Ante un Villarreal que causa sensación a las órdenes de Marcelino García Toral y con la previa de un Real Madrid goleando sin Cristiano Ronaldo, el Barça encaraba un partido complicado en el Camp Nou. Reforzados tras eliminar al Atlético de Simeone y vencerlo en las tres últimas disputas entre ambos, la forma de encarar el partido hacía pensar que no variaría mucho. 

Messi, Neymar y Suárez: sin repliegue, con metros

Ninguno de los tres reforzó ayer en tareas defensivas (lejos de la primera presión) y fueron siempre una amenaza como posibles receptores alejados tras robo. Sus posiciones obligaron a retroceder a Bruno y a Pina en fase de balón para compensar por detrás de él y proteger la pérdida. Estas constantes vigilancias ofensivas limitaron algo el ataque organizado de los visitantes: Bruno y Pina solo daban apoyos de seguridad y Jonathan Dos Santos no ejerció como enlace ideal en conducción con los dos puntas. 

También condicionó la incorporación de los laterales, algo clave en los equipos de Marcelino, más pendientes de acosar cerca a los tres "gigantes" que de suponer una opción ofensiva más. 

Una vez recibían, peligro. La conducción a cargo de Neymar o Suárez, el ataque de espacios y arrastre de marcas por parte del uruguayo (alternando también con el brasileño) y una defensa corriendo hacia atrás con muchos metros por cubrir. El Barça ya consiguió hacer daño en las transiciones al Atlético de Madrid y ayer el Villarreal no se salvó. 

Piqué en la temporización

A pesar de que tras un error suyo el Villarreal consiguió anotar el segundo tanto, ayer Piqué ejerció un partido de nivel altísimo. Ha recuperado una de las mejores aptitudes cuando fue el mejor central del mundo: la temporización defensiva en los duelos individuales. Clave su orientación corporal y su capacidad para disuadir la conducción del rival. 

Bien al corte y atento en la salida de balón, condicionados sus envíos largos por las fuertes oleadas de viento, el central catalán está (casi) de vuelta. Su regularidad en los últimos partidos está siendo más que notable y de ello se nutre el equipo azulgrana, sabedor que defender bien probablemente lleve a poder atacar bien. 

Vigilancias ofensivas

Ayer el Barça tuvo problemas para solucionar el 3x2 que planteaba el Villarreal en salida con Giovani Dos Santos y Vietto ante Mascherano, Piqué y Busquets. La precisión de los envíos de los centrocampistas sumada al buen intercambio de funciones y ataque de espacios de los delanteros amarillos causó varias veces confusión en la presión y en el momento idóneo para acosar. 

Si bien Mascherano se sintió en su "salsa", metros para ir al corte y anticipar perdiendo la zona, Busquets se vio algo más perdido. Gran motivo de ello es también hacer las coberturas a más de la mitad del equipo, incorporando tanto Alba como Alves en fase ofensiva y reequilibrando poco en amplitud. 

Rafinha al enlace

Se veía venir que Rafinha cogería peso en el Barça de Luis Enrique: su buena conducción con metros para superar (bastante superior a la que pueden ofrecer Xavi, Rakitic e Iniesta) podría ser un gran socio para los tres de arriba. Ayer lo volvió a demostrar con una gran llegada desde segunda línea y oscureciendo para recibir a Bruno y Pina. 

El paso adelante de Piqué en la salida de balón le dio funciones para recibir algo más adelantadas y ahí, lejos de la tarea de elaboración en primera fase, es donde más cómodo se siente el brasileño (similar a su hermano, Thiago). Todo parece indicar que con el tiempo será una de las bazas en el centro del campo. Su recorrido también en presión y gran ocupación de espacios defensivos corren a su favor.