Diego Armando Maradona, puente entre Barcelona y Nápoles

El próximo 6 de agosto, se verán las caras el FC Barcelona y el SSC Napoli, dos históricos campeones de sus respectivas ligas a los que une una figura futbolísitica fuera de toda duda: Diego Armando Maradona. En Vavel, repasamos la trayectoria de “el pibe” en estos dos grandes de España e Italia.

Diego Armando Maradona, puente entre Barcelona y Nápoles
Maradona, unión entre napolitanos y culés (FOTO: espndeportes-assets.espn.go.com/)
miguelruiz
Por Miguel Ángel Ruiz

El próximo amistoso del FC Barcelona en Ginebra el próximo miércoles, contra el SSC Napoli italiano hace que llegue a la mente la figura del astro mundial que vistió ambas camisetas durante su carrera como futbolista. No es otro que Diego Armando Maradona. Para algunos, el mejor futbolista de la historia.

Un jugador diferente para los argentinos

Poco tardó en despuntar la figura de “el Diego” en las filas de Argentinos Juniors a principios de los años 80. Tras ser el más joven en debutar en la primera argentina (a la temprana edad de 15 años), su tamaño y su calidad destacaban en los estadios argentinos, dando ya un nombre al futbolista argentino. Su capacidad goleadora le hicieron sitio entre los jugadores más valorados del panorama sudamericano y ya se hablaba de Maradona como el encargado de destronar a “O rei Pelé”, tras quedar cinco veces máximo goleador del campeonato argentino. Su evolución lo llevó a Boca Juniors, por la entonces cifra record de 500.000 dólares.

“El pibe” llevó la camiseta del equipo de su alma durante un solo año, a pesar de campeonar con el conjunto de La Bombonera, debido a las dudas que despertaba el joven jugador nacido en Lanús para los periodistas, técnicos y críticos, que ponían en tela de juicio la calidad y el futuro del entonces jugador de Boca. En 1982, esas dudas llevaron a Maradona al Fútbol Club Barcelona, previo pago de 2.500.000 dólares por parte del club catalán. Su nueva casa, sería el Camp Nou de Barcelona.

En ese mismo estadio, casi pronosticando su paso por el Barcelona, Maradona no hizo un gran primer partido en el Mundial 82, en el que salió perdiendo en su nueva casa, marcado muy férreamente por los jugadores belgas que se le oponían. Más tarde, Gentile, borró a Maradona del partido que enfrentó a Italia y a Argentina tras un marcaje que se recordará siempre por su rotundidad y por su dureza. La victoria de Brasil por tres goles a uno en el último partido que les quedaba y su expulsión en ese mismo partido, hizo imposible la clasificación. Tras un Mundial decepcionante del conjunto albiceleste. A Diego, solo le quedaba la oportunidad ese año, de hacer historia con el Barcelona de Lattek.

El ídolo que no fue D10s en la ciudad condal

El 10 llegó a Barcelona con la vitola de campeón y de estrella mundial. Tras su contratación como futbolista para el FC Barcelona, Maradona llegó al Barça en el año 1982, tras un durísimo periodo de trámites burocráticos en el país argentino para poder salir. La llegada de la oferta del Barcelona fue imposible de rechazar por Boca Juniors, por la inestabilidad económica de Argentina y de los clubes de la primera argentina. Calidad y nombre, Maradona, junto a otros grandísimos futbolistas, como Lobo Carrasco, Julio Alberto, Rojo o Schuster, brilló en el FC Barcelona las primeras ocasiones en las que pudo demostrar su nivel.

La mala suerte hizo que una hepatitis le obligó a perderse cerca de tres meses, lo que retrasó mucho su inserción en la dinámica del equipo y afectó en la tabla de la Liga, logrando solo ser cuartos en esa temporada. A su vuelta, el FC Barcelona ganó la Copa del Rey al eterno rival con Diego en el campo y consiguiendo ser esencial para el equipo azulgrana.

Tras la destitución de Lattek y la llegada de Menotti, Maradona consiguió parecerse al que era. Solo la vuelta de la mala fortuna, tras una rotura de tobillo provocada por el defensor del Athletic de Bilbao, Andoni Goycoechea tras una entrada brutal. Tres meses más de ausencia para “el pelusa”, que volvió a desatar los murmullos entre afición y directiva, tras una temporada aciaga. Su capacidad de trabajo y búsqueda de metas, hizo que Maradona se recuperará y regresara para ser el 10 de nuevo en el equipo azulgrana. El súmmum de la polémica de Diego en el Barcelona llegó tras la Final de la Copa del Rey contra el Atheltic Club de Bilbao, perdida por un gol a cero. Tras el pitido final, los jugadores de uno y de otro equipo se enzarzaron en una batalla sobre el césped a golpes y patadas.

Las relaciones con el presidente Núñez y los problemas surgidos tras la sanción impuesta tras el incidente en la final de Copa aceleraron la salida del argentino hacia el entonces fútbol de moda: el Calcio. Salió del Barcelona con unas cifras discretas, a pesar de haber dejado partidos para el recuerdo. En 36 partidos, consiguió marcar 22 goles. Con todo acabado en Can Barça, el Nápoles, equipo humilde de Sicilia, convenció al 10 para recalar en la ciudad italiana.

Un dios vestido de celeste

Maradona, en su etapa napolitana (FOTO: jotdown.es)
Maradona, en su etapa napolitana (FOTO: jotdown.es)

Para Nápoles, la llegada de Maradona fue algo fuera de lo común. El fichaje de Diego por el club napolitano pasó a ser un evento tremendo de carácter social. Nápoles no tenía la capacidad de jugar de tú a tú con equipos como Inter, Milán o Juventus de Turín. Sin embargo, el capital llegado a raíz de la contratación de Diego Armando Maradona, además del salto de calidad que dio la plantilla, comenzó a ser suficiente para convencer a jugadores para recalar en Nápoles a partir de su segunda temporada.

Tras ganar el Mundial 1986 con Argentina, Maradona llegó a la siguiente temporada como el Rey del balompié. Nadie dudaba de Diego. Del 10 argentino y del 10 napolitano. Su capacidad para llevar su fútbol a la cancha hizo posible que el Nápoles creciera hasta niveles desconocidos. Con Maradona en sus filas, el Nápoles consiguió el Scudetto de la temporada 86/87, perdiendo solo tres partidos y ganando buena parte de los enfrentamientos con los todopoderosos equipos norteños.

En la temporada siguiente, Careca, delantero estrella de Brasil, firmó con el equipo italiano buscando jugar con la figura argentina. Ese año, la temporada 87/88, el SSC Napoli acabó segundo, tras el AC Milan, con Maradona como estrella, y en la siguiente, la 88/89, el Napoli volvió a ser segundo en la Serie A, pero la victoria en la final de la Copa de la UEFA fue un éxito mayúsculo para un club que tres años antes luchaba por salvarse.

Tras el Mundial de 1990, apeada Argentina en la final por una gran Alemania, Maradona regresó a la realidad con su club, en el que no pasó el control antidoping y por lo cual, fue suspendido durante 15 meses. Ese incidente propició su salida del club en el verano de 1991.