Barcelona y Getafe abrían en el Camp Nou unos Octavos de Final que contaban con muchos, muchísimos alicientes. El regreso de Messi a la convocatoria, el último partido antes de visitar el Calderón y el reciente 2-5 con los lamentables primeros veinte minutos azulgranas eran algunos de los motivos que hacían atractivo el partido.
En un Camp Nou que no llegaría apenas a la media entrada, Martino siguió con su política de rotaciones y dejó en el banco a jugadores como Valdés, Piqué, Messi, Jordi Alba o Xavi, que entró en la convocatoria por la enfermedad de Neymar. Con Busquets, Iniesta y Sergi Roberto a los mandos y con un cada día mejor Cesc Fàbregas, el equipo catalán firmó unos primeros cuarenta y cinco minutos notables, con más de un 80% de posesión e innumerables ocasiones. Las combinaciones eternas del equipo culé, la presión arriba y la intención de jugar rápido, al primer toque, hizo disfrutar al Camp Nou del espectáculo culé.
El Getafe, por su parte, llegaba a la Ciudad Condal inmerso en una pequeña crisis de juego y resultados tras el 2-5 ante el propio Barcelona y el 3-0 que le endosó el Sevilla en Nervión en el primer partido del año. Luis García, técnico azulón, apostó al igual que su homólogo culé, por las rotaciones y no alineó desde un principio a Lafita, Colunga, Pedro León o Borja, entre otros. El resultado del experimento fue malo ya que apenas a balón parado y por mediación de Sarabia creaban algo de peligro, siempre bien respondido por Pinto, el portero copero del Barça.
Cesc como factor diferencial
Como mencionábamos, el primer tiempo azulgrana fue de un nivel notable, no tanto en la definición como en la elaboración. El equipo de Martino se cansó de tocar, de combinar y si hubiese tenido la pegada de otras jornadas el marcador hubiese sido de escándalo ya en el primer acto. A los ocho minutos de partido llegaría el gol que abrió la eliminatoria. En una de esas combinaciones azulgranas, Pedro recibió un balón filtrado para poner un centro hacia la cabeza de Cesc, que sin saltar colocó el cuero lejos del alcance del meta azulón.
No se habían llegado a los diez minutos y el Camp Nou ya se veía ganando y sin Neymar y Messi, sus principales estandartes. Y es que la tripleta Alexis, Pedro y Cesc está haciendo mucho bien al equipo culé. Las diagonales que tiran los dos primeros cuando el de Arenys baja a crear juego con sus aliados en el centro del campo crean innumerables soluciones al ataque culé y problemas a las zagas rivales.
Mención aparte merece un futbolista que parece recuperar su mejor versión. Andrés Iniesta fue el dueño del partido durante todo el partido y es que el manchego movió a su antojo a su equipo y mareó al rival, ya con unas impresionantes conducciones o con las combinaciones que nos tiene acostumbrados a mostrarnos. La mejor noticia del partido en el ámbito culé fue la "vuelta" de Iniesta, que vio como su anterior técnico, Tito Vilanova, estaba en la grada viviendo el partido.
El retorno del Rey
La segunda parte siguió un rol similar al de la primera. El Barcelona tocaba y tocaba buscando al profundidad de los extremos con Alexis y Pedro y con Cesc teniendo total libertad de movimientos y apareciendo por toda la zona de ataque y construcción azulgrana. El propio Fàbregas tendría en su cabeza el segundo pero no conectaría del todo el centro de Pedro y no llegó a buen puerto.
Otro de los nombres que merece la pena resaltar es el de Sergi Roberto. El canterano catalán siempre cumple y ante el Getafe asumió galones y repartió el juego culé. En una asistencia suya nació la jugada que originó el segundo tanto culé. Pedro, que llevó de cabeza a la zaga azulona, fue derribado dentro del área siendo objeto de un claro penalti que Cesc, antes de la entrada de Messi, se encargó de transformar con contundencia.
Tras el segundo gol de la noche entraría el argentino y el Camp Nou se vino abajo. Más griterio para recibir al '10' que con un tanto de su equipo. Esas eran las ganas que tenía la afición de ver a Messi en acción. Al argentino se le vio con ganas, con detalles de lo que es, el mejor futbolista del mundo. De sus botas pudo salir la jugada del tercer tanto culé pero Pedro no acertó en el remate final. Cuando todo parecía acabado llegó momento que más estaba deseando el Camp Nou, tras una acción de Montoya, Messi cogió el balón en el área y con sangre fría batió por bajo a Codina. Messi había regresado y lo hizo con otro tanto más. Tras un servicio en profundidad de Song, el argentino sorteó a dos defensas y fusiló al meta catalán.
Así el Barça venció y convenció antes del gran duelo que les medirá con el Atlético de Madrid. Partido ganado y eliminatoria encarrilada para un equipo que va mejorando con el paso de los partidos y que ha recuperado, tras más de un mes, al mejor jugador del mundo.