Cuando ganar no lo es todo

El Barcelona cerca estuvo de volver hasta 2003 cuando encadenó tres derrotas consecutivas. El Almería, que apenas hizo méritos, anuló a un paupérrimo equipo que no es ni la sombra de lo que fue en su momento. Luis Enrique, cada día más discutido, no parece saber ni lo que quiere ni lo que busca en su equipo. Suárez, con dos asistencias a Neymar y Alba, salvó los muebles saliendo desde el banco.

Cuando ganar no lo es todo
Foto: FC Barcelona
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Por VAVEL

Pobre. Si el partido del Barça en Almería se tuviese que resumir en una palabra esa sería pobre. Sin actitud, juego, sensaciones ni nada positivo salvo el resultado final. 

Luis Enrique, que salvó a última hora un planteamiento muy discutible, perdió más que ganó. Si bien es cierto que sumó un triunfo, perdió credibilidad, jugadores como Pedro y evidenció que no parece saber a qué quiere que juegue su equipo ni sus pupilos.

Si la primera parte contra el Ajax rozó lo esperpéntico, el partido que se disputó en el Estadio de los Juegos del Mediterráneo, en líneas generales, fue incluso peor. Un gol de Thievy terminando el primer tiempo fue una losa muy difícil de levantar para los del asturiano, que gracias a la aportación estelar de Luis Suárez se llevó tres puntos que harán el parón de selecciones más llevadero.

Primer acto dantesco

El equipo azulgrana se contagió de la directiva y sus actos y en el primer tiempo viajó a comienzo de siglo para que un vulgar Almería, que no hizo muchos méritos durante los noventa minutos, les pintase la cara como hacía mucho que no lo hacían, en el mismo escenario donde Guardiola consiguió un histórico 0-8 no hace demasiado tiempo.

Thievy, el exespanyolista, anotó el 1-0 gracias a una contra que nació de una pérdida de balón de Messi, que se encontró sin ningún centrocampista tras él y con 80 metros de distancia hasta la portería.

El gol, que tampoco hacía justicia a los méritos almerienses, fue una losa muy pesada para un Barça que ya había estrellado un balón al poste por mediación de Messi, que en los últimos dos partidos lleva cuatro remates contra la madera.

Suárez, el asistente

En el entretiempo, Luis Enrique deshizo las novedades en la delantera y sustituyó a un paupérrimo Pedro y a Munir por Neymar y Luis Suárez. Éstos, a la postre, fueron los artífices del primer tanto azulgrana, que llegó cuando el partido agonizaba.

Adriano, que jugó en el lateral derecho por Dani Alves, no daba signos de mejora en esa posición pese al nulo listón que coloca el '22' cuando es él el titular. Mascherano y Bartra eran nuevamente la pareja de centrales dejando a Piqué en el banco mientras que Alba, que terminó marcando el gol de la victoria, era de lo más activo en el bando visitante.

Tras otros dos lanzamientos a la madera, obra de Messi y Suárez, entró Xavi sustituyendo a Busquets y Suárez comenzó jugando más de espaldas a portería, lo que generaba mucho más juego para sus compañeros.

En una de esas jugadas, el uruguayo se revolvió maravillosamente y puso el 'pase de la muerte' para que Neymar, en semifallo, empatase el partido cuando quedaban apenas 15 minutos para el final. En ese momento el Barcelona vio la opción de ganar y Alba, tras otro pase de Suárez, superó a Rubén Martínez para poner el 1-2 con el que se llegaría al final. 

Tres puntos más y un partido menos. Victoria necesaria pero oportunidad perdida de mejorar la imagen, muy tocada tras las dos derrotas ligueras. Así el Barça ganó pero perdió, sumó pero también restó, venció pero no convenció.