Arrancaba la Liga 2013/2014, y en la segunda jornada el FC Barcelona viajaba a Málaga para enfrentarse al equipo que dirige Schuster. El Barça logró lo más importante en Málaga, que era volver con los tres puntos, pero echen la vista atrás para recordar cómo lo tuvieron los del 'Tata' para conseguir la victoria.

Los barcelonistas partían con la estadística de haber ganado los últimos cinco partidos disputados en La Rosaleda. También se podía intuir que el partido no iba a ser muy igualado, si se tiene en cuenta que el equipo de Schuster era inferior al de la temporada anterior con la marcha de jugadores como Isco, Joaquín, Toulalan y Demichelis.

El partido estuvo lejos de ser uno de esos que pasan a la historia del fútbol, del espectáculo, como en otras ocasiones había sucedido entre ambos equipos. Esta vez fue un duelo insustancial, con poco fútbol. De un lado, el Barça saltaba al césped con Cesc como falso 9 y Song como mediocentro defensivo. El técnico argentino, fiel a sus rotaciones en el once inicial, optó por Adriano como lateral derecho y Jordi Alba, en el lado izquierdo. Dio descanso así a Alves y Busquets. Para el encuentro no pudo contar con Leo Messi y relegó al banquillo a Neymar.

Pero el planteamiento era el de Bernd Schuster. Eligió un 4-5-1, con mucha intensidad defensiva. Podría decirse que calcó la ‘táctica Mou’: jugar con un trivote por delante de la zaga. El técnico malaguista situó a Darder, Camacho y Tissone para blindar el centro de su zona defensiva, mientras pedía que Pawlowski y Fabrice reforzaran las bandas. El objetivo del técnico era claro: no dejar espacio al Barça, presionar a fondo y en cuanto pudieran, armar el contraataque.

Pitido inicial. El Barça poco a poco se hacía con el control del esférico. Creaba ocasiones, pero no alcanzaba a llegar con acierto a la portería defendida por Willy Caballero. La apuesta de Schuster daba sus frutos. Al conjunto azulgrana le faltaba rapidez y verticalidad. Los fallos en los pases se hacían cada vez más habituales en un centro del campo compuesto por Xavi, Song e Iniesta. Algo fallaba. Los que no solían fallar, fallaban. En ataque, más de lo mismo.

Nadie se atrevía en el uno contra uno y las ocasiones que tenían eran bloqueadas por las manos de Caballero. En el otro lado del campo, en la otra portería, Valdés apareció para evitar que el Málaga se adelantara en el marcador con un paradón a tiro de Antunes. El portugués sacó una falta directa que tuvo que despejar Víctor en una demostración de reflejos. El dominio seguía siendo abrumador. Pero inservible. Alexis, espeso por la banda, y Pedro, frenado porque no le dejaban sitio para sus diagonales, no se encontraban cómodos en el partido. Aun así, los del 'Tata' pudieron adelantarse en el marcador poco antes de irse al descanso.

Turno de Adriano

No es la primera vez que Adriano logra marcar el tanto que le da la victoria a su equipo. Con un tiro de rosca desde fuera del área, que nada pudo hacer Caballero. Llegaba en el mejor de los momentos, justo antes del descanso. El especialista en esa clase de disparos a media distancia acertaba cuando el equipo más lo necesitaba.

Adriano Correia, que ya había logrado seis goles en la anterior competición liguera y dos en la Copa del Rey, volvía a marcar. Una cifra importante para un defensa que, además, ha sufrido numerosas lesiones. Otra nueva lesión le hizo retirarse por unas molestias en el bíceps femoral tras el descanso. El brasileño Alvés sustituyó al goleador del equipo.

Cuarenta y cinco minutos de paciencia

La segunda parte continuó por el mismo camino, y el aburrimiento en las gradas se hizo notar. Con la entrada de Neymar por Pedro en el terreno de juego y la indecisión por lo corto del resultado se animaron ambos conjuntos.

El mayor peligro llegó con un remate al poste de Fabrice. Con Valdés abatido, la suerte bajó a la portería azulgrana. La jugada malaguista vino de una gran acción de Cruz, que le regaló medio gol al camerunés. Schuster fue a por el partido. Y el Málaga creció con la entrada de Eliseu por Pawlovski y el cambio de lado de Fabrice. Más leña al fuego. Schuster se lo jugó todo apostando por dar entrada a Fernández y Morales. Riesgo defensivo, búsqueda de la fortuna en alguna jugada aislada que no llegaba.

Valdés sabía que todavía tenía que hacer otra parada magistral para conseguir los tres puntos. Salvó a su equipo del empate en un remate de Tissone de primeras en el minuto 90. Victoria más que trabajada de un Barça que tuvo que hacer frente a once jugadores, más un entrenador que supo plantarle cara. Ese al que bien conocen en la Ciudad Condal: Bernd Schuster.