo total tras dos años consecutivos sin ganar títulos y con la sensación de que el Madrid había terminado con el ciclo de Rijkard, así llegó Dani Alves al Camp Nou. El que hasta la fecha era futbolista del Sevilla fue tentado por varios grandes durante más de un mercado de fichajes, al final, el lateral carioca recalaría en el Barcelona. Muy pronto se acopló al equipo de Pep Guardiola, aplicado en tareas defensivas y portentoso en ataque. Durante las tres primeras temporadas fue clave para hacer del Barça uno de los mejores equipos de todos los tiempos. Sin embargo, desde 2012 el rendimiento del brasileño descendió, dejando lagunas en defensa y aportando poco en ataque. Hasta tal punto se llegó que ese verano se discutió su continuidad en el club azulgrana, sin embargo Alves continuó siendo el lateral derecho titular la pasada temporada. En la actual campaña el contexto es el mismo, el futbolista sudamericano sigue siendo titularísimo en el flanco diestro del Barça, aunque su regularidad ya no es la misma, continua siendo un activo importante en el esquema catalán.

El fichaje más caro en la historia del FC Barcelona es el sueco Zlatan Ibrahimovic, que costó la cuantiosa cantidad de 49 millones de euros más la salida del camerunés Samuel Eto’o, valorado en 17 millones de euros. La incorporación de Ibra desprendió una gran ilusión en una afición azulgrana que venía de festejar todo un triplete. Sin embargo, el equipo, que por aquel entonces presidía Joan Laporta, tenía que reforzarse, ya que su máximo rival lo hizo a lo grande. El Real Madrid no reparó en gastos para poner fin a un dominio azulgrana que, en menor medida y salvo en el año 2012, sigue manteniéndose hoy en día. En un mismo verano fichó a Cristiano Ronaldo por 96 millones, a Kaká por 65 y a Benzema por otros 30.

Pese a esto, en Barcelona poco importaba el aumento del potencial madridista, el Barça continuaba siendo el mejor equipo del mundo y de hecho iba a continuar siéndolo. Lo que importaba de verdad era que el nuevo fichaje, “Ibracadabra”, como algunos le llegaron a apodar en honor a su depurada técnica y sus recursos futbolísticos casi mágicos. Tal era la ilusión por ver al sueco que el 29 de julio, el día de su presentación, más de 70.000 espectadores se dieron cita en el Camp Nou.

El delantero escandinavo tuvo un gran inicio de temporada, anotando goles y regalando asistencias a sus compañeros. Pero poco a poco la relación con su entrenador, Pep Guardiola se enfrió, eso, unido a la poca movilidad que ofrecía el ariete en ataque, le relegó al banquillo en favor de Bojan. Cuando faltaban pocas semanas para arrancar la nueva temporada, Ibra se despachó con unas declaraciones llamativas: "El técnico no me quiere, pero no sé cuál es el problema. Los dirigentes del Barcelona dicen que no me quieren vender. En los últimos seis meses, Guardiola sólo ha hablado dos veces conmigo. No sé qué pasa". Finalmente, Ibra tan solo estuvo un año en Barcelona, se llevó un Liga, una Supercopa de España, una Supercopa de Europa y un Mundial de Clubes. En los algo más de 40 encuentros en los que defendió la camiseta azulgrana anotó 21 goles. La de Ibra es la historia de un futbolista que paso de ídolo a villano en unos pocos meses.

La salida del Barcelona de Ibrahimovic estuvo llena de polémica

La salida de Ibrahimovic dejó a Villa, fichado ese mismo verano, como el sustituto del sueco. El “guaje” fue elegido por la entidad barcelonista tras sus buenas temporadas en el Valencia y con el cartel de ser el delantero de la selección campeona de Europa y del Mundo. Aunque en un primer momento pareciera que al jugador asturiano no le iba a costar adaptarse al Barcelona, eso no fue así. Pese a la cantidad de compañeros de la selección con los que compartía vestuario en el Camp Nou, el futbolista tardó en acoplarse, pero cuando lo hizo, se convirtió en un jugador importante. En su primera temporada disputó más de 50 partidos en los que anotó 23 goles, siendo clave para la consecución de la Liga y de la Champions League en 2011. Pero en la temporada siguiente se lesionó de gravedad en la semifinal del Mundial de Clubs, ahí se terminó la campaña para el atacante de Tuilla, ni tan siquiera pudo llegar a la Eurocopa. Hasta ese momento, Villa jugó una veintena de encuentros en los que anotó una decena de goles. La pasada temporada, ya recuperado, perdió mucho protagonismo en favor de Alexis Sánchez, pese a jugar más de 40 partidos tanto él como el club tenían la decisión tomada, la salida. Tras haber pagado 40 millones de euros hace tres temporada, el “Guaje” se ha marchado por dos millones más otros tres por variables al Atlético de Madrid, en una operación ruinosa económicamente.

Cambio de dinámica hasta la llegada de Ney

Después de dos años insistiendo por él, Cesc Fábregas llegó al Barça en el año 2011 tras liderar el Arsenal durante varias temporadas y ganar cada vez más peso en la selección española. Tales fueron las expectativas depositadas en el futbolista de Arenys de Mar que, pese a rayar a un buen nivel, no ha terminado de convencer a muchos seguidores azulgranas. Su falta de regularidad en determinados momentos le ha condenado a escuchar pitos en el Camp Nou en más de una ocasión. La afición está deseosa por ver al Cesc que maravilló en el Arsenal, sin embargo, hay que tener claro que en el equipo de Arsene Wenger disfrutaba de una total libertad de movimientos que no tiene en el Barça.

Tras hacerse con su cuarta Champions, el Barça realizó el fichaje del chileno Alexis Sánchez para ganar recursos en ataque. El jugador llegaba del Udinese italiano a cambio de casi 40 millones de euros. Tras una primera temporada en la que se esperaba más de él, en la pasada campaña fue muy discutido debido a sus imprecisiones y su falta de definición cara a gol en algunos encuentros. Esta es su tercera temporada en el club catalán y ha comenzado muy bien para el chileno, un futbolista que todavía tiene mucho que ofrecer para amortizar su fichaje.

Este verano llegó la nueva perla del continente sudamericano y posiblemente de todo el mundo. Neymar decidió ser del Barça, pudo serlo del Madrid, pero finalmente está siendo la afición azulgrana la encargada de vibrar con las jugadas del joven futbolista. Pese a la gran cantidad desembolsada por él, pronto ha ablandado las posiciones de aquellos que se oponían a su fichaje o que, al menos, no lo veían claro, el carioca está demostrando que puede ser muy importante en el futuro de la entidad catalana. La dureza con la que se emplean los zagueros rivales en pos de pararle, no le desanima, Neymar sigue jugando y cada vez lo hace mejor, el hecho de que Leo no está apareciendo por culpa de las lesiones todavía le da un papel más protagonista. El destino lo tiene predestinado a ser uno de los grandes de la historia del Barça como lo fueron sus compatriotas Romario, Ronaldo, Ronaldinho o Rivaldo.

(Fotos: taringa.net).

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Sobre el autor
Jorge Sastriques
Licenciado en Comunicación Audiovisual y Máster en Periodismo Deportivo. Redactor en las secciones del FC Barcelona y de la Real Sociedad. Amante de la historia del fútbol. https://twitter.com/JorgeSastriques