Un ciclón es un sistema atmosférico cuyo viento circula en dirección ciclónica, fabricando un remolino gigantesco que cubre cientos de miles de kilómetros cuadrados. En una arremetida repentina y breve, los fuertes vientos causan daños importantes en la infraestructura y las viviendas, en particular en las construcciones menos sólidas.
Esta tarde de domingo, el Barcelona de Luis Enrique se ha disfrazado una vez más de ciclón, para arrollar al Levante llevándose consigo, los tres puntos de la jornada 23 de la competición doméstica. Con ello, el asturiano sigue en su buena racha e iguala el récord de Guardiola de 11 partidos consecutivos sin conocer la derrota, mirando al horizonte el hito de Rijkaard de 18 triunfos sucesivos.
Con una revolución en el once inicial - ocho cambios respecto al último partido contra el Villarreal en la Copa del Rey-, el Barça salió presionando al Levante, arrinconándolo en su portería para enseñarle los dientes a Mariño. De hecho, con tan solo un minuto de partido, Pedro efectuó el primer disparó entre los tres palos, aunque paró Mariño sin problemas. Por su lado, el Levante quiso aprovechar cualquier pérdida de la esférica para salir hacia Bravo, y tuvo su oportunidad en alguna ocasión. Messi perdió el balón en la medular y los levantinos salieron al contraataque con una rematada final de Barral que se fue totalmente desviada.
Los azulgranas aplastaban al Levante contra su campo. En el 5’ Busquets disparó desde fuera del área, pero la tocó la defensa y Mariño pudó atajar el balón. Tan solo un minuto después, Messi se iba de los rivales dejándolos todos atrás, para chutar a puerta, pero su disparo se marchó por arriba por poco. En el minuto 10, Rakitic quiso probarlo también con un chut lejano que salió por el palo derecho de Mariño. Antes del primer cuarto, Barral intentó acercarse a la portería de Bravo, pero Marc Bartra forzó el primer córner.
El dúo perfecto
Tras bajar unas décimas de segundo la intensidad, haciendo reaccionar al publico del Camp Nou, que ya empezaban a animar más de lo normal a los jugadores, el ciclón encabezado por Messi y Neymar apareció haciendo lo que más le gusta hacer, subir goles al marcador. En el minuto 17, Messi ofreció una grandísima asistencia para que el brasileño rematara de primera con mistó incluido, siendo así la anécdota de la tarde.
Con el 1-0 en el marcador, el Barcelona volvía a desconectar y el Levante intentaba aprovecharse. Bartra paró un gol con la cabeza enviándolo fuera a saque de banda, aunque la acción acabó en nada. Es así como, en el meridiano de la primera parte, la afición azulgrana volvió a subir el tono de los cánticos queriendo volver a aumentar la intensidad del encuentro, pues parecía que el huracán Barça estaba ya menguando pasando por otra ciudad.
Tras una falta de Simao sobre Leo, el argentino ejecutó una falta directa a tres cuartos de campo que salió fuera por el extremo del arco. Tan solo dos minutos después, quiso volver a intentarlo el ‘10’ con la zurda desde la banda derecha, tras un pase de Rakitic, que envió a las manos de Mariño.
Despertar a la bestia
A Messi le robaron un gol a falta de diez minutos del primer tiempo, tras un pared con Neymar que el cuerpo arbitral decidió que era fuera de juego. Y como aquello que dicen: "Nunca despiertes a la bestia", Leo Messi despertó. Bartra recuperó el balón a 30 metros de la portería y cabalgando por el centro del campo asistió a Messi, que desde la derecha y con su derecha, perforó las mallas del gol nord.
El ciclón Barça volvía a estar encima de la ciudad condal y hasta el descanso no dejó de azotar a Mariño. Sin respirar, el Barça tuvo una doble ocasión. Pedro realizó un remate que el portero despejó, y Neymar la recuperó, asistiendo a Messi, pero el chut del argentino se marchó desviado. Un minuto antes del descanso, Xavi colocó el balón para Leo enviándolo fuera por poco.
A la vuelta de vestuarios, los hombres de Luis Enrique cambiaron el ‘chip’ y arropados por un Camp Nou con 74.963 espectadores se dedicaron a elaborar una presión perfecta, enchufados, buscando recuperar el balón en todas las áreas y ocasionando los errores del rival.
Es así como, la segunda mitad estuvo llena de brillantes ocasiones de gol que hacían temblar al pobre Mariño. Pedro centró para Neymar, pero el brasileño no logró rematar bien y el portero se quedó con el balón. Tan solo un minuto después, la conexión entre Messi y Neymar apareció de nuevo y terminó con un remate de Pedro a las manos de Mariño. Los de Luis Enrique le daban con toda su alma con mucha intensidad, ejecutando al dedo los contragolpes esperando el 3-0.
Al son de Dios
Y Dios volvió a decidir. En el 58, Busquets ofreció una gran pasada para Pedro, y el canario centró de primeras para Messi que a puerta vacía anotó el 3-0 de la tarde.
Sin poder pestañear, un penalti sobre Neymar de Iván López aplastó al Levante. Pena máxima para Leo Messi que esta vez no fallo y pudo celebrar su tricentenario en el primer equipo con un hattrick (4-0). El Estadio coreó su nombre y el '10' elevó el pulgar a los presentes mostrándose agradecido por el apoyo que le brindan día tras día. Así es como, ha participado decisivamente en 55 de los 110 goles del Barça en esta temporada: 37 goles y 18 asistencias.
Suárez se sacia
Xavi pudo sumarse a la fiesta con un chut de rosca marca de la casa que salió desviado, sin embargo el gol de la manita lo subió alguien mucho más necesitado. Moviendo piezas del once, entró Suárez por Neymar en el 67 y el uruguayo tuvo el premio tan ansiado de los últimos días.
En el minuto 72, Adriano colgó el balón y el ‘9’ del Barcelona remató con una tijera – una semi chilena-, que se fue con fuerza al fondo de la red. La reacción de los espectadores fue inmediata, sabedores de lo importante que era para el charrúa volver a ver portería, corearon su nombre: “Suárez, Suárez, Luis Suárez”.
Con ganas de seguir destrozando todo lo que tuvieran por delante, los azulgranas siguieron empujando a la portería de Mariño. A tres minutos del final del partido, el meta del Levante tuvo que sacar su mano, una vez más, para evitar el cuarto de Leo Messi que enrachado hay pocos que pueden pararlo.
El Barcelona sigue demostrando que unidos y agrupados como equipo, nadie los podrá parar. Esta plantilla ya es un hecho, cuando pasan arrollan todo lo que tienen por delante, como un ciclón.