El Barça B volvió a demostrar sus carencias en la derrota por 1-3 ante el Mirandés, primero, en el aspecto ofensivo, al no saber convertir las ocasiones de las que disfrutó especialmente en la primera mitad, y después, en lo defensivo, al conceder los dos últimos goles que sentenciaron su suerte en el partido, en menos de diez minutos. Historias que se repiten para el filial barcelonista como una pesadilla, y que empiezan a poner nervioso a Eusebio, al que parece que cuatro años en el banquillo le empiezan a pesar.

Control limitado

Los azulgranas, como viene siendo habitual, propusieron desde el principio y llevaron el control del partido, con mayor posesión de balón, aunque encerrado en su propio campo con un Mirandés que tenía muy claro hasta donde debía dejar hacer a los de Eusebio. Pese a las dificultades que tuvieron para encontrar espacios, fueron los locales los primeros en llegar arriba.

La primera aproximación del Barça B se produjo en el minuto 6, fruto de una buena jugada de Adama, que combinó con Sandro, quien recorrió una buena longitud para apoyar a su compañero. El de L’Hospitalet puso un centro a Dongou, pero antes de que llegase el camerunés al esférico, éste fue rechazado por un atento Razak.

El Mirandés tímidamente se presentó arriba con un chut ‘inocente’ de Igor Martínez, que fue a parar a las manos de Ortolá. Pese a su escasa producción en ataque, el segundo acercamiento del conjunto que entrena Carlos Terrazas fue letal: en el minuto 13 Urko Vera remató de cabeza un buen centro desde la izquierda para convertir el 0 a 1.

Buena actitud del filial

El filial, que estaba teniendo la pelota en su posesión y no merecía la desventaja, tuvo una buena reacción ante la contrariedad. Los azulgranas se recompusieron rápido y se volcaron en el ataque, consiguiendo una verticalidad que antes no habían podido lograr, llegando arriba más incluso que antes de recibir el gol en contra.

Los de Eusebio disfrutaron de varias ocasiones: una media vuelta de Sandro cuyo chut marchó fuera, un potente chut de Halilovic, que recibió de Samper y combinó después con Dongou, al borde del área, fue desviado a córner con los dedos el portero burgalés y un disparo de Sandro por la izquierda, que quedó rechazado por el portero de nuevo. El canario disfrutó de libertad de movimiento en un principio, mientras Grimaldo corría la banda izquierda, para abrir el juego.

El Mirandés llegó por momentos a presentar un 4-5-1, en un intento de contener al filial, que buscaba con ganas equilibrar el encuentro y aprovechó alguna recuperación para crear peligro. Una volea de Urko Vera, que se marchó a la derecha de la portería defendida por Ortolá en el minuto 28, pudo hacer daño al conjunto barcelonista.

Volcados a por el empate

Los de Eusebio seguían insistiendo, en busca del gol que les diese el empate. Con ese entusiasmo, llegó una ocasión clarísima de Sandro, que entró por la derecha, cruzó la pelota, a pesar de ser contenido por un defensa que le sujetaba mientras el canario intentaba el chut, pero su disparo se marchó rozando el poste izquierdo. También Adama probó suerte desde fuera del área con el empeine interior, pero su intento salió desviado.

En los últimos minutos de la primera mitad se produjo una congestión de futbolistas del Mirandés, más preocupado en taponar las salidas de los de Eusebio que en hacer su fútbol. Los azulgranas, sin embargo, a base de cambios de posiciones y de esfuerzo colectivo, lograron más verticalidad, y también encontraron algunos huecos por donde colarse.

La última ocasión fue del primer período vino tras un error de comunicación entre los defensores del Barça B, que permitieron a Álex García plantarse ante Ortolá, sobre quien elevó una pelota que marchó muy alto. Al descanso, y pese a sus esfuerzos por dar un giro al marcador, los catalanes caían por la mínima.

Dongou iguala en la reanudación

El filial salió lanzado en la reanudación, con la idea de doblegar a un Mirandés replegado atrás, y a punto estuvo de hacerlo con una pelota que botó Grimaldo y que acabó siendo despejada a córner por Razak. Con el impetu demostrado por los de Eusebio, no tardó en llegar el empate. Un chut de Sandro, que fue rechazado por el guardameta, llegó a los pies de Samper, que cedió a Dongou para que el camerunés rematase a placer en el minuto 52.

Entonces se soltó el Mirandés, que llegó a verse cómodo sobre el terreno de juego. No hizo excesivos méritos para merecer los tres puntos, pero fue inteligente, conservador cuando hubo de serlo y oportunista, rentabilizando sus ocasiones. La entrada de Pedro desde el banquillo fue uno de los revulsivos en la vuelta de tuerca que volvió a sufrir el encuentro.

Cuando tan solo llevaba cuatro minutos sobre el césped, el delantero superó a Robert Costa y solo ante el Ortolà, batió al cancerbero alicantino, para devolver la ventaja a su equipo. De nuevo Pedro tuvo que ver con el último gol del Mirandés, al robar el balón al otro central, Edgar Ié, y cederlo a Urko Vera, que lograba firmar su doblete particular para así sentenciar al filial.

Cuarta derrota en el Mini

Con la de este sábado, el Barça B suma su cuarta derrota como local esta temporada. Los de Eusebio, que han logrado también tres victorias y dos empates en su feudo, totalizan veinte puntos y comienzan a ponerse en alerta, en cuanto solo cinco puntos - con un partido menos - le separan del Albacete, antepenúltimo. El siguiente encuentro será la visita al Valladolid, quinto clasificado, en el Nuevo Zorrilla, el próximo domingo (19:00h).