La llegada de Jérémy Mathieu a Can Barça apuntala un tanto una línea defensiva que ha sido motivo de debate en las últimas temporadas. El estado de forma de Gerard Piqué, la retirada de Carles Puyol y la imposibilidad por parte del club de reforzar la posición de central con la incorporación de un defensor de garantías, han creado en el aficionado culé cierta sensación de inseguridad hacia la que fue hasta hace poco una de las zagas más seguras de Europa.
La temporada pasada quedaron en evidencia las carencias del equipo a la hora de intentar mantener la portería a cero, algo que unido al adiós de Víctor Valdés obligaba a Andoni Zubizarreta a reforzar sí o sí una defensa que de ahora en adelante no tendrá tras de sí al que probablemente ha sido el mejor portero de la historia del club. Con Mathieu, Piqué y Bartra actuando como centrales, la duda que queda por resolver no es otra que averiguar si finalmente Javier Mascherano continuará ejerciendo de zaguero, o bien si tras el gran Mundial realizado por el "Jefecito” en el medio centro de la albiceleste, Luis Enrique tiene nuevos planes para él en el centro del campo azulgrana.
Para poder despejar esta duda tan solo hay que fijar la mirada en otro nombre propio del primer equipo. Alexander Song puede tener en su futuro más inmediato la respuesta a si Mascherano continuará formando pareja con Piqué en el centro de la defensa, o si bien intentará auxiliar a un Sergio Busquets desbordado la temporada pasada. Si Song acaba formando parte del grupo este curso, el Barça dispondrá nuevamente de dos mediocentros (Song y Busquets), siempre y cuando Luis Enrique no decida modificar el sistema de juego que ha utilizado el Barça en los últimos años. Si por el contrario el camerunés abandona la disciplina barcelonista, Zubizarreta se verá obligado a repetir la “pesadilla” de salir en busca de otro central, puesto que Mascherano pasaría a formar parte del centro del campo.
Pase lo que pase, quedó claro en el trofeo Colombino que los defensas que formen parte del primer equipo este año no deben dormirse en los laureles. Los defensores del filial azulgrana Edgar Ié, Frank Bagnack y Diawandou Diagné, demostraron en los minutos en que estuvieron sobre el campo que el Barça B dispondrá esta temporada de una zaga de garantías. Por si la demostración de buenas maneras no fuera suficiente, la presencia en el primer equipo de un entrenador como Luis Enrique, con una gran confianza hacia la gente joven, y que valora ante todo el esfuerzo y el rendimiento del jugador por encima de su nombre, imprime una motivación extra a tres centrales jóvenes, solventes y conocedores del momento de incertidumbre que atraviesa el primer equipo en cuanto a su zona defensiva se refiere.
Ié y Bagnack ya formaron parte del filial barcelonista la temporada pasada, en la que los de Eusebio cuajaron un gran año finalizando la Liga Adelante como tercer clasificado a tan solo cinco puntos del campeón del competición (Eibar). A ellos se une Diagné, un central senegalés procedente del Eupen belga, formado en la prestigiosa Academia Aspire.
El Barça B dispone de una plantilla amplia y de calidad con la que afrontar la temporada de su consolidación en la parte alta de la división de plata. A los Ié, Bagnack y Diagné hay que añadir nombres que a buen seguro tendrán también presencia en el primer equipo durante el año como los Adama, Dongou, Samper o Halilovic, una generación de jóvenes jugadores que obligarán a trabajar duro a sus ídolos para evitar que el alumno acabe superando al maestro sobre el césped.
