Victoria ajustada del FC Barcelona sobre un APOEL Nicosia que vendió cara la derrota. Lejos de la goleada que podían esperar algunos, el resultado de 1 a 0 evidencia la dificultad de la máxima competición europea donde en ningún caso pueden darse los partidos por ganados antes de jugarse.  El triunfo por la mínima deja a los hombre de Luis Enrique como líderes de grupo en solitario tras el empate que han firmado Ajax y PSG en Amsterdam, resultado que ratifica una mayor igualdad entre los cuatro clubes de lo que en un principio cabía esperar.

Rotaciones al poder

Tras los tres primeros partidos de liga, la primera jornada de Champions nos ha desvelado diversos aspectos de la filosofía que piensa poner en práctica Luis Enrique durante la temporada. Después de alinear un mismo núcleo de jugadores en las tres jornadas disputadas de Liga BBVA, el técnico asturiano ha decidido variar múltiples piezas en su once en busca de poder dar descanso a jugadores con un peso específico dentro del grupo. Ante los chipriotas hasta ocho nombres distaban de la alineación inicial presentada ante el Athletic Club, siendo tan solo Messi y Munir los dos únicos reincidentes en la titularidad.

A pesar de que jugadores como Neymar o Alves puedan ser considerados como titulares indiscutibles, su no presencia el pasado sábado los ha convertido en novedad ante el APOEL, mientras que los Samper, Sergi Roberto, Bartra o Adriano han evidenciado con su titularidad la intención de Luis Enrique de lograr la victoria con los menos habituales. Unas rotaciones que han conseguido el objetivo marcado a medias, puesto que a pesar de que al casillero azulgrana se le han sumado los tres primeros puntos, la imagen ofrecida por los menos habituales no ha conseguido ofrecer las garantías necesarias de cara a un enfrentamiento con un rival de mayor nivel.

Las rotaciones también han afectado a la portería. Ter Stegen ha podido debutar en partido oficial como portero del FC Barcelona, decisión que deja entrever la idea del técnico azulgrana de emular a Carlo Ancelotti la temporada pasada, con sus alternancias entre Diego López e Iker Casillas entre Liga y Champions League.

Distintas piezas, mismo dibujo

El hecho de que el once inicial estuviera plagado de teóricos suplentes, no ha influido en el esquema de juego del conjunto azulgrana. Luis Enrique se ha mantenido fiel a su dibujo, asumiendo el riesgo que supone colocar en la columna vertebral barcelonista a un jugador poco experimentado como Sergi Samper. El jugador del Barça B asumió el reto con entereza confirmando que en breve será un jugador importante en el primer equipo. Sergi Roberto y Xavi Hernández por su parte no lograron aportar al juego la rapidez necesaria para penetrar en un defensa tan poblada como la del APOEL, echándose en falta en algunas fases del encuentro la presencia de Rakitic e Iniesta para nutrir de balones a la tripleta atacante culé.

La delantera fue la única línea que dispuso de sus jugadores más en forma. La presencia de Neymar, Messi y Munir podía augurar una noche plácida para el espectador que acudió al Camp Nou, pero lejos de convertir el partido en un goteo incesante de ocasiones locales, ninguno de ellos consiguió crear excesivo peligro durante el partido.

Ante una noche aciaga en lo que a construcción de juego se refiere, tuvo que ser una jugada a balón parado la que otorgara el triunfo al Barça. Ni más ni menos que el cuestionado Gerard Piqué fue el encargado de poner la guinda al trabajo que realiza Luis Enrique con la estrategia, algo que no es el fuerte de este equipo y que podría verse reforzado con la llegada de un entrenador que trabaja tanto dicho aspecto del juego. El tanto logró desviar en parte la atención que recaía sobre la defensa culé, la cual sufrió en ciertos momentos del encuentro en que el conjunto chipriota fue capaz de robar y salir a la contra con cierto peligro, incluso poniendo a prueba a Ter Stegen.

Deterioro de imagen

Diversos factores pueden haber influido en el gris encuentro que han firmado los jugadores azulgranas. Los numerosos cambios realizados respecto a las últimas alineaciones, la teórica inferioridad del rival o la nube de halagos que envuelve al nuevo Barça de Luis Enrique en los últimos días, pueden haber provocado que la victoria frente al APOEL pueda ser valorada como tal por el resultado de 1 a 0 y no por el juego desplegado sobre el césped.

Tras los nueve puntos de nueve posibles en liga, los cero goles encajados en todos los minutos disputados y la sensación de que este Barça ha resucitado tras el batacazo de la temporada pasada, ha llamado la atención la falta de recursos ante el equipo a priori menos exigente de los que ha tenido que enfrentar el equipo hasta ahora. La imposibilidad de perforar la muralla defensiva chipriota y una sensación de inseguridad ante las aproximaciones del rival, han quedado patentes en un encuentro que no será recordado precisamente como uno de los mejores del FC Barcelona, no obstante las próximas semanas desvelarán si los hechos quedan como simple anécdota o si por los contrario persisten los problemas, sea lo que sea lo que ocurra los tres primeros puntos de la UEFA Champions League 2014/15 se han quedado en el Camp Nou.