Una derrota anticipada

El Barça se deja en Anoeta tres puntos que le hacen perder la primera posición en un día donde nada salió a pedir de boca. Martino rotó e intentó, por primera vez en la temporada, sorprender con Busquets como interior. Repasamos los principales problemas del equipo azulgrana en una de las derrotas más dolorosas de todo el curso.

Una derrota anticipada
Foto: The Times
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Por Albert Ballesteros

"Las rotaciones son muy bonitas cuando salen bien y son perjudiciales cuando salen mal", así señalaba Martino sus innovaciones en el once titular el argentino al acabar uno de los peores partidos de toda su etapa azulgrana. El técnico, que reconocío no haber conseguido dar con la tecla en la lectura de partido, incorporó novedades en el planteamiento. La más destacada la encontramos en el centro del campo, con Busquets más adelantado que Alexander Song jugando como interior ante una Real Sociedad, la de Arrasate, que le exigió más que nunca en cada intervención. 

Song hundido entre centrales

El camerunés volvió tras muchos partidos a jugar como pivote defensivo. En un centro del campo formado también por Sergio Busquets e Iniesta, el africano fue el encargado de dar equilibrio en defensa y prueba de ello fue su contínua situación posicional entre centrales. Esta misma tendencia táctica obligó a Piqué y Bartra a adelantar mucho más su zona de anticipación y robo, llegando incluso a campo rival. Arriesgando en cada balón que llegaba con intención a Griezmann o Vela, eran los centrales quienes saltaban al poseedor del balón y Song quien guardaba su pérdida casual de posición. 

El Barça sufrió en segundas jugadas desde el inicio

Ahí el Barça asumió muchos riesgos. Tanto por segundas jugadas, donde quedaba desprotegido por la llegada desde segunda línea de interiores como Zurutuza y la altura a la que se encontraba Iniesta, como por dudas y velocidad de movimiento. Song no generó nunca confianza a los centrales y estos, temerosos, dejaron su posición en condiciones algo sobreexigidas y nada favorables, lo que conllevó tras de sí una inseguridad atrás más destacada que de costumbre. 

Busquets, desubicado 

No salió bien. Y cuando Busquets no está bien, suele trasladar sus errores al resto del equipo. El termómetro del equipo y uno de los mediocentros más en forma del mundo ayer demostró que el interior no es, al menos frente a equipos que alzan tanto su presión y juegan a una intensidad exigente en la circulación durante todo el transcurso del juego, su zona de influencia más favorable. 

Busquets fue muy exigido como interior

Sergio se mostró dubitativo con balón, recibió poco de cara a portería y no agilizó nunca movimientos ante una Real que acumulaba hombres por dentro y obligaba a los azulgranas a jugar por fuera, donde tampoco fue desequilibrante. De un gesto técnico suyo llegó el gol del empate de Leo Messi, pero lo cierto es que Busquets nunca generó ventajas claras en campo contrario y el Barça nunca llevó el encuentro al ritmo que le interesaba. Al igual que los centrales, Sergio dudaba en arriesgar para dejar al equipo poco protegido en transición defensiva con solo Song dotando de equilibrio a los suyos, lo que le perjudicó en tareas ofensivas. 

La Real acumula dentro y ofrece por fuera

Arrasate lo tenía claro: el carril donde el Barcelona genera siempre más peligro es el central. De ahí a su intención clara de acumular jugadores en él y obligar al Barcelona a jugar por fuera. El equipo de Martino respondió a este ofrecimiento pero nunca con garantías. Neymar y Adriano en la izquierda apenas generaron superioridades ante su lateral par y ninguno de los brasileños se vio cómodo en el 1x1, desequilibrando menos de lo habitual. Por el otro lado, Pedro, único encargado de generar amplitud cuando el Barça tenía el balón, echó en falta a Montoya en campo contrario. 

Los de Arrasate obligaron al Barça a desequilibrar por fuera

En este aspecto el equipo notó la ausencia de ambos laterales titulares. Alba para generar profundidad y Alves para dotar a los suyos de una mejor disposición también en posicional, mostrando en el Etihad una de sus mejores versiones ante un bloque bajo similar al de la Real Sociedad. El equipo de Arrasate jugó muchas veces con ventajas tanto posicionales como numéricas por dentro cuando Vela y Griezmann bajaban y se situaban casi a la misma altura que Canales, mostrando sobre la pizarra un teórico 5x3 favorable o un 5x4 cuando Leo Messi venía a recibir. 

Una salida nada limpia

La inclusión de dos delanteros por parte de la Real obligó a Song venir a buscar mucho el balón entre centrales para intentar superar la primera presión de la forma más óptima para generar ventajas en la espalda directa de esa línea defensiva. Ante esta situación, tanto Piqué como Bartra fueron escogidos de forma inteligente por el argentino: ambos son los centrales que mejor dominan la conducción larga y más apurados técnicamente del equipo. Sin embargo, Arrasate fue valiente y realizó ya ayudas defensivas en la última fase de juego con un Canales enorme en esta faceta. 

Ni Piqué ni Bartra sacaron provecho de la ligera superioridad numérica

De esta forma el Barça nunca sacó el balón de forma limpia. Iniesta y Busquets recibían con uno o dos hombres saltando al balón y poco bien orientados, teniendo esta condición una consecuencia directa sobre la forma en la que recibían balones la última línea ofensiva. La amplitud que podían generar Neymar o Pedro sin balón no ayudó ya que la Real priorizó con un rombo interior en un claro 4-1-2-1-2 negar el pasillo central. 

No fue problema de actitud, sí de juego

Ayer el Barça no perdió por actitud. Ni intensidad. El Barça perdió porque encaró el 90% de situaciones del juego en peores condiciones de un rival que, cabe decirlo, sabe jugar (y muy bien) al fútbol. Arrasate dominó el partido en todas las facetas que el fútbol ostenta de manera inteligente e introduciendo novedades respecto a sus planteamientos en Copa del Rey, donde cayó eliminado en semifinales. Las nulas ventajas con las que el equipo de Martino defendía sin balón hicieron que el sobreesfuerzo pasara factura y, desde fuera, diera sensación de dejadez. 

El Barça nunca tuvo situaciones favorables

Martino no menospreció al rival ni tampoco fueron las rotaciones lo que hicieron perder los tres puntos decisivos de Anoeta. Posicionalmente, el equipo se mostró roto y, sobre todo, con pocas respuestas a la propuesta rival desde el banquillo hasta el terreno de juego. La lectura del técnico argentino tal y como él reconoció no fue la mejor, pero su respuesta también llegó tarde: no fue hasta el 3-1 que el equipo movió ficha cuando empató al descanso un partido donde estaba siendo muy inferior. Con una semana de descanso, toca reflexionar. 

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Sobre el autor
Albert  Ballesteros
1994. Periodismo en Facultad de Comunicación Blanquerna, URL (Barcelona). UEFA B Licensed Coach. Entrenador de fútbol base en Sant Cugat Esport FC. Ex UE Rubí (2010-2014). Actualmente Infantil C (Primera División) y 2ndo Cadete A en categoría División de Honor. Twitter: @AlbertBFerrer