Algunos querían ver ya al nuevo Barça… Pero esto resultaba imposible ya que la mayoría seguía de vacaciones. Eso sí, ese partido sirvió para descubrir nuevos talentos, como ya se hizo en antaño con jugadores que ahora tienen la etiqueta de “intocables” en el primer equipo.

Se vio a chavales jóvenes, inexpertos, pero con unas tremendas ganas de triunfar y de llevar al Barça otra vez hacia lo más alto. Pero sobre todo (y esto es lo más importante): se observó muchísimo talento. Con partidos, con trabajo en gimnasio –porque es cierto que deben coger mucho más músculo… - y con confianza llegarán a donde se propongan. Daba gusto verles jugar. Hicieron que el aficionado culé recuperara la ilusión por su equipo tras una temporada excesivamente mala. Hicieron que se sueñe de nuevo con ver a nuevos Xavi, nuevos Messi, nuevos Iniesta… E incluso nuevos Valdés.

El once de la primera parte fue totalmente distinto al de la segunda y habría que destacar varios nombres. Desprendieron un brillo especial: Masip, Bagnack, Halilovic, Adama, Sergi Roberto y Deulofeu. En los dos últimos casos ya es habitual destacarles, pero es que son tan, tan, tan buenos…

Con Luis Enrique al mando, la afición está segura de que La Masia volverá a jugar un papel importante en el once.

Ya hay muchos culés con ganas de ver en acción a Rafinha y a Deulo juntos. Seguramente se vea en el próximo amistoso, que será el 2 de agosto frente al Niza. Hasta entonces… No se verá más al nuevo Barça.

“Todos tus sueños pueden hacerse realidad si tienes el coraje de perseguirlos”. Walt Disney.