Parecía imposible, inimaginable, que no llegaría. Pero terminó llegando y sucediendo. Desde que Luis Enrique se sentó en el banquillo azulgrana todos los jugadores (a excepción del aún lesionado Thomas Vermaelen) han podido disfrutar de minutos, en mayor o en menor cantidad, pero los han tenido. Es por ello que, según las dificultades del partido y la exigencia del rival, el técnico apostaba por un ‘once’ titular diferente en cada encuentro. Durante 28 partidos el asturiano ha ido modificando las piezas para encajar un puzzle perfecto, pero en Riazor todo cambió.
Un once de gala
Como bien citaba una vez Menotti, “un ‘once’ titular no funciona hasta que el aficionado sabe corearlo de memoria”. De bien seguro que el culé recordará los once nombres que Luis Enrique ha repetido dos veces. Todo empezó el domingo 11 de enero cuando, rodeado de críticas y especulaciones, el técnico azulgrana se jugaba el ultimátum ante el conjunto colchonero de Simeone. El Real Madrid se escapaba en la cabeza clasificatoria y los errores de Anoeta hundían a un Barça pendiente de victorias y buen fútbol. Esa noche Luis Enrique se vistió de traje para enderezar un once de gala que arrancó las sonrisas más necesitadas.
Son talentosos, ambiciosos y capaces. Son once hombres que lideran el equipo hasta el objetivo: ganar. Claudio Bravo, Dani Alves, Gerard Piqué, Javier Mascherano, Jordi Alba, Iván Rakitic, Andrés Iniesta, Sergio Busquets, Luis Suárez, Neymar Jr y Leo Messi. Fueron los elegidos en el Camp Nou y dieron 3 puntos de oro para su equipo. Vencieron cómodamente al Atlético de Madrid en el mejor partido que se le recuerda al técnico desde su llegada al banquillo a principios de temporada. Verticalidad, creación de peligro, intensidad y estrategia caracterizaron 90 minutos de fútbol en estado puro.
El puzzle perfecto para llegar a la gloria
El pasado domingo los azulgranas aterrizaban en Coruña para afrontar el último partido de la primera vuelta del campeonato regular con el pase a cuartos de final de la Copa del Rey sellado 4 días antes en el Martínez Valero de Elche. Los perseguidores al título de Liga, Real Madrid y Atlético de Madrid, habían conseguido cómodas victorias en sus respectivos encuentros, y al Barcelona solo le quedaba la opción de ganar y regresar con 3 puntos más. Los gallegos ocupaban, entonces, los puestos más cercanos al descenso. Pero Luis Enrique no quiso confiarse y sacó toda la artillería sobre el césped. Apostó nuevamente por los mismos once futbolistas que habían puesto la alfombra roja en su fútbol. Y no decepcionaron. Se cumplió el objetivo: sentenciar primero el partido (antes del descanso ya vencían 0-2) y posteriormente reservar jugadores pensando en el choque ante los madrileños.
Tardó 28 partidos en encontrarlo, pero ‘Lucho’ lo tiene claro: ya hay un once de gala listo para cosechar títulos y llevar nuevamente al Barcelona a la cima del fútbol.
Con uñas y dientes
Quizás la clave se encuentre en la zaga defensiva. O en el bloque de la portería. Posiblemente en la imaginación del centro del campo. Podría ser por el acierto de los delanteros. Los once titulares han sido capaces de crear un engranaje perfecto para llevar los partidos al terreno del Barcelona. Para ejemplificar el estilo de fútbol que tanto les gusta y que tanto captiva al aficionado.
Bravo, en la portería, se ha convertido en el guardameta que menos goles ha encajado en los primeros 19 partidos de Liga. Solamente ha visto como 9 balones entraban dentro de su red, por lo que es más que un seguro defensivo.
Los defensas se han convertido en el fortín del equipo. Mascherano se convirtió en un central de alto nivel cuando Pep Guardiola lo ubicó a esta posición y Gerard Piqué ha vuelto a ser el que era. En A Coruña demostró volver a ser el gran ‘Piquenbauer’ de los buenos tiempos. Los laterales rinden al 100%. Jordi Alba es uno de los futbolistas más en forma del equipo y su velocidad no disminuye a lo largo de los 90 minutos. Dani Alves, que parecía tener los días contados en el club, ha ofrecido nuevamente su mejor versión y ya desborda su banda derecha como pocos pueden hacerlo.
El centro del campo es el cerebro del juego. Si bien es extraño no ver a Xavi Hernández liderando el juego, el recién llegado Iván Rakitic ha asumido el rol perfectamente. Es capaz de inventarse jugadas que nadie prevé, mandar centros al pie del receptor y recuperar balones perdidos en el mediocentro. Busquets ha vuelto a los números de oro. Nuevamente es el futbolista de la liga nacional que más balones ha recuperado en estos primeros 19 encuentros. El de Badía tiene un puesto indiscutible y aporta el granito de arena que le falta al equipo para ser más explosivo. Por su parte, Andrés Iniesta, hace gala de ser considerado el mejor en su posición. El pasado 12 de enero era nuevamente elegido en el ‘Once ideal de la FIFA’ y no es para menos, puesto que partido a partido se convierte en imprescindible dadas sus capacidades ofensivas y dominantes del juego.
Tres delanteros de oro para llegar a la gloria. Cristiano Ronaldo ha ganado el FIFA Balón de Oro, pero Messi demuestra una vez y otra ser el número uno. En Riazor anotó un nuevo hat trick para su carrera y marcó territorio: no hay nada que se le resista. Neymar Jr ha encontrado su sitio. Después de una temporada de prueba y adaptaciones, el crack brasileño juega a alto nivel demostrando ser un referente para el fútbol europeo. Talento no le falta y su cordinación con el argentino ha creado una bomba de alta explosividad con hambre goleador. Luis Suárez aterrizó al fútbol azulgrana hace tres meses, pero estos le han valido para demostrar sus aptitudes y dejar al culé con un buen sabor de boca. Ante el Atlético, el pasado 11 de enero, de sus botas nació el segundo tanto de la noche con una jugada maestral.
Lejos de especulaciones, rumores y decepciones, los azulgranas están listos para derrotar a todo rival que se ponga por delante, y las semifinales de la Copa del Rey son un objetivo más para los de Luis Enrique. Van a por el Atlético con uñas y dientes. Sin perdón.