Ver al dios

Omnipresente, irreal, cósmico, celestial, extraterrestre, todopoderoso, bestia, genio, zurdo, diestro, figura, líder, dirigente, rematador, solidario, asistente, compañero, capitán… el dios del fútbol. Simplemente: Lionel Messi.

Ver al dios
Foto: UGS Vision
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Por Mireia Carcole

Desde los años remotos, los seres humanos se han declarados creyentes de alguna religión, aunque la sociedad a lo largo del tiempo, según las circunstancias y su desarrollo, han ido volviéndose escépticos. Este mismo hecho, le sucede al dogma culé.

Por el año 2004, un ser cósmico saltó al terreno de juego, y los practicantes de la doctrina azulgrana pudieron ver a dios con sus ojos, desbordante, llevándose a los que tenía por delante, y sin vacilar, hacía suyo cualquier territorio con sus pies. Desde aquel día, supieron que el todopoderoso existía y tenía una reencarnación, Lionel Messi. Ningún futbolista produce aquella sensación de omnipresencia, necesidad y dependencia en la vida, y él les ganó el corazón azulgrana.

Cuando tiene el balón en los pies es capaz de parar el tiempo, levantar a cualquier estadio, poner 'la gallina de piel', devorar a los rivales y reventar las redes haciendo magia con jugadas imposibles.

"Cuando tiene el balón es capaz de parar el tiempo, levantar a cualquier estadio, para reventar las redes"

Durante un tiempo alguien atosigó a una parte de los seguidores y medio convenció que quizá había dejado de ser dios, para ser solamente un discípulo de aquello que fue, que nunca volvería a reinar entre los grandes. Pero el '10' siempre conseguía dar con el dedo en el hombro con un: "Confía en mí". Un año después de tener el ceño fruncido, Messi no necesita dar ninguna colleja a la afición, pues son los culés quién le aclaman a cada jugada y le agradecen todo lo que les dio – y que gracias a que sigue con ellos les sigue dando-.

El dios 'vuelve a ser' dios, y es que nunca se fue, siempre en el terreno de juego mirando las jugadas, esperando el momento adecuado para actuar. Esa mirada de la bestia que vigila a su presa y ataca cuando debe. ¡Y cómo lo hace!

En circunstancias mira el enfrentamiento desde fuera sin poder hacer nada más que mirarlo como si fuera un mero espectador sentado al lado de cualquier adepto en la grada, esperando algo más... A veces no depende él, no puede ser Messi y 10 más, aunque el dios se encabece en ponerse el mundo azulgrana a sus espaldas, hay compañeros de viaje que no encajan y sistemas que no cuajan.

"Esa mirada de la bestia que vigila a su presa y ataca cuando debe"

Un sabio profeta de la religión del dios dijo en su día que "si Messi está feliz, todo en el Barça está bien". Es más, el gran profeta del templo azulgrana durante los maravillosos años 2008-2011 lo dictó así: "Hay que esperar que él no se aburra y se pueda seguir sintiendo cómodo. Si es así, no falla. Cuando juega mal es porque algo de su entorno falla. Los directivos y el club tienen que ser lo suficientemente inteligentes para fichar lo que él quiera."

Con estas frases, alguien podría llamarle el 'pequeño dictador', más vale decir que es dios. Si tiene que seguir llevando a los culés a la gloria eterna pónganle un trono en los despachos. No sean hipócritas señores, el '10' ha dado sus mejores años de su vida - y ustedes a él-, y para que siga siendo así, su nuevo 'jefe' en la tierra debería seguir los consejos del sabio profeta, pero no solo él, sino también los altos guardianes del templo.

"Ningún otro produce aquella sensación de omnipresencia, necesidad y dependencia"

Tras un par de calamidades en el santuario azulgrana, al más estilo las 'Diez plagas de Egipto', - bronca Messi y Luis Enrique, batacazo en Anoeta, gastroenteritis Messi, destitución Zubi y un sin fin de mal de ojos,- parece que llegó la calma y el nuevo dignatario ha sabido señalar la ruta para que sus hombres encuentren el rumbo en el terreno de juego. 

El '10' es dios. Se maneja por el césped y juega a su antojo con una inteligencia superior a la de cualquier otro ser humano. Lo ideal es que solo tengan que sentarse cómodos para poder mirar el espectáculo. Aunque sea Dios, no es eterno y seres como Lionel hay uno cada... nunca.

Disfrútenle todo lo que puedan y recuerden cuando sean viejecitos que pudieron ver a dios, pudieron ver jugar a Messi