Un apático Barcelona firmó su pase a los octavos de final de la Copa del Rey tras vencer sin apenas fútbol al Cartagena. El 1-4 con el que terminó el encuentro en La Murta ya dejó la clasificación más que encarrilada pero en el Camp Nou, ante su público, el equipo de Martino volvió a ganar y seguir así con la buena racha de resultados.

El técnico argentino alineó un once de primera para medirse a un Segunda B. Martino, que no citó a ningún futbolista del filial, puso en liza a jugadores como Puyol, Cesc, Neymar o Pedro y dejó en el banquillo a otros tan importantes como Alexis, Iniesta o un recuperado Jordi Alba que cada día va a más. Sin embargo, el fútbol desplegado por los azulgrana no fue ni mucho menos un fútbol atractivo para el espectador, como sí que lo fue el de los últimos tres encuentros en los que los azulgranas vencieron y convencieron a los más críticos.

Sin fútbol ni apenas ocasiones

El primer tiempo fue aburrido, sin tensión, poco competitivo. Un entrenamiento semanal del conjunto culé hubiese tenido más chispa que esos cuarenta y cinco minutos. Con Song y Cesc perdidos en el centro del campo, habían más conducciones que pases, que combinaciones. Mención aparte merece el centrocampista de Arenys, cuanto mejor juega el equipo, peor lo hace él. Para excusarle, no debería ser fácil situarse en el campo si un día juegas de delantero y tres días más tarde lo haces de centrocampista, como máximo responsable de la creación del equipo.

El Cartagena, al contrario que en la ida, saltó al césped para no salir goleado. Muy juntos, dejando nulos espacios en la zona defensiva, sus salidas a la contra se producían en cuentagotas y sólo a balón parado inquietaban la portería de Pinto. Sin embargo, en esas acciones a balón parado llegó el peligro del conjunto murciano. Dos jugadas consecutivas terminaron en sendos disparos a la madera, si bien es cierto que sólo el primero era válido.

Cerca de la primera media hora de juego llegó el gol de Pedro, que abría la cuenta azulgrana. La única jugada trenzada del equipo culé significó el tanto. Buen balón a Montoya que orientó genial para poner un centro medido al canario, que desde atrás fusiló al meta visitante. Ese gol terminó de sentenciar la eliminatoria y dio paso a una segunda parte que, por mentira que parezca, fue peor que la primera.

Con la vista puesta en Getafe

El segundo acto fue un entrenamiento con público, un público que se dedicó a cantar y corear jugadores para combatir así el frío juego y las peores temperaturas que se vivían en el Camp Nou. Con dieciocho futbolistas en apenas 25 metros, el Barcelona tocaba y tocaba pero no encontraba esa facilidad de combinación. A los 22 minutos tras la reanudación, y con mucha fortuna, llegaría el segundo gol azulgrana, esta vez obra de Tello.

Neymar, que estuvo participativo pero fallón, filtró un majestuoso pase a Tello que, en semifallo, puso un centro-chut que acabó dentro de la portería tras el nulo despeje de Savu, portero del Cartagena. Tras ese gol, Martino movió ficha y premió al público del Camp Nou dando entrada a Iniesta y Alexis y salieron Pedro y un nuevamente silbado Cesc Fàbregas. El mal partido, y peor tendencia, del catalán fue juzgado por el público.

Sin embargo, ni esas permutas, ni el posterior gol de Neymar a centro de un Iniesta que busca su mejor nivel, mejoraron un partido feo, apático, en el que el Barcelona superó al Cartagena por más inercia que fútbol.  Así, ahora el Barcelona tendrá que cerrar el 2013 en Getafe, contra un equipo, el azulón, que será su rival en octavos de final tras superar al Girona.